Otra que va p’alante.
Jueves 26 de junio de 2025. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha irrumpido a primera hora en el domicilio madrileño de Isabel Pardo de Vera, expresidenta de ADIF y exsecretaria de Estado de Transportes, para buscar pruebas clave en el denominado caso Koldo.
La operación, ordenada por el juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional, se ha prolongado durante horas y ha incluido registros simultáneos en las sedes del gestor ferroviario y del Ministerio de Transportes, así como en otra vivienda situada en el norte peninsular vinculada a la exdirectiva.
La noticia ha sacudido el panorama político español y ha puesto bajo los focos a una figura hasta hace poco considerada una gestora técnica y discreta.
Hoy, sin embargo, Pardo de Vera está imputada por adjudicar contratos millonarios presuntamente amañados a empresas amigas y por contratar a una estrecha colaboradora del exministro José Luis Ábalos, epicentro del escándalo.
El caso Koldo: un engranaje bien engrasado
La investigación parte del llamado caso Koldo, una supuesta trama corrupta orquestada entre cargos del Ministerio de Transportes durante los gobiernos socialistas recientes. El foco está puesto en adjudicaciones irregulares a constructoras que, casualmente, solían salir beneficiadas en concursos públicos gestionados por ADIF bajo el mandato de Isabel Pardo de Vera. Los agentes buscan evidencias sobre cómo se amañaban estos contratos y quiénes participaban en la toma de decisiones.
El relato policial es digno de un guion de cine negro: WhatsApps con nombres subrayados con fosforito, recomendaciones directas sobre a quién debía beneficiar cada licitación y hasta fotografías enviadas entre los implicados para controlar el destino final del dinero público. Entre las adjudicaciones investigadas destacan tres grandes obras (dos en Murcia y una en Barcelona) valoradas en 342 millones de euros y financiadas con fondos europeos, todas ellas firmadas personalmente por Pardo de Vera según consta en los expedientes oficiales.
Contratos, amistades y enchufes
No solo se investigan grandes sumas. El escándalo incluye también presuntas contrataciones irregulares dentro del propio ADIF. En concreto, se analiza el fichaje como asesora externa de Jésica Rodríguez, pareja sentimental del entonces ministro Ábalos. Según los informes policiales, la contratación habría sido impulsada desde arriba por razones ajenas al mérito profesional.
Pero si algo caracteriza este caso es la mezcla constante entre lo público y lo privado. Las conversaciones intervenidas revelan una relación fluida entre Koldo García, mano derecha del ministro Ábalos, e Isabel Pardo de Vera. En ellas se detallan instrucciones sobre licitaciones concretas: “De esas 14 hay 5 que me comenta Isabel… hay que dárselas o… Acciona, Sacyr, Ferrovial o… Son muy complicadas”, recoge uno de los audios aportados al sumario.
El papel (y las excusas) de Ábalos
José Luis Ábalos ha intentado distanciarse públicamente del escándalo, señalando incluso a su antecesor José Blanco como responsable último del nombramiento de Pardo de Vera al frente del gestor ferroviario. Sin embargo, las pruebas recabadas hasta ahora apuntan a un engranaje bien aceitado donde las órdenes llegaban desde arriba y se ejecutaban sin demasiadas preguntas.
En su reciente declaración ante el Tribunal Supremo, Ábalos negó cualquier implicación directa en los amaños o contrataciones bajo sospecha. Más aún, puso en duda la autenticidad de algunos audios presentados por la UCO e insinuó posibles manipulaciones técnicas —una defensa clásica que rara vez convence a los investigadores curtidos.
Impacto político: terremoto en la gestión pública
La onda expansiva del registro no se limita al ámbito judicial. El caso ha reabierto viejas heridas dentro del PSOE y pone bajo presión al Gobierno central justo cuando intentaba dejar atrás otras polémicas relacionadas con fondos europeos y gestión ferroviaria.
- Las sedes registradas incluyen tanto ADIF como el Ministerio de Transportes.
- Los registros se han prolongado durante varias horas bajo secreto sumarial.
- La investigación afecta ya a varios altos cargos actuales y pasados.
El escándalo amenaza con erosionar aún más la confianza ciudadana en la gestión pública —y no faltan quienes señalan que si los trenes no siempre llegan puntuales, las comisiones sí parecían hacerlo.
Diez curiosidades sobre Isabel Pardo de Vera
Más allá del ruido mediático y judicial, ¿quién es realmente Isabel Pardo de Vera? Aquí van diez datos poco conocidos sobre una ingeniera convertida en protagonista involuntaria:
- Nació en Lugo (Galicia), tierra famosa por sus trenes… aunque no tanto por su puntualidad.
- Es ingeniera industrial especializada en organización industrial.
- Fue la primera mujer presidenta de ADIF desde su fundación.
- Defensora declarada del ferrocarril como “servicio público esencial”.
- Antes trabajó en Renfe y participó activamente en proyectos para modernizar estaciones gallegas.
- Se define como “apasionada” del Camino de Santiago… aunque ahora su camino judicial promete ser más largo que cualquier etapa compostelana.
- Es hermana de Lucía Pardo de Vera, conocida periodista gallega.
- Recibió varios premios por innovación ferroviaria antes del escándalo.
- Tiene fama entre sus colaboradores de ser meticulosa… aunque algunos opinan que no tanto con las licitaciones.
- Su firma aparece estampada al final de numerosos contratos bajo investigación.
Las próximas semanas serán decisivas para saber si esta historia acaba como otro capítulo más en el anecdotario político español o si realmente marca un antes y un después en el control sobre las adjudicaciones públicas.
Entre tanto, queda claro que la relación entre trenes, poder y dinero sigue dando mucho juego —y que incluso quienes llegaron para “modernizar” pueden acabar atrapados entre los raíles más viejos del sistema.
