Contagioso.
Y aparentemente imparable.
Porque se le junta todo: putas, cocaina, corrupción, mordidas, saunas, ineptitud…
La política española, siempre propensa a los giros dramáticos, asiste este mes de julio de 2025 a una caída estrepitosa del PSOE.
Los socialistas encadenan su peor resultado desde las generales de 2023 tras el estallido del caso Cerdán, que ha salpicado al núcleo duro de Pedro Sánchez y forzado a la dirección federal a salir en tromba para frenar la hemorragia.
El barómetro más reciente muestra que el PSOE ha perdido más de 1,2 millones de votos en apenas un mes y ya se sitúa por debajo de los 100 escaños, una cifra simbólica que retrata el desgaste.
Este desplome tiene nombres propios: Santos Cerdán, exsecretario de Organización socialista, encarcelado por corrupción, es el epicentro del terremoto.
Los datos del CIS reflejan una fuga masiva de votantes.
El PSOE cae hasta un 27% en intención de voto, siete puntos menos que hace apenas unas semanas. A la vez, crece la cifra de indecisos y se dispara el trasvase hacia el Partido Popular y, en menor medida, hacia Sumar y Podemos.
Mientras tanto, el electorado conservador se consolida.
El PP no solo absorbe votos directamente del PSOE sino que también recupera parte del voto fugado hacia Vox, cuyo suelo electoral es ya más firme que nunca.
🔴🔴TREMENDO lo que cuenta la periodista @KettyGarat de @TheObjective_es en #Horizonte:
“No es que Sánchez lo sabía, es que utilizó las instituciones del Estado para tapar una investigación judicial. Esto es gravísimo. La peor corrupción posible” pic.twitter.com/cbWhjrTM1R
— Pedro Pineda Celis (@pedropcelis) July 3, 2025
PP y Vox: ¿la suma imparable?
En este contexto, la oposición se frota las manos. La suma de PP y Vox superaría holgadamente los 200 escaños si hoy se celebrasen elecciones generales, según las proyecciones más recientes. Aunque Alberto Núñez Feijóo presume ante los micrófonos de que “si se votase mañana, creo que el PP sacaría mayoría absoluta”, los números son claros: para gobernar necesita pactar con Vox. El propio Feijóo lo reconoce con esa mezcla de pragmatismo gallego y sonrisa contenida: “Si no conseguimos esa mayoría absoluta porque nos faltan unos escaños, pues tendré que pactar cosas con Vox”.
El PP mantiene abierta la puerta a acuerdos con Vox a escala nacional, como ya ocurre en varias comunidades autónomas, aunque sigue defendiendo un «cordón sanitario» ante partidos nacionalistas o formaciones vinculadas al independentismo. La experiencia demuestra que cuando PP y Vox se entienden —como en Baleares o Murcia— el resultado son pactos exprés sobre inmigración, lengua o rechazo al Pacto Verde Europeo.
La corrupción: factor letal para Sánchez
El caso Cerdán ha hecho saltar por los aires cualquier expectativa socialista de remontada a corto plazo. La corrupción no solo afecta a nivel nacional: según los últimos datos del CIS andaluz, Juanma Moreno (PP) conserva su mayoría absoluta mientras que la gestión socialista queda lastrada por nuevos casos en torno a María Jesús Montero. En Valencia, el PP de Carlos Mazón sigue creciendo en las encuestas mientras la socialista Diana Morant ve cómo los casos nacionales erosionan su imagen antes incluso de sentir el efecto adverso local.
El impacto mediático ha sido devastador. El informe de la UCO implica directamente a Cerdán como gestor clave en una trama presuntamente millonaria —y ese relato ha calado en una opinión pública ya cansada del ruido político y las explicaciones farragosas—. El resultado es una brecha inédita: el PP aventaja al PSOE en 41 escaños según las últimas estimaciones fiables.
Izquierda fragmentada: coaliciones al límite
Mientras tanto, la izquierda navega entre pactos imposibles y rivalidades internas dignas de un culebrón veraniego. Podemos, cada vez más irrelevante en solitario (apenas un 4% del voto), explora una “coalición de progreso” junto a Bildu, ERC y otras fuerzas nacionalistas para evitar quedar fuera del tablero nacional. La propuesta recuerda a las viejas fórmulas del frente popular, pero hoy ni siquiera suma para frenar la ola conservadora.
Sumar, lejos de consolidarse como alternativa integradora tras sus promesas iniciales, apenas retiene al 45% de sus votantes originales; muchos optan por volver a Podemos o directamente se refugian en la abstención o en partidos periféricos. La atomización es tal que incluso formaciones como Se Acabó la Fiesta (SALF) arañan porcentajes significativos en algunos feudos urbanos.
Un panorama volátil… con sorpresas
El ambiente político español huele a cambio profundo. Las encuestas reflejan una distancia creciente entre bloques: mientras PP y Vox suman más de 200 escaños virtuales —un dato inédito desde el fin del bipartidismo— la izquierda se desangra entre escándalos judiciales y luchas intestinas.
Algunas curiosidades dignas de mención:
- En el último mes Vox ha experimentado su mayor subida desde 2023 (+5 puntos), consolidándose como tercera fuerza nacional.
- El electorado más fiel hoy es el de Vox (85% repetiría papeleta), seguido del PP (77%) —el PSOE apenas retiene al 64%—.
- La formación liderada por Alvise Pérez (SALF) sigue viva pese a sus problemas judiciales; declaraba esta semana ante el Supremo por presunta financiación ilegal pero mantiene presencia simbólica en encuestas nacionales.
- Los trasvases entre bloques son cada vez menos frecuentes: el voto conservador está blindado mientras crece el número de socialistas indecisos o tentados por abstenerse.
España entra así en un verano caliente donde todo apunta a una recomposición acelerada del mapa político. Si algo está claro es que Pedro Sánchez ya no tiene red ni compinches suficientes para frenar su caída… salvo milagro agosteño o giro inesperado digno del mejor guionista televisivo.
