¡Vaya vuelco en las encuestas electorales!
Junio y julio han traído un cambio de tornas en el panorama político español tras el estallido del caso Cerdán.
Según la media de últimos grandes ocho sondeos de julio -excluyendo el CIS, por falta de credibilidad-, el Partido Popular se corona como líder con un 35,1% de los votos, sacándole nueve puntos al PSOE, que se queda en un 26,4%.
Los de Feijóo suben como la espuma, ganando once décimas respecto a junio, mientras que los de Sánchez pierden ocho.
Otro rasgo destacable es la fuerza con la que sube VOX, que es el partido que más lo hace entre mayo y julio.
Los de Abascal parecían tener una situación muy complicada un tiempo atrás, pero no sólo aguantan sino que mejoran y llegan a los 50 diputados en casi todos los sondeos.
El fenómeno migratorio y su respuesta muy dura a los problemas que causa son, sin duda, parte de la explicación, pero no toda: sigue habiendo un electorado al que la oposición o las propuestas del PP no le parecen suficientes.
Cabe la posibilidad de que una parte de esos votantes se decante por un voto útil a Feijóo llegado el momento de la verdad, pero por ahora no parece que vaya a ser en un porcentaje muy significativo.
¡El tablero político está que arde!
EL PESO DEL ESCÁNDALO
La concatenación de escándalos, la ebullición mediática y el giro de los sondeos han dejado al PSOE tiritando justo cuando más necesitaba parecer sólido.
Las últimas ocho encuestas electorales han pintado un panorama inédito: el Partido Popular (PP) y VOX no solo consolidan su espacio, sino que se benefician del desgaste socialista, mientras la izquierda alternativa sigue sin levantar cabeza. El runrún de corrupción y los episodios de “puterío” han hecho el resto.
El caso Cerdán, con tintes de película negra, ha sido la gota que ha colmado el vaso socialista.
Según el barómetro del CIS de julio, el PSOE se desploma siete puntos tras conocerse la implicación del exsecretario de Organización en presuntas mordidas a cambio de obra pública.
El castigo ciudadano es severo: el partido apenas superaría por medio punto al PP en unas hipotéticas elecciones, con un 27% frente al 26,5%. Pero lo relevante es que VOX se convierte en la formación que más crece: sube más de cinco puntos y roza ya el 19% del voto estimado.
El efecto dominó: cómo los escándalos agitan el tablero
La sucesión de noticias sobre corrupción ha generado un clima tóxico para los socialistas. La entrada en prisión de Cerdán coincidió con un Comité Federal del PSOE marcado por la desorientación interna y la sensación de descomposición. En paralelo, el Congreso Nacional del PP sirvió para rearmar a Alberto Núñez Feijóo como líder sin fisuras y lanzar mensajes claros a un electorado ansioso de estabilidad.
El PP, según los datos recogidos por diversos medios en la última semana de julio, consolidaría su hegemonía parlamentaria y se dispararía hasta los 149 diputados si hoy se celebrasen elecciones generales—doce más que en 2023—con un 34,1% del voto, mientras que el PSOE caería a mínimos históricos por debajo de los cien escaños. Sumar quedaría reducido a una mínima expresión parlamentaria. El bloque derecho-centro derecha (PP + VOX) suma ya cerca del 48% en intención de voto, frente al 37% de PSOE, Sumar y Podemos juntos.
La prensa y el “puterío”: munición política en plena campaña
En este contexto, el periodismo juega un papel decisivo no solo como notario sino como amplificador o catalizador del descrédito. La prensa más combativa ha destapado episodios jugosos que rozan lo esperpéntico: desde las saunas vinculadas al suegro del presidente Sánchez hasta las pesquisas sobre prostitutas relacionadas con el exministro Ábalos.
No es casualidad que el PP haya explotado estos asuntos con habilidad quirúrgica para erosionar al adversario donde más duele. La estrategia busca conectar con un electorado femenino tradicionalmente fiel al PSOE pero cada vez más desencantado por la falta de ejemplaridad pública y la sensación —difundida a golpe de titular—de que “todos son iguales”. Las redes sociales han hecho su agosto amplificando memes y titulares picantes; el humor negro circula entre columnistas: “En España nunca falta pan… ni panfleto”, ironizaba uno tras conocerse nuevos detalles sobre fiestas privadas costeadas con dinero público.
El voto femenino: cuando las prostitutas entran en campaña
La irrupción del tema prostitución como arma arrojadiza electoral tiene derivadas inesperadas. Según analistas consultados por diversos medios, existe una transferencia sensible del voto femenino desde las filas socialistas hacia opciones conservadoras ante la percepción de impunidad masculina en cargos públicos. No es baladí: si bien tradicionalmente las mujeres han sido base sólida para la izquierda moderada, la indignación moral puede estar provocando un trasvase silencioso pero sostenido hacia el PP e incluso hacia candidaturas locales independientes.
- El PSOE cae a mínimos históricos entre las mujeres urbanas menores de 45 años.
- El PP gana terreno entre votantes indecisas gracias a una campaña orientada a valores familiares y regeneración ética.
- VOX mantiene su nicho pero no capitaliza significativamente este fenómeno.
Cuando ser rebelde es ser de derechas: jóvenes ultras y nuevos paradigmas
Uno de los fenómenos más sorprendentes es el auge del voto ultra entre los jóvenes. Contrariamente al tópico histórico que asociaba juventud con progresismo, hoy ser “rebelde” implica reivindicar banderas conservadoras o incluso reaccionarias.
Según los últimos estudios demoscópicos:
- VOX capta ya al 22% del electorado menor de 30 años.
- El discurso anti-sistema ha mutado: ahora es la derecha radical quien lo monopoliza frente a una izquierda percibida como establishment.
- Factores clave:
- Desafección con políticas identitarias.
- Precariedad laboral sin respuesta clara desde Moncloa.
- Consumo masivo de redes sociales donde los mensajes ultras encuentran terreno abonado.
Un dato curioso: mientras Sumar retiene solo al 48% de sus votantes jóvenes respecto a 2023, VOX fideliza al 83%. El PP también crece entre universitarios descontentos con las promesas incumplidas del Gobierno.
La explicación no es monocausal. Algunos politólogos apuntan a una mezcla explosiva entre hartazgo ante la corrupción sistémica, alergia a lo políticamente correcto y búsqueda desesperada de referentes contundentes. Las plataformas digitales funcionan como cajas de resonancia donde lo extremo se premia con viralidad instantánea.
Consecuencias políticas inmediatas y posibles escenarios
El mapa resultante deja varios titulares:
- Si hoy hubiese elecciones generales, España viviría probablemente un vuelco parlamentario sin precedentes desde la Transición.
- La suma PP+VOX permitiría gobernar sin necesidad —en principio—de pactos con partidos nacionalistas o minoritarios.
- El PSOE afronta una crisis interna profunda agravada por divisiones territoriales y fugas hacia partidos alternativos o candidaturas independientes.
- Sumar queda relegado a fuerza residual incapaz de articular una alternativa coherente.
- La izquierda pierde fuelle entre mujeres jóvenes urbanas y entre obreros industriales desencantados.
Datos
- En Bilbao, según una reciente encuesta local, EH Bildu supera ya en apoyos al PSE-EE (la marca vasca del PSOE), síntoma claro del declive socialista incluso en sus bastiones históricos.
- El gasto turístico internacional sigue creciendo pese al ruido político; parece que ni corrupción ni escándalos pueden frenar las ganas extranjeras de sol español.
- Los memes sobre “puticlubs políticos” han superado este mes los dos millones de interacciones solo en X (antes Twitter), según monitorizaciones privadas.
- En círculos parlamentarios circula ya una apuesta informal: ¿qué será antes noticia —la dimisión forzada en Ferraz o un nuevo caso escabroso vinculado a altos cargos?
España entra así en agosto con menos certezas políticas que nunca… salvo una: ningún verano fue tan caliente para sus partidos desde hace décadas.
