El ambiente en España se parece cada día más a una asamblea de vecinos donde, lejos de ponerse de acuerdo, los inquilinos se lanzan las culpas unos a otros por la gotera del tejado, el ascensor averiado y las ratas del sótano.
Así describe la última encuesta de GAD3 para ABC el clima político nacional, con un Gobierno Sánchez al que la mayoría de los ciudadanos señala con el dedo por los principales problemas que sacuden la agenda pública: el caos ferroviario, la crisis de la vivienda y la inmigración.
A día de hoy, 13 de septiembre de 2025, los datos son demoledores: el 83% de los españoles considera que el Ejecutivo es responsable directo de la política migratoria, y el 76% le atribuye el descontrol en los trenes.
Como si esto fuera poco, la vivienda sigue inamovible en el primer puesto de los problemas nacionales, mientras la inmigración se sitúa en un discreto sexto lugar, lejos del pódium del descontento, pero con una presencia creciente en el debate público.
‼️ Abascal sentencia a Sánchez: "La mayoría de españoles piensa que es usted un corrupto, un traidor y un indecente". pic.twitter.com/4J1hFHlG8j
— La Bandera (@labanderaes) September 10, 2025
Un Gobierno a la defensiva y una oposición envalentonada
El desgaste del Gobierno de coalición PSOE-Sumar se refleja también en la intención de voto. Según GAD3, el Partido Popular lograría 145 escaños y el 33,8% de los votos, mientras que el PSOE quedaría en 110 escaños con un 27,6% de respaldo. Vox mantiene el pulso con 48 escaños y un 14,9% de apoyo, y Sumar, socio de Sánchez, apenas roza los 11 escaños.
La escena política está marcada por la polarización, que escala posiciones hasta convertirse en la segunda mayor preocupación nacional, solo por detrás de la vivienda. Se ha instalado la sensación de que el país vive en una especie de “realidad paralela”, donde el relato oficial del Gobierno choca de frente con la percepción mayoritaria de la ciudadanía.
- El 65% de los encuestados rechaza de plano la reciente visita de Salvador Illa a Carles Puigdemont, vista como una claudicación ante el independentismo catalán y una muestra más de la debilidad del Ejecutivo.
- La inversión en Defensa cuenta con el respaldo de la mayoría, pero hay un rechazo contundente a la vuelta de la mili obligatoria, una propuesta que, por ahora, solo sirve para animar las tertulias de sobremesa y los memes en redes sociales.
La vivienda: el monstruo que devora generaciones
Si hay un problema que une a padres, hijos y abuelos en un mismo lamento, ese es el de la vivienda. El barómetro GAD3 lo deja claro: la dificultad para acceder a una casa propia es el principal quebradero de cabeza nacional, y no solo para los jóvenes. El bloqueo institucional, la falta de presupuestos y la parálisis legislativa han convertido el acceso a la vivienda en una pesadilla transversal, capaz de mover votos y crispar aún más el ambiente político.
En palabras de expertos demoscópicos, la vivienda “afecta ya a toda la pirámide familiar”, y la falta de soluciones tangibles ha pasado factura al Gobierno, que ve cómo la oposición capitaliza el descontento. El caso es tan sangrante que la corrupción, habitualmente un detonante de castigos electorales, ha quedado relegada a un segundo plano frente a la urgencia de tener un techo propio.
La inmigración: entre el ruido político y la realidad social
Aunque solo ocupa el sexto lugar entre las preocupaciones de los españoles, la inmigración se ha convertido en un arma arrojadiza en el debate político. El 83% de los ciudadanos culpa al Ejecutivo de la situación migratoria, y la percepción de descontrol crece en paralelo a la presión mediática y a los discursos de los partidos de oposición.
Sin embargo, los datos muestran una brecha notable entre la prioridad real que le otorgan los ciudadanos y el espacio que ocupa en los titulares. El fenómeno migratorio aparece como un problema menos acuciante que la vivienda, el desempleo o la sanidad, aunque su potencial para incendiar el debate público es innegable, especialmente en periodos de alta polarización.
Polarización: la nueva pandemia nacional
La polarización política se ha colado en el ranking de preocupaciones nacionales, situándose ya como la segunda más mencionada en la encuesta GAD3. La sociedad española, tradicionalmente dada a la discusión de bar y la broma fácil, atraviesa ahora una etapa de división profunda, donde los grandes consensos parecen cosa del pasado y los bloques ideológicos viven en permanente estado de alerta.
Esta tensión se traduce en una elevada participación electoral, según los expertos, que advierten que la desafección no implica necesariamente abstención, sino más bien un voto de castigo o una búsqueda desesperada de alternativas. El bloque nacionalista, según algunos analistas, podría tener la llave para deshacer el empate técnico que se dibuja entre izquierda y derecha.
Defensa y mili: entre la nostalgia y el pragmatismo
La encuesta deja un mensaje claro respecto a la Defensa: los españoles apoyan incrementar la inversión en el sector, conscientes del entorno internacional incierto y de las nuevas amenazas. Sin embargo, la vuelta al servicio militar obligatorio (“la mili”) es vista como un anacronismo, más propio de tiempos en blanco y negro que de una España moderna y europea.
Resulta curioso cómo, en un país que ha hecho del “no a la guerra” uno de sus grandes lemas, el debate sobre la Defensa se aborda ahora desde una perspectiva más pragmática, marcada por el contexto geopolítico y la presión de los socios europeos.
El tablero electoral sigue abierto, con una mayoría de españoles que -según el escorado CIS de Tezanos- no termina de decidirse, pero que sí tiene claro a quién responsabilizar de sus males cotidianos.
El PSOE resiste a duras penas el empuje del PP, mientras Vox y Sumar mantienen posiciones, y los nacionalistas aguardan su oportunidad para inclinar la balanza.
La encuesta de GAD3 advierte que, pese al desgaste del Gobierno, la participación no se resentirá, y que la clave podría estar en la movilización de los indecisos y en la capacidad de los bloques para sumar aliados.
Curiosidades del caso
- El porcentaje de españoles que culpa al Gobierno de la política migratoria es incluso mayor que el de los que responsabilizan al Ejecutivo de los trenes, una anomalía estadística que da para más de una tertulia de sobremesa.
- La vivienda es el único problema que consigue unir a generaciones enteras en la misma queja: ni la selección española de fútbol lo logra en estos tiempos.
- La polarización política escala posiciones con tal rapidez que amenaza con superar al precio de la cesta de la compra como principal motivo de discusión familiar en Navidad.
- La propuesta de recuperar la mili genera más memes que apoyos, pero sirve para medir el pulso a la nostalgia patria.
- En el ranking de preocupaciones, la inmigración es como ese invitado inesperado que nadie quiere sentar a la mesa, pero que termina protagonizando la conversación.
