La historia se inicia con un mensaje de WhatsApp.
El fiscal Ignacio Stampa, conocido por su implicación en causas anticorrupción, había planeado reunirse en mayo con Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE.
Sin embargo, en lugar de Cerdán, llegó Leire Díez, exmilitante socialista con trayectoria en el periodismo, acompañada del empresario Javier Pérez Dolset.
Díez se presentó ante Stampa como «emisaria» del PSOE, afirmando actuar en nombre de Cerdán. Sin embargo, según sus propias palabras, su verdadero objetivo era obtener información sensible sobre investigaciones judiciales que involucraban a figuras destacadas del partido y también al entorno del Gobierno.
El encuentro, grabado por Stampa y presentado ante el juez Arturo Zamarriego, transcurrió en un ambiente que más bien evocaba una trama de novela negra: insinuaciones sutiles, constantes referencias al presidente del Gobierno y la insinuación de que quien estaba detrás de todo era quien «decide».
En los mensajes interceptados, Luis del Rivero, otro intermediario, utilizó la frase «El 1 es quien decide», aparentemente refiriéndose a Pedro Sánchez.

Leire Díez
Sánchez, las «saunas» y la preocupación presidencial
Durante esa reunión, tanto Díez como Pérez Dolset mencionaron a Pedro Sánchez hasta en doce ocasiones. Según sus relatos, el presidente estaba «muy preocupado» por las investigaciones que afectaban a su esposa, Begoña Gómez, y al negocio de saunas perteneciente a su suegro. La consigna que se transmitió a Stampa fue clara: Sánchez había ordenado «limpiar sin límites», una frase que ha resonado durante todas las declaraciones judiciales recientes.
El fiscal Stampa, apoyado por su colega José Grinda, ha reiterado ante el juez que Díez no acudía por cuenta propia ni como periodista, sino «en nombre del Gobierno», con la misión específica de conseguir información comprometida sobre miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción. La Fiscalía interpreta este movimiento como parte de un «plan delictivo» destinado a desprestigiar a la UCO y a los fiscales que investigan casos delicados para el Ejecutivo.
El papel de Santos Cerdán y los emisarios socialistas
La figura de Santos Cerdán añade un matiz inquietante al caso. Según Stampa, fue Cerdán quien organizó la reunión «en nombre del Gobierno», aunque finalmente no asistió. En cambio, Díez asumió el rol de portavoz directa del exsecretario de Organización, asegurando que informaría sobre los resultados del encuentro. La ausencia de Cerdán sumada a la presencia activa de Díez ha generado especulaciones sobre la jerarquía interna y las estrategias del PSOE ante esta compleja situación.
No es la primera vez que Leire Díez es identificada como una especie de «fontanera» del partido, encargada de manejar situaciones complicadas o rastrear información incómoda para el Ejecutivo. Su participación en cenas y encuentros con empresarios y periodistas demuestra que, a pesar de su supuesta desvinculación del partido, sigue teniendo un papel relevante dentro del entorno socialista.
Mensajes, grabaciones y el «ataque brutal» al poder judicial
Las pruebas presentadas ante el juez Zamarriego incluyen diversas grabaciones y mensajes de WhatsApp que, según Stampa, evidencian un intento real de soborno. La propuesta era sencilla aunque cargada de sutilezas: a cambio de información sobre supuestas irregularidades cometidas por fiscales y jueces, el entorno cercano a Díez ofrecía «prebendas y beneficios», entre los cuales se consideró incluso un destino internacional para el propio fiscal.
Stampa ha calificado estos hechos como «un ataque brutal del poder ejecutivo contra el poder judicial». Subraya así lo grave que resulta intentar influir o dañar la reputación de aquellos funcionarios encargados de investigar casos relacionados con corrupción o tráfico de influencias desde las entrañas del Gobierno.
¿Quién es el «1» que decide?
Uno de los aspectos más llamativos del caso es el uso repetido del término «El 1» en los mensajes intercambiados. Para los investigadores no hay dudas: este apodo hace referencia directa a Pedro Sánchez. Se le ve como el verdadero decisor tras bambalinas, responsable último de las órdenes dirigidas a Díez y otros interlocutores. Esta conexión directa con lo más alto del Ejecutivo aumenta considerablemente la magnitud del escándalo e invita a preguntarse sobre la implicación real del presidente en toda esta trama.
Las consecuencias políticas y judiciales
Este caso ha provocado una tormenta tanto política como mediática dentro del PSOE y también entre sus opositores. Las acusaciones relacionadas con intento de soborno, tráfico de influencias o cohecho golpean directamente la credibilidad del Gobierno e interrogan sobre la separación efectiva entre poderes en un momento particularmente delicado para el Ejecutivo liderado por Sánchez. La reproducción completa de las grabaciones junto con las declaraciones esperadas para la próxima semana podrían ofrecer nueva información sobre las maniobras realizadas y aclarar el verdadero papel desempeñado por los emisarios socialistas.
En lo judicial, la instrucción abierta por el juez Zamarriego avanza rápidamente. Se busca aclarar si existió una operación coordinada destinada a obtener información privilegiada mientras se presionaba a los fiscales responsables de investigar tanto a la familia presidencial como a otros dirigentes socialistas.
Algunas curiosidades y detalles del caso
- En esa reunión grabada se mencionó al presidente hasta doce veces; nueve veces fue mencionado por el empresario Pérez Dolset y tres veces por Leire Díez.
- El término «fontanera», asociado a Díez dentro del PSOE, ha cobrado nueva vida en redes sociales donde se especula sobre una posible “brigada” dedicada a resolver crisis internas.
- Este escándalo ha salpicado indirectamente a figuras como el comandante Rubén Villalba de la Guardia Civil y al periodista Pere Rusiñol; ambos han sido citados como testigos o investigados debido a su relación con esta presunta red corrupta.
- Luis del Rivero, mencionado en los mensajes intercambiados por WhatsApp, fue quien utilizó esa expresión “El 1 es quien decide”, frase que podría convertirse en un lema involuntario para esta crisis política que enfrenta actualmente el PSOE.
Como suele suceder cuando se trata con temas tan espinosos, lo real supera cualquier ficción imaginable. Y ahora queda flotando una pregunta en el aire político: ¿sabrá ese “1” decidir cómo salir adelante tras quedar atrapado en este laberinto?
