A gastar, que paga el sufrido contribuyente español.
Y de paso, a queitrarse de enmedio que lo de Extremadura ha sido un batacazo monumental para la izquierda y poniendo tierra por medio, a lo mejor se olvida la gente de quien es el verdadero culpable.
La política en España tiene sus tradiciones a final de año: desde los decretos ómnibus que llegan justo al cierre del calendario hasta las ruedas de prensa para vender “estabilidad”.
Y, en los últimos años, hay otro clásico que se ha vuelto inamovible: las extensas vacaciones de Pedro Sánchez tirando del erario público, con aviones y residencias oficiales, mientras el PSOE se bulle descuadernado y el Gobierno Frankenstein a duras penas tapa las tensiones internas.
A Pedro Sánchez no le va a gustar este villancico… 🤗 pic.twitter.com/4q8i4eWik9
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Este año no es la excepción.
El marido de Begoña ha adelantado su balance anual —lo presentó el 15 de diciembre, mucho antes de lo habitual— con el objetivo de desaparecer del escenario político durante dos semanas completas.
Rascándosae la barriga y sin agenda pública hasta el 6 de enero de 2026, cuando volverá a la escena en la Pascua Militar.
Mientras tanto, la ciudadanía tiene que lidiar con unos precios disparados, aumento de la criminalidad, ‘okupas‘ que hasta matan, parálisis legislatiuca, ausencia de Presupuestos, un Ejecutivo fracturado, un sectario partido socialista asustado por los resultados electoraless, mientras se acumulan causas judiciales y escándalos que giran alrededor de La Moncloa.
LOS MECONIOS
LA CANCIÓN DE GABRIEL RUFIÁN
INSUPERABLES !!!! pic.twitter.com/7ewBVWapiz
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Dos semanas de paréntesis en medio del caos
De acuerdo con fuentes del propio Ejecutivo, Sánchez ha comenzado sus vacaciones navideñas y estará fuera del foco institucional del 23 de diciembre al 6-7 de enero, acumulando durante este curso político casi mes y medio de “desconexión” entre verano, puentes y Navidad.
En esta ocasión, el guion se repite:
- Balance del Gobierno anticipado para evitar preguntas incómodas sobre derrotas electorales y crisis internas.
- Declaración institucional escasa para cumplir con el trámite.
- Y acto seguido, maleta lista y rumbo a la Residencia Real de La Mareta (Lanzarote) y al Pirineo aragonés, destinos que ya son habituales en estas fechas.
Mientras el presidente disfruta del esquí o pasea plácidamente frente al Atlántico, Madrid presenta un panorama poco festivo:
- Un PSOE afectado por los malos resultados en lugares clave y con barones inquietos.
- Un Gobierno de coalición tenso, con sumaristas y socialistas enfrentados debido a escándalos de corrupción y demandas de reestructuración del Ejecutivo.
- Un decreto ómnibus que necesita ser validado en el Congreso, fundamental para pensiones y “escudo social”, que Sánchez ha dejado sin aclarar cómo piensa sacarlo adelante.
La situación es tan notable que incluso medios ajenos a la derecha clásica han destacado la diferencia entre la tormenta política actual y los 15 días de descanso “a cuerpo de rey” del presidente.
Vacaciones oficiales a costa del contribuyente
El problema no radica en que un presidente descanse —algo que hacen todos— sino en cómo, dónde y cuánto se paga.
Desde su llegada a La Moncloa, Sánchez ha hecho habitual usar intensivamente las residencias oficiales de Patrimonio Nacional para sus periodos vacacionales: La Mareta (Lanzarote), Las Marismillas (Doñana) y Quintos de Mora (Toledo).
Todas ellas comparten una característica esencial:
- Son propiedades estatales,
- gestionadas por Patrimonio Nacional o por el Ministerio de Turismo,
- cuyo mantenimiento y servicios (seguridad, personal, suministros) corren a cargo del erario público.
En particular sobre La Mareta:
- Se trata de un complejo que abarca unas tres hectáreas en Costa Teguise, con aproximadamente 2.000 metros cuadrados construidos, diez bungalós, dos piscinas, jardines, lago y acceso directo al mar.
- El coste mensual de mantenimiento asciende a alrededor de 10.000 euros, independientemente de si está ocupada o no, según datos recopilados por medios nacionales.
A esto se suman los gastos por desplazamiento: utilizar aviones oficiales —Falcon o Airbus— para traslados familiares y personales genera facturas por combustible y operativa que alcanzan cifras en decenas de miles de euros por viaje. Esto incluye dietas, logística adicional y refuerzo en seguridad.
En recientes vacaciones, distintos medios han documentado gastos superiores a 28.000 euros, solo en conceptos como transporte, alojamiento y manutención. Esto incluye partidas cercanas a los 13.000 euros solo en comida y bebida para quienes acompañan al presidente durante sus estancias en residencias oficiales. Aunque las cifras exactas varían y el Gobierno evita proporcionar un desglose completo, la magnitud del gasto ha generado un debate sobre la ejemplaridad del estilo vacacional elegido.
Un escándalo impensable en gran parte de Europa
El contraste con otros países europeos es evidente.
En gran parte de Europa occidental, los líderes suelen optar por:
- Alojamientos privados pagados con su propio dinero.
- Estancias discretas que muchas veces tienen lugar en propiedades personales o alquileres más modestos.
- Dispositivos de seguridad ajustados a esos entornos sin necesidad del despliegue permanente propio de grandes residencias estatales.
En España, el argumento oficial es repetitivo: utilizar residencias estatales abarata el coste relacionado con la seguridad frente a un hotel privado donde habría que establecer un dispositivo similar desde cero.
Sin embargo, lo que se ha consolidado durante este mandato —con veranos donde se han llegado a contabilizar entre 23 y 30 días en La Mareta junto con una agenda pública prácticamente vacía— alimenta la percepción popular sobre cómo Sánchez ha convertido esta práctica en un acceso privilegiado difícilmente justificable ante una ciudadanía golpeada por subidas fiscales e inflación.
El descontento crece al observar datos contrastantes: mientras otros líderes europeos como la italiana Giorgia Meloni son vistos disfrutando vacaciones más “normales”, rodeados por ciudadanos en destinos privados; el presidente español parece reforzar su imagen como un líder aislado dentro de burbujas lujosas ofrecidas por el Estado. La política cercana queda relegada al entorno playero… pero dentro del recinto vallado.
Vacaciones como estrategia mediática
El calendario tampoco favorece una narrativa positiva. Las prolongadas escapadas navideñas de Sánchez coinciden frecuentemente con momentos críticos tanto políticos como judiciales:
- Avances significativos en la investigación contra Begoña Gómez, su esposa, relacionada con presuntos delitos vinculados al tráfico de influencias y corrupción derivada de su actividad profesional.
- Resurgimiento o nuevos episodios relacionados con casos corruptos dentro del entorno socialista: como lo son las tramas vinculadas al exministro Ábalos o pagos irregulares que afectan estructuras partidarias.
- Derrotas parlamentarias constantes junto a parálisis legislativa; decretos rechazados e intensas negociaciones con socios como Junts, solo para salvar parcialmente paquetes normativos cruciales.
Ante este contexto político tenso se evidencia un patrón claro:
- Se adelanta la rueda de prensa para presentar balances con tal fin evitar dar respuesta a recientes oleadas críticas o malas noticias.
- Se proyecta una imagen optimista sobre un “Gobierno fuerte” capaz de resistir cualquier adversidad.
- Finalmente se establece un silencio prolongado durante dos o tres semanas; apenas comunicados desde lugares como La Mareta o los Pirineos.
Analistas críticos sugieren que esto podría interpretarse como una especie estrategia para enfriar tensiones: cuanto más tiempo permanezca Sánchez alejado del foco mediático directo, más probable resulta que los casos judiciales avancen lentamente mientras disminuye el ruido informativo alrededor.
Mientras tanto, tanto el PSOE como sus socios gubernamentales continúan consumiéndose lentamente entre filtraciones constantes; reproches mutuos e incrementos notables del malestar interno debido a la falta explicaciones claras sobre las situaciones rodeando al poder actual.
Un PSOE sin rumbo claro mientras el Gobierno enfrenta conflictos internos
Las dos semanas sin actividad política visible llegan mientras el PSOE está convulsionando internamente. Las malas perspectivas electorales en regiones clave como Aragón junto al desgaste acumulado tras gestionar temas sensibles como la amnistía han dejado al partido sumido en nerviosismo constante.
Por otro lado, dentro del Gobierno también hay tensiones evidentes:
- Choques públicos entre socialistas e izquierda aliada; exigencias para reestructurar gabinetes provenientes especialmente desde sectores liderados por Yolanda Díaz, demandas ignoradas por Sánchez antes incluso emprender su escapada navideña.
- Malestar generalizado respecto al uso frecuente de legislaciones vía decretos ómnibus; mezclando medidas sociales populares junto a normas controvertidas forzando así votaciones “todo junto”.
La máxima expresión tangible esta tensión se manifiesta claramente mediante el último decreto trágala presentado este año; abarcando desde revalorizaciones penisonarias hasta medidas ajenas al concepto mismo “escudo social”. Si logra ser validado por Congreso; Sánchez presumirá entonces ante todos sobre una potencialidad legislativa robusta. Pero si es derribado nuevamente activará narrativas señalando cómo PP u otros grupos están votando contra millones pensionistas españoles.”
En cualquiera sea caso posible resultado final; Sánchez confía poder manejar narrativa favorable tras regreso oficial coincidiendo además protocolo militar programado 6 enero; dejando atrás polémicas ya difusas generadas durante diciembre.
Una Navidad sin “Navidad” y un pulso ideológico
Además del ruido mediático generado por sus vacaciones también ha surgido otro fuego simbólico: las felicitaciones navideñas emitidas por él omitiendo deliberadamente mencionar «Navidad» prefiriendo términos genéricos tales «fiestas» o «días señalados». Esto ha provocado indignación entre sectores significativos opinión pública española.
La cuestión no es menor teniendo presente contexto cultural español donde elementos navideños —incluyendo figuras emblemáticas como Reyes Magos— forman parte imaginario colectivo; obsesión presidencial evitar término resulta visto gesto ideológico calculado coherente cierto sector gubernamental promueve neutralización calendario tradicional.
Esta batalla simbólica coincide además rumores infundados —desmentidos careciendo bases sólidas— sobre iniciativas Ejecutivas pretendiendo modificar festivos tales Día Reyes alimentando percepción ciudadanía respecto poder juega elementos identitarios mientras refugia palacetes frente mar .
Curiosidades sobre un presidente “turístico”
Más allá controversias generadas entorno sus vacaciones «turismo presidencial» deja estampas llamativas:
- La Mareta fue regalo realizado rey Hussein Jordania hacia Juan Carlos I 1989; actualmente quien más disfruta residencia es presidente quien presume agenda progresista .
- Desde 2018 ,Sánchez ostenta título dirigente quien más veces utilizado esta residencia superando incluso mandataría internacionales Casa Real misma prácticamente abandonó después 2005 .
- Complejo alberga helipuerto,cien bungalós acceso privado mar lo cual convierte cada «retiro espiritual» mandatario algo bastante distinto escapada media español cuya factura debe pagar .
- Según datos oficiales ,mantenimiento residencia permanece constante independientemente uso lo cual gobierno utiliza argumento normalizar explotación intensiva… ignorando no todos potenciales usuarios son mismo dirigente año tras año .
Al final paradoja resulta evidente: mientras buena parte país mide centavo cada euro destinado vacaciones —si acaso tienen— ,Pedro Sánchez convierte residencias oficiales estilo vida político escenario ideal desconectar ruido . Problema reside precisamente aquí ; ruido esta vez ,ha decidido irse vacaciones junto él.
