MADRID, 25 (OTR/PRESS)
En los últimos días los periódicos y los informativos de radio y televisión se han encargado de recordar que este lunes 25 se celebraba el Día contra la violencia de Género.
Informes, entrevistas con expertos y estadísticas evidencian que la violencia de género continúa siendo una constante en nuestra sociedad y no digamos en otros lugares del mundo donde ni siquiera existen legislaciones encaminadas a combatir está lacra social.
Lo más alarmante quizá de todos los datos que nos han recordado es que el maltrato machista se empieza a dar entre las capas más jóvenes de nuestra sociedad. Chicos que apenas han dejado la adolescencia y que tiranizan a sus novias, exigiéndolas que vistan de tal o cual manera, que no hablen con menganito y que no sean amigas de menganita, e incluso las controlan a través de los artilugios electrónicos.
Pero además a alguno se le escapa incluso alguna bofetada que ellas asumen como una muestra de amor porque ellos, creen, las quieren tanto que tienen celos.
Lo peor es que las chicas aceptan está dominación. Tantos años de educación en igualdad, tanto que parece que ha avanzado nuestra sociedad, para que las nuevas generaciones se enfanguen en comportamientos machistas y de sumisión impropios de una sociedad avanzada.
De manera que deberíamos de preguntarnos qué estamos haciendo mal, en qué está fallando la educación de nuestros hijos, de qué manera enseñarles desde la escuela unos valores que destierren para siempre el machismo fanático.
Pero no solo se aprende en la escuela, se aprende todos los días, en la calle, en la familia, a través de la tele.
No basta con que durante unos días todos nos hayamos lamentado de que la violencia de género continua estando presente en nuestra sociedad, hace falta más, porque es evidente que se ha fracasado a la hora de enseñar unos valores a los más jóvenes que haga que resulte impensable que alguien con 15, 18, veinte años se comporte como un energúmeno intentando esclavizar a un chica de su misma edad y que éstas lo asuman como algo natural.
Si algo evidencian las estadísticas es que la violencia de género se da entre todas las edades y estamentos sociales pero a mí me escandaliza las cifras de violencia de género ente los más jóvenes porque se supone que viven en una sociedad donde les hemos educado en el valor de la igualdad.
Por eso ahora que se empiezan a apagar los focos del recordatorio del Día contra la violencia de género, me parece a mí que la Administración con el concurso de toda la sociedad debería de continuar asentando medidas encaminadas a desterrar para siempre la violencia machista.
Ya digo, algo estamos haciendo mal como sociedad porque lo que es evidente es que con lo hecho hasta ahora no ha sido suficiente. Hace falta algo más.
