A vueltas con España – El presidente que puso a andar la democracia.


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

Adolfo Suárez vivió -y vive- sus últimos días sin recordar, debido a su irreversible enfermedad neurológica. Pero, a pesar de llevar apartado de la vida pública desde el año 2003, toda España le recordará siempre como el presidente que puso a andar la democracia en el país, no sin avatares difíciles con la Iglesia y el Ejército. Tampoco merece menos el hombre que lideró la Transición y afianzó la democracia, a menudo agobiado entre reformistas y rupturistas, por un lado, e involucionistas, por otro.
En apenas unos años, entre 1976 y 1981, protagonizó toda una época, sin duda una de las más apasionantes e ilusionantes -también controvertidas e intensas- de la convulsa historia de España. Con final feliz, pero no sin traumas ni sufrimientos.
Como líder político sagaz, demostró una talla inesperada, tanto por su procedencia del franquismo, como por su audacia política. Ahora que se mitifica su figura se olvidan las tensiones y sinsabores de aquel entonces, no menores que los de ahora, pero diferentes en algo esencial: había un proyecto de país y había ilusión entre la gente, más allá de las discrepancias y los problemas, tanto políticos como económicos y sociales.
Adolfo Suárez tuvo un final amargo, en su vida política y en su vida personal, máxime una vez enfermo de Alzheimer, pero tuvo también la grandeza de ser un político emblemático, genuinamente democrático, capaz de gobernar para todos o al menos de intentarlo. Fue el presidente que puso a andar la democracia en España. En todos los sentidos. Como ha escrito Javier González Méndez, lo echaron del Palacio de La Moncloa, pero la historia le ha puesto un piso amplio y soleado.

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