Cuando los sueños de prosperidad y libertad del pueblo español son pisoteados por el Gobierno que teóricamente nos debe “servir”; encabezado por los antiespañoles Sánchez e Iglesias (S&I) y secundado por sus Ministros “sí, bwana”, quienes han manoseado y envenenado a la “opinión pública” con engaños y falsedades intentando ocultar la realidad de las cosas, se hace muy duro para el ciudadano de a pie palpar la estampa de la cruel miseria de compatriotas haciendo cola para llevarse algo a la boca, un escenario que dista muy mucho de las promesas de S&I.
Todo apunta a que el gobierno autocrático y nepotista de S&I seguirá abusando del poder sin sonrojarse, que sus quimeras acarrearán para los españoles una ruina tal que nunca antes fue conocida y que mostrarán sin ningún pudor ni vergüenza que sus “dones políticos” residen en la soltura con la que aplican la nocturnidad y la alevosía a los “cuchillos largos” y en la concienzuda gestación del “Golpe de Estado desde el Palacio de la Moncloa”. Parece evidente que la Nación necesita ser liberada de los traidores de España. Y ahora, con el agua al cuello, no descartamos, ante la patética situación política, económica y social, entre otras tantas posibilidades el “Volantazo de Estado”.
Por suerte, los españoles podrían “despeñar” a estos dos abantos, S&I, sin necesidad de recurrir a un Golpe de Estado del Ejercito, o a un Golpe de los partidos políticos de la oposición, o de los empresarios, o de las Fuerzas de Seguridad de Estado, o de la prensa, o de los bomberos, o de los camareros…, en fin, de un “Golpe de Estado” de todos aquellos que no piensen como el antisistema Iglesias y su “Irenita Igual-da”.
No necesitamos un “Golpe de Estado” porque la Constitución contempla la figura del Jefe de Estado, nuestro Rey Felipe VI. Sin embargo, es esa misma figura, el Rey, quien podría intervenir de forma mesurada para truncar a este Gobierno mentiroso, cruel y mezquino. Para ello, será preciso que el Ejército, manteniendo su lealtad diáfana e incondicional al Monarca, sea el que facilite a Felipe VI la aplicación de un “Volantazo de Estado”; un “Volantazo” que nos libere del yugo comunista/populista que quieren implantarnos con sigilo comprado estos “vampiros del poder”, pues, si su Majestad no interviene, el hambre, la miseria y la sangre irán de la mano temblorosa de los ciudadanos españoles, y entonces, si esa desgracia se produjera, alguna responsabilidad, muy a nuestro pesar, también sería imputable a la “Casa Real”.
Pero, en qué momento debe aplicarse el temido “Volantazo de Estado”. Nuestro Rey dispone de canales de información precisos y más que suficientes para determinar el instante idóneo; se llevará a cabo cuando los Poderes del Estado, los medios políticos, económicos y sociales hayan fracasado en su intento por corregir la deriva totalitaria del Gobierno hacia una disfrazada “dictadora parlamentaria”, y entonces, el Rey deberá intervenir para mantener la unidad y la soberanía de España y, así, evitar la amargura del pueblo que regenta.
A los españoles nos tutela un Gobierno fallido, holgazán; dos mitómanos y una servil jauría que no creen en la Unidad de España ni en la Constitución, a las que violan y quebrantan sin ningún escrúpulo. Un Gobierno que impulsa la “Republica” (véase la pulserita republicana de la ministra Montero), con el consiguiente derrocamiento del Rey y el cambio a un régimen autoritario; un Gobierno que hace oídos sordos a las demandas sociales de los españoles; que abusa del poder sin escrúpulos y que anula al Parlamento español en beneficio de sus intereses particulares y partidistas. Por tanto, cabe preguntarse: Para que nuestro Rey intervenga “políticamente” en beneficio de los españoles, ¿es preciso que el proceso revolucionario socialcomunista/populista del Gobierno haya fracasado? Creo que no.
Hoy, cuando el proceso dictatorial del Gobierno se encuentra a mitad de un camino de infortunio que nos llevará al “bonapartismo de S&I”, pisando fuerte y fortalecido, ningún indicio hace vislumbrar el sometimiento de S&I a la Ley ni a la Constitución. ¿Qué línea roja debe cruzar el Gobierno para que el Rey intervenga? Los españoles, aunque parezca una sandez, y dado que están en juego nuestras vidas y la de nuestros hijos y nietos, tenemos el “derecho perentorio” de conocer esa línea roja con total nitidez. Con ello se evitaran desgarramientos incurables entre españoles, todos estaríamos prevenidos, y, Dios no lo quiera, también se evitaría que los españoles nos mancháramos las manos con sangre de otros compatriotas.
Para evitar “sangre derramada”, debe asegurarse que el “Volantazo de Estado” sea reconocido como un mal menor necesario por decenas de millones de españoles, por el mayor número posible de Autonomías y por gobiernos democráticos de la comunidad internacional.
Las directrices del Jefe del Estado en el “Volantazo” deben ser la justas y necesarias para que se restablezca un régimen democrático con los “Poderes del Estado Independientes” y bajo la dirección de un Gobierno de Concentración que convoque elecciones a la mayor brevedad, y con el compromiso ineludible de los aspirantes a gobernar España de limpiar la inmundicia de nuestro sistema político.
Al “Volantazo de Estado” se le podrán achacar muchas objeciones democráticas, sin ninguna duda, pero si el “Volantazo” no se lleva a cabo, más pronto que tarde, se ejecutará lo que ansia el activista Pablo Iglesias; el “Golpe de Estado del Ejército” (para eso le pagaron los gobiernos de otros países). Sí, ansiado por Iglesias. Para él España ya está en guerra, una guerra subversiva de la que mueve los hilos, desde el atolón de la vicepresidente, como el adalid de quienes odian a España y promueven conflictos sociales; y nada le gustaría más a Iglesias que enfrentar a “ricos y pobres” para segregar otro Estado donde el fuera el “dictador necesario”. Así eludiría la Justicia española y dispondría de un harén y, pasados los años, unificaría la “patria ibérica” como “El Caudillo de la Democracia Comunista” o “El Salvador del Pueblo”.
El Rey presidió el sábado 30 de mayo de 2020 el Día de las Fuerzas Armadas, y dijo: «Somos un gran país que siempre encara de frente las dificultades por grandes que sean y las sabe vencer». ¡Qué así sea Majestad!