En vez de escribir versos,
Más me gustaría ser un poeta:
Saborear los diversos
Placeres del planeta
Y no abominar de tanto jeta;
Darle el aguinaldo
A la gente que feliz nos sonríe,
Y no ponerle a caldo
A quien borde se ríe
De nosotros y a mentiras nos fríe;
Darle la enhorabuena
A quien decente se gana la vida,
Y a quien nos la envenena,
Vil, desde su subida
Al Poder, desear pronto su caída;
Estos son los Cabezas,
De los miembros y miembras, tal su saña,
Ebrios de sus vilezas,
Dada a darnos caña,
Que, quien no es un cero, es una castaña;
Entre ellas merece
Una mención especial la tal Calvo,
Que si martes y trece
No nació, tanto albo-
rota, que de peor suerte no queda a salvo;
Como la lista es larga
De quienes nos hacen la vida un infierno,
Y a nadie la amarga
Un dulce, guardo el cuerno,
Y otro día hablaré del Gobierno;
Aunque me gustaría que mi dieta,
No fueran los versos, sino … ¡ser poeta!.