Hace mucho, mucho tiempo (vamos, 10 semanas o 14 jornadas de Liga), el Imperio Progre sostenía que Mariano Rajoy era tan ultra, facha, extremista y radical como Aznar, Acebes (¡que estuvo en las juventudes de UCD!), Zaplana, Aguirre (era liberal cuando muchos socialistas eran marxistas) y Losantos. De pronto, Rajoy se convierte en ese representante de la derecha civilizada que añora la izquierda chequista para votar al PP.
El PSC, el verdadero amo de Expaña, lo explicitaba en su publicidad electoral, que tan buen resultado le dio el 9 de marzo.
Reservoir dogs y las matriuska.
ElPlural -nunca una cabecera mintió tanto sobre el carácter de un periódico, salvo el Pravda de la URSS- llega a usar a Fraga para atacar a los críticos de Rajoy. ¡En ningún momento recuerdan, a diferencia de otras veces, que fue ministro de Franco!
¡Cada día estamos más cerca de 1984 o de Farenheit 451, donde la memoria y la verdad han sido sustituidas por la propaganda y la televisión! Valgan como ejemplos este editorial de El País y este chiste de Peridis.
Aquí hay varios chistes de Forges, el hintelektual más conspicuo de la progresía, sobre Rajoy, que ha pasado de pintarle como el chico de los recados de Aznar y de pedir su dimisión, a mostrarle como un ser amable y simpático.
¿A que es un fenómeno curioso? Por supuesto, no se debe a ninguna consigna ni instrucción. Es absolutamente espontáneo.
Blanco, a favor de Rajoy.
No sé si la continuidad de Rajoy es lo mejor para España, pero desde luego sí lo es para el PSOE.
Excelente definición del centro político.
