Cuando los españoles remamos conseguimos medallas. Es, según parece, lo que mejor hacemos. Remando juntos han sido oro Cravioto y Toro o incluso solos, Waltz o Chourraut.
En el descenso del Sella en competición o con amigos, o en las olimpiadas de Rio, como una reminiscencia de Orellana y los conquistadores del Amazonas, los españoles gustamos de remar en la piragüa.
Cuando remamos juntos, aún sin embarcación, España maravilla en baloncesto, masculino y femenino.
En tenis, con Nadal y Marc López, y aun individualmente porque hay genios de garra y coraje, como Mireia Belmonte, Lidia Valentin, Eva Calvo, Joel Gonzalez y Orlando Ortega, que saltando de Cuba a España emociona a España con su agradecimiento, o la increible Carolina Marín, ejemplo de superación y seguridad en si misma, la primera campeona olímpica no asiática, que va a transformar en España un deporte minoritario en otra cosa.
Los políticos no parecen sacar de Rio conclusiones y al no ser capaces de inventar «la piragüa de tres», han hecho falta nada menos que seis meses para que Rivera pase de remar en la piragüa de Sanchez a hacerlo en la de . Rajoy. Si remaran en una sóla chalupa los tres, adonde van a llevarnos llegaríamos antes. Pena de que no podamos remar como Oxford y Cambridge porque cabríamos más en la canoa y porque alli ninguno de los miembros de las tripulaciones cuestiona la condición inglesa del Támesis.
Estamos en aguas bravas, nuestros chinchorros políticos van muy lentos y corremos el riesgo de que el personal crea que que van a motor y no hace falta remar. Nada más lejos de la realidad. Pese a esta calma chicha, el gobierno estás asediado por muchos piratas separatistas deseosos de hacerle a España un agujero en la línea de flotación para hundirla. Para defenderla se necesitan honra, barcos y piragüas.
A diferencia del piragüismo que tantas alegrías está dando, o la increíble Carolina Marin, la deportista española con mayor coraje, seguridad en si misma y competitividad desde el mejor Nadal, en la política no hay afán de superación sino de supervivencia. Una cosa es remar todos a una y otra que en la política española haya demasiada gente queriendo «vivir de la piragüa».