Se les ve el cartón a la legua.
Los de Unidas Podemos siempre han sido amantes de regímenes autoritarios.
Este 29 de enero de 2022 el periodista Eduardo Inda recuerda en La Razón algunos pasajes ‘memorables’ de los políticos comunistas.
Porque, insistimos, su idilio con las dictaduras viene muy de lejos.
Inda recuerda una declaraciones del hoy ministro de Consumo en el año 2013 criticando el envío de una fragata a Siria:
El Gobierno está embarcado en una acción terrorista en Ucrania. Ésta es la conclusión a la que llegaríamos si nos atuviéramos a una afirmación del ministro Garzón en 2013. «Aquí, en Málaga«, declaró junto a un imponente barco de guerra, «una fragata de la organización de terrorismo legal OTAN, de camino a Siria». Vamos, que Sánchez es un terrorista, Margarita Robles, otra, y Albares poco menos que un émulo de Bin Laden que se dedica a poner bombas y a matar niños indiscriminadamente.
El problema, destaca el también director de Okdiario, es que no solo es Garzón el autor de esas perlas, sino que en Podemos son legión los que dan la cara en favor de las tiranías:
Lo del enemigo de la carne, los juegos de azar, la Coca Cola y el turismo no es precisamente la excepción que confirma la regla. Dos satrapías sanguinarias han financiado históricamente a Iglesias, Monedero y Verstrynge: la venezolana y la iraní. La primera asesina y encarcela disidentes con la misma facilidad con la que un churrero corta sus productos; la segunda cuelga homosexuales, lapida mujeres y hace desaparecer a los críticos.
Y, claro está, ahora la formación populista se pone del lado ruso en el conflicto con Ucrania:
Ahora vuelven a las andadas criticando la firmeza occidental frente al imperialismo de Vladimir Putin. Un autócrata cuyo macabro hobbie es envenenar a los gerifaltes de la oposición, recuerden lo que sucedió con Navalni en Siberia, con Skripal en Salisbury con un Litvinenko que no lo pudo contar en Londres. Iglesias ya condenó en 2014 las sanciones a Rusia por invadir y anexionarse Crimea.
De lo que no le cabe la menor duda a Inda es que con estos políticos podemitas, de tener ellos el mando absoluto de España, la democracia en este país iba a durar menos que un caramelo a la puerta de un colegio:
Vamos, que los belicistas, los que están fuera de la legalidad internacional, son Biden, Scholz, Johnson, Macron y, naturalmente, su jefe, Pedro Sánchez. Lo que jamás escucharán a esta banda es una alabanza de un dirigente democrático occidental, sea de derechas, de izquierdas o mediopensionista. Jamás censuran a Putin, a Chávez, a Castro o a los ayatolás iraníes porque cobran de ellos y les gustaría ser como ellos. No quiero ni pensar cómo acabaríamos algunos y lo que duraría la democracia en España si ganasen las generales.