La textura que desaparece (y el tono que queda)
Hay algo casi mágico en un solar que se borra al aplicarlo. No hablamos de fórmulas blancas que dejan rastro o de esas cremas que pesan como una losa en pleno agosto. Alma Secret lo sabe, y por eso su nuevo Golden —el tercer tono de su familia de fotoprotectores minerales— juega en otra liga: «Queríamos que la piel respirara incluso con SPF 50», confiesa Rocío L. Cuesta, farmacéutica y fundadora de la marca.
El resultado es un fluido que se funde con la piel al instante, pero no se esfuma después. Deja en su lugar un glow discreto, como ese efecto «acabo-de-volver-de-vacaciones» que tantos buscan en invierno. «No es un maquillaje, pero iguala el tono mejor que muchas BB creams»
Más que un solar: un ritual matutino
Lo llaman «tres en uno», pero en realidad hace más: protege (de rayos UV, infrarrojos y luz azul), hidrata (con ácido hialurónico vegano y ceramidas) y corrige (gracias a un cóctel antimanchas con vitamina C y ácido ferúlico). «Es ideal para quien odia las rutinas largas: lo aplicas y olvidas».
El truco está en sus filtros físicos no nanopartículas —dióxido de titanio y óxido de zinc—, menos irritantes que los químicos. A esto se suma el Arabian Cotton, un activo extraído de células madre de algodón que actúa como «un airbag contra el estrés ambiental».
¿Por qué elegir Golden?
Mientras el tono Sand (neutral) y la versión incolora ya eran clásicos, Golden apuesta por calidez. Funciona en pieles claras y medias, y se adapta sin oxidarse —algo raro en los solares con pigmentos—.
Pero lo que enamora es su tacto: aceitoso al salir del envase, se transforma en seco al contacto con la piel.
La ciencia detrás del frasco
Alma Secret no es una marca más. Nace de la farmacología —sus fórmulas se desarrollan en laboratorios españoles— y usa agua termal como base. «Aprovechamos plantas de climas extremos, acostumbradas a defenderse del sol. Sus principios activos son más potentes».
El Complejo Dark Spot Defense es buen ejemplo: combina boerhavia (un despigmentante natural) con té blanco y centella asiática para reparar daños.
¿Merece la pena?
A 31,20€ por 50 ml, no es el solar más barato, pero su rendimiento justifica el precio: «Con dos pulsaciones cubro rostro y cuello. Un bote dura tres meses». Para quienes dudan, la marca ofrece muestras gratis en su web (almasecret.com).
Ahora, con tres opciones —sin color, Sand y Golden—, la decisión es personal: «El invisible es para puristas del skincare; los otros, para quien quiere simplificar su rutina». Mientras, el verano —y la contaminación— siguen ahí. Quizá por eso este solar no es un lujo, sino un seguro.
¿Lo mejor? Que funciona igual en la ciudad que en la playa. «La piel no entiende de estaciones».
