Parece mentira, pero José María Barreda ha eliminado -suprimido, borrado, ignorado- a José Bono de su biografía política. Según se puede leer en el currículo del actual presidente de Castilla-La Mancha, su ascenso desde la vicepresidencia fue una «reelección» y no una consecuencia de la renuncia del enriquecido Bono a seguir ocupando el cargo.
Bono ganó, por enésima vez, las elecciones autonómicas de 2003, y antes de que se cumpliese el año renunció al cargo para pasar a encargarse del Ministerio de Defensa del Gobierno de Rodríguez Zapatero. La segunda experiencia militar de este oficial de complemento -heredero de los alféreces provisionales de la Guerra Civil- fue ordenar una retirada, la de las tropas españolas en Irán que se dedicaban a rehabilitar escuelas y formar a la policía local.
Entonces fue el momento de Barreda, que después de soportar al jefe durante 27 años como subalterno en distintas competencias, se veía catapultado a la presidencia sin pasar por las urnas. Ese momento, quizás por error o errata, aparece en la biografía del actual presidente autonómico, que la página oficial de la Junta de Comunidades publica, como una inexistente «reelección».
Ni una sola mención hay en dicha nota biográfica a Bono. Ni como sucesor a título de presidente. Ni como ascendido por decisión del rico hombre de Albacete a la Consejería de Educación -que fue el primer cargo de Barreda en la Junta- desde una concejalía en el Ayuntamiento de Ciudad Real. Ni tan siquiera por cuando fue designado, por el entonces jefe del partido en Castilla-La Mancha, para presidir las Cortes regionales.
¿Le tiene hincha el presidente Barreda a su predecesor y mentor José Bono? ¿O es resultado del agradecimiento del subordinado al jefe cuando le deja ocupar su puesto? ¿Es consecuencia propia de la actividad política tal y como se entiende actualmente? ¿O, quizás, son las maneras de agradecerse el favor en los cenáculos del PSOE?
