Ver por televisión como los radicales se flagelan en otros países, pues no mola porque no tienes una idea clara de lo que es toda esa fiesta tan entrañable y porque, además, la tele siempre pone las escenas más fuertes, las más dramáticas, las más desagradables, y uno tiene cierta sensibilidad.
Por eso estoy deseando, tras los pasos que poco a poco está dando Sir Artur, saber cuándo es la flagelación, cuándo sus acólitos empiezan a darse latigazos a diestro y siniestro en la espalda porque estoy seguro que ese ritual tiene que tener algo más que desangrarse así a lo bruto… que tiene un componente cultural, didáctico y gastronómico. No sé, chiringuitos con pulpo y calamares… tal vez, pero patatas bravas… seguro.
Y a Sir Artur le pregunto esto porque sé que lo hará; que como todo iluminado pasará de las palabras a los hechos ¿y qué mejor, como primera acción reivindicativa, de propaganda ideológica, que demostrar al mundo que por el nuevo país se esta dispuesto a derramar sangre?
¿Hay acaso algo más hermoso (a parte de que llegado el día se retransmita en directo como la policía le da una hostias por gilipollas) que ver cómo la savia de una juventud corre por Canaletas o por Las Ramblas?. No lo hay, que va a haber.
Yo no sé si esto de cuasiinmolarse se puede congeniar a ritmo de sardana con el Castellers o tal vez con el Correfocs, es posible, lo que sí sé es que lo de flagelar es azotar, y me da eso, que alguno se va a llevar una azotaina, y pronto, porque me da que la decisión del Constitucional, aún es poco para Sir Artur.
