Pablo Crespo dentro del ‘caso Gürtel’ se le coloca en un lugar importante, se dice que por encima de él sólo estaba el señor Correa, es decir, que era el número dos de la trama. Se le acusa de delitos de cohecho, de fraude fiscal, de tráfico de influencias o de falsedad documental. A pesar de las acusaciones, el popular no se considera un corruptor.