VINCE GILLIGAN REGRESA CON UNA DISTOPÍA SOBRE LA FELICIDAD OBLIGATORIA

‘Pluribus’: la serie que da pesadillas al corrupto y derrochador Pedro Sánchez

En Apple TV+ una ficción de ciencia ficción donde la felicidad colectiva se transforma en el mayor horror, con Rhea Seehorn como protagonista inmunizada ante el virus de la euforia.

La serie Pluribus
La serie Pluribus. PD

Cuestiona y a fondo el Estado benefactor.

Vince Gilligan vuelve a la pequeña pantalla con una serie que llega en un momento delicado para cualquier gobierno que abogue por el bienestar colectivo.

Pluribus, disponible desde el 7 de noviembre en Apple TV+, plantea una inquietante pregunta: ¿qué pasaría si todos estuvieran obligados a ser felices? No es un asunto trivial. Es una bomba ideológica disfrazada de thriller psicológico que desmantela la narrativa del Estado benefactor y revela sus contradicciones más oscuras.

Este nuevo proyecto marca el regreso de Gilligan a la ficción tras cerrar el universo de Breaking Bad con su precuela Better Call Saul. En esta ocasión, explora un concepto que ha estado presente en su mente durante años.

Mientras disfrutaba de sus pausas para almorzar durante la producción de Better Call Saul, Gilligan imaginaba un mundo donde todos fueran amables, donde nadie pudiera ofender ni herir sentimientos, y donde la conformidad reinara por completo. Pronto comprendió que eso no era un paraíso, sino una prisión.

Así surge Pluribus, una distopía que desafía abiertamente el mito de la felicidad garantizada por decreto.

El virus de la euforia y la anomalía de Carol

Carol Sturka, interpretada por Rhea Seehorn —la misma actriz que dejó huella como Kim Wexler en Better Call Saul—, es una novelista de romances históricos que regresa a Albuquerque tras una gira promocional. Lo que encuentra no es la ciudad que dejó atrás. Un virus extraterrestre, inicialmente detectado como una secuencia de ARN radiado desde el espacio, ha transformado a la humanidad en una mente colectiva perpetuamente eufórica. Todos sonríen. Todos cantan. Todos están dispuestos a lo que sea por el bien común. Es el sueño dorado de cualquier autoridad totalitaria: una población sin fricciones, sin disidencias y sin individualidades.

Sin embargo, Carol es diferente. Su inmunidad la convierte en la persona más peligrosa del planeta para un sistema que necesita uniformidad absoluta. No solo se niega a ser feliz, sino que busca activamente sabotear ese estado de euforia colectiva. El drama central de la serie radica precisamente en esto: la mujer más infeliz del mundo debe salvar a la humanidad de su propia felicidad impuesta. Gilligan ha descrito a Carol como una «heroína reacia», alguien que no desea asumir la responsabilidad de salvar nada, pero siente que es su deber hacerlo.

La distopía que destroza el mito del Estado benefactor

Pluribus actúa como una crítica contundente al Estado benefactor y su promesa de felicidad garantizada. Mientras gobiernos y sistemas políticos venden la idea de que más regulación, mayor control y más intervención estatal generan ciudadanos más felices, la serie de Gilligan plantea una incómoda interrogante: ¿a qué costo? El virus de Pluribus no es un accidente; es fruto de una secuencia de ARN creada en laboratorio, un invento humano fuera de control. Pero lo verdaderamente aterrador no es el virus en sí, sino cómo el sistema lo utiliza.

En los primeros episodios, un funcionario de la Casa Blanca se pone en contacto con Carol para informarle que el gobierno ya conoce su existencia. Sabe que es inmune. Sabe que hay otros como ella. Y el objetivo no es proteger a esos inmunes, sino «entender qué los hace diferentes para poder arreglarlo». Es decir, eliminar esa anomalía. Borrar cualquier atisbo de disidencia para asegurar que todos sean felices, quieran o no. La serie muestra cómo Carol recibe alimentos y medicinas directamente en su puerta, como si estuviera aislada y vigilada constantemente por un sistema que pretende cuidarla mientras controla cada aspecto de su vida.

Este es el verdadero horror detrás de Pluribus: no se trata solo de ser feliz; se trata de ser feliz por obligación. No se trata del bienestar; se trata del bienestar impuesto. Después de dedicar más de diez años a escribir sobre criminales fascinantes en Breaking Bad, explorando cómo crece la corrupción desde dentro, Gilligan ha decidido cambiar su enfoque tras años trabajando en Better Call Saul. «Durante años hicimos atractivos a los villanos», ha declarado. «Es hora de escribir más sobre los buenos». Y en Pluribus, ese «buen chico» es quien se niega a sonreír.

El colectivismo como amenaza existencial

El título de la serie, escrito como PLUR1BUS, con el número 1 sustituyendo a la letra i, hace referencia intencionada al lema latino e pluribus unum —»de los muchos, uno»— presente en el Gran Sigillo estadounidense. Sin embargo, Gilligan lo invierte completamente: en lugar de celebrar cómo muchos pueden formar algo superior, muestra cómo esa unión aniquila lo individual. Cuando todos piensan igual y sienten lo mismo; cuando ser infeliz resulta literalmente imposible porque el virus ha eliminado esa capacidad; ¿qué queda entonces del ser humano?

Pluribus navega por esa zona gris donde lo colectivo entra en conflicto con lo individual. En ese choque, Carol emerge como última defensa ante algo fundamental: el derecho a ser diferente, a disentir y a experimentar infelicidad. No porque esta última sea deseable per se, sino porque tener esa capacidad es lo que nos define como humanos; nos permite elegir y resistir.

Datos curiosos y detalles que revelan la ambición de la serie

Gilligan ha sembrado numerosos detalles sutiles a lo largo del relato para aquellos espectadores atentos. En uno de los teasers aparece un número telefónico real —202-808-3981— conectado a un mensaje críptico dirigido a Carol. Inclusive aparece la cadena de donuts Sandy Pony Doughnuts, una empresa auténtica ubicada en Maryland, simbolizando esa normalidad americana devorada por algo mucho más grande. Estos detalles concretos ocultan verdades más profundas; son parte del sello distintivo del creador.

La serie también representa un retorno consciente a los orígenes literarios del propio Gilligan como guionista. Antes del fenómeno Breaking Bad, trabajó escribiendo para X-Files, abordando temas relacionados con ciencia ficción y fenómenos paranormales. Con Pluribus regresa a ese territorio familiar pero ofreciendo una perspectiva radicalmente distinta: ya no busca lo misterioso dentro lo extraño, sino las pesadillas ocultas tras lo cotidiano.

Además, ha incluido una frase en los créditos finales: «This show was made by humans» —»Este show fue hecho por humanos»— como declaración filosófica frente al auge actual de inteligencia artificial. Cuando le preguntaron sobre esto durante una entrevista con Variety, fue rotundo: «I hate AI» —»Odio la IA»—. Para él, preservar esa autenticidad humana tiene gran relevancia; exactamente eso defiende Pluribus: ser auténtico significa ser diferente e imperfecto.

El elenco y la estructura de la serie

Aparte de Rhea Seehorn, el elenco incluye a Karolina Wydra, conocida por su papel en Sneaky Pete, así como a Carlos-Manuel Vesga. También hacen aparición actores como Miriam Shor, proveniente de American Fiction, y Samba Schutte, conocido por Our Flag Means Death. Los primeros dos episodios fueron lanzados simultáneamente el 7 de noviembre; nuevos episodios irán saliendo cada viernes hasta completar nueve entregas antes del 26 diciembre.

La propia Seehorn ha manifestado que trabajar junto a Gilligan ha sido «un desafío constante». El creador juega con tonos y géneros mezclándolos audazmente; así se presenta esta obra como dramedy, thriller psicológico y ciencia ficción existencial al mismo tiempo. No se trata simplemente del renacer del fenómeno anterior: Carol no es otro personaje similar al icónico Walter White, ni tampoco encarna a alguna antiheroína condenada hacia su perdición moral; ella representa alguien decidida a enfrentar un sistema empeñado en «arreglarla», cuando su única anomalía radica precisamente en su humanidad.

Lo que hace Pluribus diferente

Lo distintivo en Pluribus respecto a otras narrativas distópicas radica precisamente en su premisa invertida: mientras muchas ficciones distópicas retratan gobiernos controladores mediante miedo o escasez, esta serie presenta uno cuyo control proviene directamente del placer absoluto ofrecido al ciudadano común; resulta mucho más insidioso y aterrador luchar contra aquello capaz ofrecerte todo lo deseado. Resistirse ante algo tan placentero puede resultar mucho más difícil que hacerlo frente a regímenes opresivos.

A través del tiempo transcurrido desde su obra anterior hasta ahora, Gilligan ha adquirido un entendimiento profundo sobre cómo opera el poder y cómo corrompe todo lo tocante; ya sea perpetuándose o transformando individuos comunes hasta convertirlos en versiones distorsionadas consigo mismos . En Breaking Bad, somos testigos del descenso hacia monstruosidad; mientras tanto,Better Call Saul nos muestra cómo las instituciones devoran almas humanas hasta convertirlas finalmente en aquello mismo temen convertirse . Con Pluribus, presenciaremos cómo sistemas pueden ofrecerlo todo pero aún así privarnos quizás del bien más preciado: nuestra libertad genuina para ser nosotros mismos.

Expertos han calificado esta producción entre las mejores ofertas actuales disponibles dentro del catálogo exclusivo ofrecido por Apple TV+, sugiriendo incluso contiene “la frase más impactante” vista este año . Esto sucede porque realmente ,Pluribus va mucho más allá mero entretenimiento ; representa advertencia clara sobre sacrificios requeridos nombre bienestar colectivo . Y probablemente ,exactamente tipo pesadilla político prometedor felicidad garantizada preferiría mantener oculta .

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