En esta fotografía que reproducimos arriba, tomada el 30 de marzo de 2018, podemos ver a Najin, una de las últimas dos hembras de rinoceronte blanco del norte –Ceratotherium simum cottoni- que quedan en el mundo.
Está en Ol Pejeta Conservancy Park, en el condado de Laikipia, en el norte de Kenia.
Los últimos ejemplares que vivían en libertad fueron literalmente erradicados en toda su zonas de distribución: Uganda en 1980, en Sudán en 1984 y finalmente en el Parque Nacional de Garamba, en República Democrática del Congo, declarándose su extinción en libertad en el año 2008.
LA AMENAZA
Las poblaciones de rinocerontes han disminuido drásticamente en las últimas décadas debido a la caza furtiva y la pérdida de hábitat.
Hay cinco especies de rinocerontes en el mundo: el rinoceronte blanco del sur, el rinoceronte blanco del norte, el rinoceronte negro, el rinoceronte indio y el rinoceronte de Sumatra.
La situación es particularmente crítica para el rinoceronte blanco del norte, que está al borde de la extinción: en la naturaleza, sólo quedan dos ejemplares, ambos hembras, lo que significa que la especie está prácticamente extinta.
En cuanto al rinoceronte blanco del sur, su población se encuentra en torno a los 18.000 individuos.
El rinoceronte negro también se encuentra en peligro crítico de extinción, con una población de alrededor de 5.500 individuos.
La población de rinocerontes de Sumatra se estima en menos de 80 individuos, mientras que el rinoceronte indio cuenta con una población de alrededor de 2.500 individuos.
UN HILO DE ESPERANZA
El rinoceronte blanco podrá salvarse ‘in extremis’ de la extinción. Un grupo de científicos provenientes de Kenia, República Checa e Italia han logrado crear, con éxito, el tercer embrión del animal exótico. Una situación que podrá salvar a toda la especie, ya que sólo quedan dos ejemplares en todo el mundo.
En marzo de 2018, el último rinoceronte macho (Sudán) de esta subespecie murió a los 45 años y desde entonces se ha intentado usar la fecundación in vitro para conseguir engendrar un ejemplar que evitara su extinción. Hasta ahora, sólo se habían logrado dos embriones en agosto del año pasado.
La madre (Najin) y la hija (Fatu) del rinoceronte fallecido viven en Kenia y se encuentran protegidas las 24 horas con guardias armados para defenderlas de los cazadores furtivos. Ha sido un embrión de Fatu el que se ha conseguido fecundar, al igual que ocurrió en la anterior ocasión.
«No sabemos cuantos embriones nos harán falta para conseguir que nazca un rinoceronte» declara Jan Stejskal, director del proyecto.
«Por eso cada embrión es muy importante, así como la cooperación entre científicos de diferentes organizaciones».
Ahora que el procedimiento se ha demostrado seguro, los científicos comenzarán un plan para seleccionar a la madre subrogada para el embrión entre un grupo de rinocerontes blancos del sur. Implantar el embrión en Najin o Fatu sería demasiado peligroso debido a su estado de salud y la posibilidad de extinción de su subespecie.
