Inmensas esculturas de madera reciclada escondidas en seis suburbios de Copenhague

Los inquietantes gigantes escondidos que te ayudan a descubrir la naturaleza de Dinamarca

La idea es estimular la curiosidad de la gente

Por eso ponemos las esculturas en el medio de la nada. Así la gente tiene que ir especialmente a buscarlas y, en ese trayecto, podrán ver distintos sitios y recordar que es bueno salir y explorar el mundo

De casa al trabajo, del trabajo al supermercado y del supermercado a casa.

Este círculo vicioso del que muchos de nosotros somos presa es lo que el artista danés Thomas Dambo intenta romper con su obra «Los seis gigantes olvidados».

Los seis gigantes son precisamente eso: inmensas esculturas de madera reciclada escondidas en seis suburbios de Copenhague.

La idea es estimular la curiosidad de la gente y darles la oportunidad de que «experimenten los lugares hermosos, la naturaleza que hay alrededor de la ciudad», le explica Dambo a BBC Mundo.

«Por eso ponemos las esculturas en el medio de la nada. Así la gente tiene que ir especialmente a buscarlas y, en ese trayecto, podrán ver distintos sitios y recordar que es bueno salir y explorar el mundo».

Así, resume Dambo, el objetivo no es sólo disfrutar de las esculturas sino del trayecto que hay que hacer para verlas.

Los espacios donde están emplazadas son espacios libres que, como no son parques, suelen ser muy poco visitados.

Son espacios verdes temporales, ya que en el futuro, explica Dambo, es posible que se transformen en espacios habitados.

Las esculturas son una excusa para que la gente se anime a visitarlos antes de que desaparezcan.

Para verlas, el escultor creó un mapa, similar a una búsqueda del tesoro, con indicios de dónde están escondidas.

Y al lado de cada una de las esculturas hay una roca que tiene una placa que ofrece pistas de dónde está la siguiente.

En un día, en bicicleta o en auto, se pueden visitar todas en cuestión de 5 o 6 horas.

O para los que tienen tiempo y energía, se pueden ver a pie en cerca de 12 horas.

Todas las esculturas están hechas de madera reciclada por Dambo, sus asistentes y un grupo de voluntarios locales.

Lo primero es el lugar.

Cuando Dambo descubre un sitio bello y desconocido, piensa en qué escultura podría complementar el paisaje a la vez que cumplir una función.

Son esculturas vivas, que interactúan con el ambiente, no sólo para observar sino para tocar o treparse.

Los nombres de cada uno de los gigantes -Oscar, Little Tilde, Louis, etc.- son de los voluntarios que los construyeron junto a Dambo.

Cada una de ellas llevó un tiempo de preparación en el taller de dos semanas.

Construirlas en el lugar tomó cerca de una semana, le dice Dambo a BBC Mundo.

El proyecto lleva menos de un año, pero su impacto ya se hace sentir.

«No sé exactamente cuánta gente viene, pero sé que es mucha», dice Dambo.

«Pero cuando fui a poner las esculturas, por ahí no había nadie, sólo naturaleza. Ahora ves gente y puedes ver los senderos marcados en el suelo en la zona por los pasos de la gente».

Si quieres ver otros proyectos de Thomas Dambo puedes hacer clic aquí.

Este artículo fue publicado originalmente en BBC Mundo. Leer más

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