La escena es cotidiana: dolor de cabeza, fiebre o molestias musculares, y la mano va directa al cajón de los remedios donde esperan, pacientes, el ibuprofeno y el paracetamol. Su uso parece tan inocente como prepararse una infusión. Sin embargo, investigaciones recientes advierten que estos analgésicos de confianza podrían estar alimentando una amenaza global: la resistencia a los antibióticos.
A día de hoy, 31 de agosto de 2025, la comunidad científica mira con lupa a estos medicamentos tras la publicación de un estudio pionero de la Universidad de Australia Meridional. El hallazgo es inquietante: el consumo regular de ibuprofeno y paracetamol, especialmente en combinación y junto a antibióticos, favorece la aparición de bacterias más resistentes, dificultando el tratamiento de infecciones comunes y complicando el panorama de la salud mundial.
Cómo los analgésicos entrenan a las bacterias
El mecanismo descubierto por los científicos es tan fascinante como preocupante. Al analizar la interacción de estos fármacos con bacterias como Escherichia coli —culpable habitual de infecciones intestinales y urinarias—, los investigadores observaron un fenómeno inesperado: cuando las bacterias se exponen a ciprofloxacino (un antibiótico de uso frecuente) junto con ibuprofeno y paracetamol, las mutaciones genéticas en estos microorganismos se disparan.
El resultado: las bacterias no solo sobreviven al antibiótico, sino que se vuelven más resistentes y se reproducen más rápido. Y lo más inquietante es que este efecto no se limita a un solo antibiótico, sino que se extiende a varias clases, dificultando cada vez más el tratamiento de infecciones.
- El ibuprofeno y el paracetamol, al interactuar con las bacterias, activan mecanismos genéticos que les permiten “expulsar” los antibióticos, neutralizando su efecto.
- El efecto es mayor cuando ambos medicamentos se toman juntos, un hábito común cuando el malestar aprieta.
- La polifarmacia —el uso simultáneo de varios fármacos—, especialmente frecuente en residencias de mayores, multiplica el riesgo de crear “superbacterias” resistentes.
Salud, bienestar y una amenaza que crece en silencio
La Organización Mundial de la Salud estima que la resistencia a los antimicrobianos fue responsable directa de 1,27 millones de muertes en 2019, una cifra que solo va en aumento. Tradicionalmente, el abuso de antibióticos era el principal sospechoso. Ahora, la ciencia apunta a que el uso indiscriminado de analgésicos de venta libre también está contribuyendo al problema.
El impacto en la salud y el bienestar personal es doblemente preocupante:
- Por un lado, estos fármacos alivian molestias cotidianas, mejorando la calidad de vida.
- Por otro, su uso frecuente y combinado puede facilitar la aparición de infecciones más difíciles de tratar, al reducir la eficacia de los antibióticos.
Especialmente vulnerable es la población mayor, donde la combinación de varios medicamentos es habitual y el sistema inmunitario está más comprometido. En estos entornos, las bacterias encuentran el caldo de cultivo ideal para evolucionar y hacerse más resistentes, poniendo en riesgo la salud colectiva.
Qué podemos hacer: ciencia, prudencia y bienestar
No se trata de demonizar el uso de ibuprofeno y paracetamol —la fiebre y el dolor siguen siendo enemigos incómodos—, sino de repensar su consumo, sobre todo en combinación con antibióticos. Los expertos insisten en la importancia de:
- Utilizar estos medicamentos solo cuando sea necesario y siempre bajo supervisión médica.
- Evitar la automedicación, especialmente en casos de infecciones que requieran antibióticos.
- Informar a los profesionales de la salud sobre todos los medicamentos que se están tomando para evitar combinaciones de riesgo.
Además, los investigadores llaman a revisar las estrategias de tratamiento en residencias y centros sanitarios, donde la polifarmacia es la norma, y a impulsar campañas de concienciación sobre el impacto real de la resistencia a los antibióticos.
Anécdotas y curiosidades del botiquín
- El ibuprofeno fue sintetizado en 1961 y el paracetamol en 1877, pero sus efectos sobre la resistencia bacteriana no se habían sospechado hasta la década actual.
- A pesar de su uso cotidiano, en algunos países el paracetamol ha sido retirado temporalmente de farmacias por crisis de intoxicaciones, mientras que el ibuprofeno ha sido objeto de debates sobre su seguridad cardiovascular.
- Hay bacterias que desarrollan resistencia a los antibióticos en tan solo 11 días cuando están expuestas a combinaciones de analgésicos, según experimentos recientes.
- En la cultura popular, el paracetamol fue protagonista de un reto viral en redes sociales en 2022, que llevó a un aumento de ingresos hospitalarios por sobredosis accidental.
- La resistencia a los antibióticos fue considerada por la OMS como una de las diez mayores amenazas para la salud mundial… y ahora, el botiquín doméstico se suma inesperadamente a la ecuación.
La próxima vez que un dolor inoportuno ataque, quizá merezca la pena hacer una pausa antes de acudir al clásico “paracetamol o ibuprofeno”. Puede que, sin saberlo, estemos entrenando a las bacterias para el próximo asalto.
