Y el que es eterno, sin dejar de serlo, nace en el tiempo, haciéndose ciudadano de nuestro mundo
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, apeló ayer en su carta semanal a la esencia de la Navidad en contraposición a su concepto materialista. Así, el prelado afirmó que «Navidad es Jesucristo con todas las virtudes que le adornan; Navidad es María que lo trae al mundo en la virginidad de su cuerpo y de su alma; Navidad es la sagrada Familia, como nido donde brota la vida, como santuario del amor y de la vida».
El obispo llamó a los fieles a reconocer «la dignidad de hijo en el Hijo, la dignidad de hijo de Dios. Y alegrémonos con la alegría que viene de Dios». «La fiesta de Navidad -señaló Fernández- es la fiesta del nacimiento en la carne del Hijo de Dios, que se hace hombre para salvarnos. Este sujeto que hace dos mil años nace en Belén ya existía como Dios en la eternidad, y se hace hombre para hacernos a nosotros partícipes de su divinidad. Y el que es eterno, sin dejar de serlo, nace en el tiempo, haciéndose ciudadano de nuestro mundo». El obispo concluyó con un llamamiento: «No permitamos que el barullo ambiental nos distraiga del misterio. Navidad es una fiesta para fijarnos en la pobreza».