La nota concreta que con esta iniciativa se busca "rentar una parte" del "patrimonio inmueble" de la diócesis, con el fin de "obtener los ingresos suficientes que permitan" el mantenimiento y conservación del patrimonio religioso
El Obispado de San Sebastián ha defendido hoy la «profesionalidad, prudencia y transparencia» con la que, según explica, gestiona «el patrimonio recibido por sus fieles, al tiempo que recuerda que sus cuentas «son publicadas anualmente» en el Boletín Diocesano, además de estar disponibles en su página web.
La Diócesis donostiarra ha respondido de esta manera, en un comunicado, a las críticas realizadas por un grupo de curas, religiosos y laicos que han acusado en un manifiesto al obispo de Gipuzkoa, José Ignacio Munilla, de haber generado un «agujero» económico que pretendería tapar con una «reestructuración» patrimonial.
En su nota, el Obispado explica que este «posible» proyecto de reestructuración patrimonial ya fue dado a conocer el pasado 22 de febrero al Consejo Presbiteral sin que ninguno de sus miembros «mostrase una posición contraria».
La nota concreta que con esta iniciativa se busca «rentar una parte» del «patrimonio inmueble» de la diócesis, con el fin de «obtener los ingresos suficientes que permitan» el mantenimiento y conservación del patrimonio religioso de sus «numerosos templos de culto» que son la razón del «déficit de gestión anual» que se produce en la Diócesis.
El Obispado aclara en su escrito que su gestión económica «está supervisada por el Consejo Diocesano de Economía», integrado por «reconocidos profesionales en materia económica y jurídica».
Aclara además que la Diócesis también solicita el consejo del Colegio de Consultores en sus «actividades económicas más trascendentes».
Recuerda también que en el año 2011 su contabilidad fue sometida a un «estudio externalizado», mientras que en 2015 se realizó una auditoría económica del conjunto de los organismos diocesanos, y en 2016 una auditoría de análisis y diagnóstico de las políticas contables y controles internos, mientras que actualmente se lleva a cabo una revisión anual.
Además, en la última celebración de la Iglesia Diocesana, en noviembre de 2017, se entregó a todas las parroquias la información sobre el resultado del ejercicio económico del año anterior, para que, según el Obispado, fuera puesta «a disposición de los fieles».
Por estos motivos, la Diócesis lamenta que «la irresponsabilidad del comunicado emitido por el citado colectivo, haya podido inducir a una alarma gratuita e innecesaria» y que sus redactores «no se hayan acercado» antes al Obispado para «contrastar sus inquietudes».
(RD/Efe)