Manos Unidas, ante el Día Internacional de la Alfabetización

El analfabetismo condena a 750 millones de personas a la pobreza y la exclusión

Manos Unidas aprobó 199 proyectos educativos por importe de 10,2 millones de euros, en Africa, Asia y América

El analfabetismo condena a 750 millones de personas a la pobreza y la exclusión
Manos Unidas, ante el Día Internacional de la Alfabetización Manos Unidas

Una mujer formada y educada tendrá las herramientas para cambiar el curso de su vida: llevará a sus hijos, y también a sus hijas a la escuela y transmitirá sus conocimientos en su familia y en su comunidad

(Manos Unidas).- El 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Alfabetización, una jornada en la que el mundo vuelve los ojos hacia los más de 750 millones de personas -de las que casi 500 millones son niñas y mujeres- a las que el analfabetismo puede condenar a la pobreza y la exclusión.

A pesar de que el analfabetismo y, principalmente, el analfabetismo funcional (personas que tienen conocimientos básicos de lectura, escritura y cálculo pero que no son capaces de utilizar estos conocimientos de forma eficiente en las situaciones de la vida cotidiana) están presentes en todos los países del mundo, es en las naciones más pobres donde estas carencias se manifiestan con mayor intensidad.

Para Manos Unidas «la educación y, como primer paso, la alfabetización, es la principal herramienta para lograr que las personas puedan salir de la pobreza y para impedir que ésta se transmita de generación en generación», asegura María José Hernando, del departamento de Estudios de Manos Unidas. Porque la educación, además de ser un garante para el desarrollo de las personas, «favorece la creación de conciencia crítica, es fundamental para acceder a mejores oportunidades de trabajo y contribuye al desarrollo de los países», afirma Hernando.

 


Educación para el Desarrollo               Adela González/Manos Unidas

 

El trabajo de Educación para el Desarrollo que lleva a cabo Manos Unidas hace hincapié en denunciar las estructuras sociales y culturales injustas que un alto porcentaje de la población acceda a la educación en sus diferentes niveles y, con ella, a la satisfacción plena de la mayoría de los derechos que, como seres humanos, les amparan.

Con este objetivo, en el año 2017, Manos Unidas aprobó 199 proyectos educativos por importe de 10,2 millones de euros, en Africa, Asia y América.

 

Mujer y analfabetismo

En el Día Internacional de la Alfabetización, Manos Unidas quiere denunciar, también, que el analfabetismo ahonda la brecha de género y reclama el acceso a la educación de las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres. En el siglo XXI, cuando la tecnología y los medios deberían favorecer el acceso a los conocimientos y a la información para todos «es inaceptable que casi 500 millones de mujeres y niñas continúen privadas del acceso al conocimiento y, con ello, de las oportunidades que conlleva la educación», lamenta Hernando.

Por este motivo, el componente de género, que está presente en todos nuestros proyectos, es un requisito fundamental en los educativos. «Porque nuestra experiencia, y los datos constatados por diferentes organizaciones e instituciones, avalan que la inversión en la educación de las niñas y la consiguiente capacitación de las mujeres se traducen directamente en una mejor nutrición, salud y rendimiento económico para sus familias, sus comunidades y, por último, para sus países», explica María José Hernando. «Una mujer formada y educada tendrá las herramientas para cambiar el curso de su vida: probablemente se casará más tarde, tendrá hijos en edad adulta, llevará a sus hijos, y también a sus hijas a la escuela y transmitirá sus conocimientos en su familia y en su comunidad», afirma Hernando.

 

Manos Unidas, con la alfabetización                          Manos Unidas

 

Apoyamos la alfabetización de mujeres en Senegal

Según datos de la UNESCO, en África subsahariana hay cerca de 203 millones de personas de más de 15 años que no saben leer ni escribir. Además, en esta región del mundo, que alberga a la mayor parte de los países más pobres del mundo, casi la mitad de las mujeres son analfabetas.

«El analfabetismo es una de las causas de la marginación de las mujeres», asegura Adela González, coordinadora expatriada de Manos Unidas en Senegal para el convenio «Agricultura, Refuerzo del tejido asociativo rural y Derechos socioeconómicos de mujeres y jóvenes en Senegal», que la ONG lleva a cabo, con apoyo económico de la Cooperación Española (AECID), y que se conoce en la zona como Programa Karonghen (renacimiento en diola). Se lleva a cabo en la Baja Casamance, la región sur del país africano, castigada por años de conflicto y aislamiento.

El Convenio tienen como objetivo lograr el desarrollo socioeconómico de la población más vulnerable de la zona y, especialmente, de las mujeres. Además, se busca fortalecer el tejido social para mejorar la participación en la gobernabilidad, en una región caracterizada por un bajo nivel de desarrollo económico y por notables carencias en el ejercicio de otros derechos humanos, especialmente el derecho a la alimentación.

«Aunque el objetivo de mejorar la situación de la mujer esté presente en todas las actividades del convenio, el componente de alfabetización tiene una enorme relevancia dentro de la estrategia global de empoderamiento de la mujer«, informa González. «De hecho, este componente resulta elemental para que, entre otras muchas mejoras, la mujer pueda reclamar el respeto de sus derechos en su familia y en su comunidad», explica.

Para Manos Unidas y su socio local, la Asociación CPAS, la alfabetización es indispensable para lograr la educación para todos y clave para erradicar la pobreza, alcanzar la igualdad de género y garantizar el desarrollo sostenible, la paz y la democracia.

«Aquí, en la Casamance, he podido comprobar lo difícil que es el día a día para una mujer que no sabe leer ni escribir o que no tiene nociones básicas de aritmética o de números», explica González. «Estas mujeres, que son tantas veces el sostén de sus familias, pueden ser engañadas con las cuentas o los pesajes en el mercado, donde venden un elevado porcentaje de la producción de sus huertos», afirma la cooperante de Manos Unidas. «Esta, entre otras causas, nos lleva a poner el énfasis en reducir las desigualdades mediante el acceso a distintas formaciones entre las que la alfabetización es fundamental, porque favorece su empoderamiento en el ámbito familiar, comunitario y público «, explica la coordinadora expatriada de Manos Unidas en Senegal.

En el marco del convenio se han formado a 1500 personas, un 90% mujeres, que han adquirido competencias básicas de lectura, escritura y cálculo, así como conocimientos de organización y gestión para el desarrollo de actividades que permitan mejorar sus ingresos. Esta alfabetización de hace en lengua local, el diola, ya que una gran mayoría de la población rural no habla el francés, el idioma oficial de Senegal.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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