En el Getafe todo gira alrededor de Ángel Torres y sus decisiones. Hoy en día hay pocos clubs en la élite son tan presidencialistas como el azulón, una peculiaridad que recuerda a los tiempos de Jesús Gil o Manuel Ruiz de Lopera. Torres lleva varios meses enfadado con el mundo porque no entiende cómo nada funciona como él cree que debería hacerlo, tanto en su equipo como en la política española, donde la falta de un gobierno de izquierdas y las posibilidades de permanencia de Mariano Rajoy le sacan de sus casillas.Sobre su equipo, el presente genera numerosas preguntas en su cabeza porque no entiende cómo su proyecto puede estar pasando los apuros que pasa. Su apuesta por Fran Escribá ha pasado con más pena que gloria por el vestuario, algo incomprensible para él, como que Alexis Ruano y Ángel Lafita prefirieran salir del equipo a mitad de temporada en lugar de permanecer a su lado, con todo lo que él ha hecho por ellos.
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