Neymar está viviendo un verano extraño, entre la alegría y la tristeza. Primero fue el culebrón de su renovación, que lo puso en la picota por estar más cerca que lejos de marcharse entre otros al Real Madrid, lo que hubiese sido un duro golpe para el Barça, pero también para la imagen del crack brasileño. Luego fueron la resolución de sus juicios por parte del Barça, algo que hizo bastante daño a la entidad azulgrana y además ha estado vinculado al mundo de la noche tanto en Barcelona como en su país.