Tengo asumido que vivo en un país de mierda, España, que forma parte de un mundo de mierda. Un país en el que hay personas que se tiran de la azotea justo antes de que se la quiten, porque saben que, después de quedarse sin hogar, deberán seguir pagando el mismo hasta caer en un espiral de desesperanza sin fin. Por eso, algunos se tiran de cabeza directamente en esa espiral, ya con un final confirmado que, al menos, apague el sufrimiento propio. Mientras, los politicastros dicen que, ahora sí, harán algo para solucionar el problema de los desahucios. Ahora sí… Muy tarde para muchos.
Para eso, y que se me perdone lo que no es una frivolidad ante una cuestión tan grave, propongo a Lady Gaga como presidenta del Gobierno de España. Ayer planteaba la necesidad de partidos políticos con un aire nuevo, moderno y comprometido. Defendía el frescor que desprenden, para mí, UPyD o Ciudadanos por Cataluña. Pero algún compañero me ha respondido que hay que hacer tabla rasa, que no hay esperanzas, que todos son lo mismo: una casta parasitaria.
Aunque yo aún me agarro a la necesidad de salvar lo más sano de nuestra democracia, que reconozco herida de muerte, entiendo que haya quienes ya no crean en la política tal y como se configura en nuestro país. Por eso les propongo un modelo completamente nuevo: un Gobierno de unidad nacional comandado por Lady Gaga. Alguien a quien admiro, más que por su música, por su talante libertario, atrevido y conciliador con los afligidos. Se preocupa por los problemas de quienes sufren las verdaderas situaciones sangrantes de nuestra sociedad.
Camarada escéptico, si hemos de dejar caer nuestra democracia, que no nos sobrevenga el gobierno de los mercados golfos y ladrones; que no nos aplaste la cabeza un dictador; que no nos embelese un populista mesiánico: que sea Lady Gaga y su revolución de la libertad absoluta. Si he de dejar de creer en mi mayor ideal, la democracia, que al menos sea por una musa poetisa y libertaria.
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA