Si eres madridista, amante del baloncesto y estás tan nervioso como yo a dos horas de que empiece la final de la Copa de Europa contra el Olympiacos, me permito darte unos consejos. El principal, hacer lo que sea con tal de que el tiempo pase rápido. Y, siempre que se pueda, no ver nada relacionado con el partido. Hombre, caben excepciones, como tragarte entero un vídeo musical con las ocho Copas de Europa ganadas hasta la fecha. Te emocionarás ante un Real Madrid en blanco y negro que jugaba en un frontón y en el que la afición se estremecía con locura. Se te pondrán los pelos de gallina. Y basta. Déjate de vídeos.

Y sí, si te pones, también hay otra excepción. Léete el especial que hoy dedica el AS, con portada y las primeras ocho páginas dedicadas a la final. Es fantástico. Por un día, es una gozada que hoy se hable más de baloncesto que de fútbol. Y sí, escucha alguna que otra tertulia radiofónica, que también aquí nos hemos colado y emplean más tiempo del habitual con el juego de las canastas. Y sí, rastrea la web y entra en foros madridistas, plenos de ilusión y tensión. Pero ten cuidado, no vaya a ser que te enteres de que el gran Sabonis ha llegado a Londres para animar el equipo y el corazón te empiece a palpitar en exceso. Basta, basta de baloncesto.

Mi gran consejo. Enciérrate en capilla, coge un capote y ponte a torear de salón. En silencio, en agonía. ¿Qué no eres taurino? Enciérrate en capilla, pon música honda y deléitate con un poco de fado, copla o flamenco. ¿Qué no eres castizo? Sal a correr y revienta; después, pégate un duchazo y ábrete una lata de cerveza. Si no, otra opción es hacer todas estas cosas: toreo, canto de las entrañas, sudada, alcohol… Y, por último, también existe otra opción: ponte ante una hoja en blanco y escribe un texto absurdo como este, que no pertenece a ningún género, salvo al del nerviosismo extremo. Eso sí, con él ya se me han pasado unos minutos.

Ya queda menos. Menos de dos horas para un salto al vacío: ¡Novena o Muerte!

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA