La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Y llegó en Arganda el abrazo entre la enseñanza pública y la concertada

Días atrás, escribía un artículo titulado ‘Por un testimonio de armonía entre la enseñanza pública y la concertada’. En él hacía referencia a una triste polémica entre padres de alumnos de dos colegios de Arganda del Rey (Madrid), donde resido. Así, tras la inminente demolición del Colegio San Juan Bautista (de carácter público) por problemas de grietas, la Consejería de Educación de Madrid llegó a un acuerdo con el Colegio Virgen de la Soledad (concertado) para alquilarle un pabellón desocupado y que en él tengan lugar las clases del primer centro durante este curso. Hasta ahí, todo normal.

Pero todo cambió cuando se conoció el contenido de una circular a los padres, por parte del dueño del colegio concertado, en la que se ponía especial énfasis al señalar que los alumnos de su colegio no tendrían ningún contacto con los del público. La mecha prendió y, desde entonces, los debates en reuniones y foros digitales han sido lamentablemente azorados, derivando en insultos y ataques al modelo que representa cada centro: unos llamaban “elitistas” a los otros y los otros “aprovechados” a los unos. De ahí mi llamada al respeto común entre dos modos de enseñanza que son perfectamente compatibles en España. Y no solo mero respeto, sino ir más allá y crear un antecedente que podría ser ejemplo para todos.

Creo sinceramente que, aunque el origen de este tema específico sea una desgracia, ha de aprovecharse como una oportunidad para la convivencia. En un contexto general de crisis, donde los reproches están a la orden del día, la defensa de la educación para todos ha de estar por encima de cualquier diferencia. Y mucho más cuando se trata de dos concepciones alternativas, a las que las circunstancias obligan a abrazarse en un contexto concreto. ¡Pues bienvenida sea la oportunidad!

Así, me ha alegrado mucho abrir el correo y ver que me han hecho llegar un texto ilusionante. Se trata de un comunicado conjunto, firmado por las AMPAs de los dos centros y cuyo contenido no puede ser más positivo. Así, se manifiestan “en completo acuerdo” por el traslado de los alumnos del San Juan al Virgen de la Soledad; a la vez que “en completo desacuerdo” respecto a las opiniones vertidas por parte de algunos padres y en las que “se discrimina por razones de raza, renta familiar y otras razones a unas y a otras personas y, sobre todo, a unos y otros niños”. “Creemos firmemente que todos somos iguales, y así hemos de tratarnos”, añaden. Para, finalmente, reivindicar la idoneidad de dos sistemas educativos que son perfectamente compatibles: “Creemos que cada colegio tiene sus métodos (ni mejores ni peores)”.

Con el objetivo de que se conozca en el mayor número posible de espacios, contribuyo con mi granito de arena y expongo la excelente noticia que se ha producido en mi pueblo. Tras las iniciales (y tan españolas) rencillas y prejuicios, los ciudadanos se han escuchado entre sí y han ofrecido un testimonio inmejorable de convivencia. Ahora sí, los niños están en las mejores condiciones para entregarse a la bella tarea de la Educación. Todos juntos. Porque todos son iguales.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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