Obviamente, en cuanto a ciudadano que defiende la libertad como el bien más sagrado, deploro la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida por todos como Ley Mordaza. Y eso que ha sido rebajada bastante desde el proyecto inicial del Gobierno de Rajoy… Por otro lado, el que menos ha escuchado a la ciudadanía en toda la historia de la democracia desde la Transición.
Dicho esto, asumo conscientemente una postura que creo bastante impopular. Y es que, aunque no me guste esta ley, sí que creo que denota un síntoma preocupante, más allá del miedo de ciertos políticos a recibir algún día un castigo en plena calle. Lo que a mí me da miedo es que la tensión social es cada vez más elevada. Pero, aún peor, que a esta se le une una creciente irresponsabilidad en ciudadanos que, en la práctica, por su idiocia y falta de empatía (no hablo de personas con discapacidad, sino de descerebrados con todo el equipo puesto), son menores de edad. Estos tienen que tener todos los derechos constitucionales, faltaría más, pero también han de penar sus barrabasadas.
¿Defiende la libertad de expresión el sinvergüenza que amenaza con la muerte a un representante público en una red social? ¿Defiende la libertad de expresión el mismo sinvergüenza que utiliza idéntica red social para alegrarse de que en el último y triste accidente de avión hayan muerto “decenas de catalanes y panchitos”? ¿Defiende la libertad de expresión el homicida que lanza un baldosín arrancado del suelo a la cabeza de un policía o va cargado a dicha convocatoria con armas blancas y explosivos caseros? ¿Defiende la libertad de expresión el intolerante que se planta en una procesión de Semana Santa e insulta a lo más sagrado para los miles de presentes allí? Ojo, y aquí traigo los matices: sancionaría con una multa económica las dos primeras acciones y no así la tercera. Mi límite está en la seguridad física de las personas, no en los insultos. El que se quiera retratar como un indecente, que lo haga. Seremos muchos los que le retratemos apelando a nuestra libertad.
No, claro que no me trago esta Ley Mordaza con la que el Gobierno de Rajoy quiere maniatar a una mayoría social activa y concienciada. Solo reclamo que los descerebrados, al igual que tienen todos los derechos, paguen con sus responsabilidades. De vez en cuando, un toque al bolsillo no viene nada mal… Como reclaman los añejos: “Libertad sí, pero no libertinaje”.
Artículo publicado en Cuadrilátero 33, dentro del combate ‘El Gobierno saca adelante la Ley de Seguridad Ciudadana’.
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA
