Hablar de Galicia es hablar de mar, de paisajes verdes y, por supuesto, de una gastronomía marcada por productos del Atlántico. Pero hay algo que llama la atención a quien visita una pulpería gallega: ¿por qué los gallegos nunca beben agua cuando comen pulpo? Esta pregunta, habitual entre forasteros, esconde una tradición tan arraigada como curiosa.
La costumbre dicta que, si comes pulpo a la gallega —también conocido como pulpo á feira—, debes acompañarlo con vino, preferentemente tinto joven o blanco de la tierra. El agua, ni tocarla durante la comida. ¿Por qué? La explicación mezcla historia, creencias populares y un poco de leyenda.
Origen histórico de la tradición
La respuesta hay que buscarla en tiempos en los que la conservación del marisco era un reto. En el interior de Galicia, lejos del mar, el pulpo llegaba seco y se hidrataba antes de cocinarlo. El proceso hacía que el pulpo “recuperara” su volumen tras absorber agua. De ahí nació la idea popular de que, si se bebía agua al comerlo, el pulpo podría hincharse también en el estómago y causar molestias digestivas.
“El temor a posibles molestias digestivas llevó a evitar el agua como acompañamiento del pulpo.”
Aunque hoy sabemos que no hay ninguna base científica para esta creencia, la costumbre se ha mantenido viva generación tras generación. Es más, disfrutar del pulpo con un buen vino se ha convertido en parte fundamental del ritual gastronómico gallego.
Otros mitos gallegos relacionados
No es el único mito culinario en Galicia. Otra creencia popular recomienda tomar un vaso de leche después de comer marisco para evitar problemas digestivos. Estos hábitos forman parte del folclore local y dan color a la experiencia culinaria.
El ritual del pulpo: más que una receta
En Galicia, comer pulpo á feira es todo un acontecimiento social. La liturgia comienza en las ferias y romerías donde el pulpo se sirve sobre platos de madera, cortado con tijeras y regado generosamente con aceite de oliva virgen extra, sal gruesa y pimentón. El vino tinto —a menudo servido en cuncas (tazas pequeñas)— hace las veces de bebida oficial.
La explicación tradicional sigue viva en muchas familias y fiestas populares: “Si bebes agua con el pulpo te sentará mal.” Una advertencia que hoy muchos repiten más por cariño a la costumbre que por verdadera convicción.
Pulpo á feira: receta tradicional gallega paso a paso
Si quieres vivir la experiencia completa —y decidir tú mismo si bebes agua o vino— te contamos cómo preparar el auténtico pulpo a la gallega en casa siguiendo los consejos más fiables.
Ingredientes básicos
- 1 pulpo fresco o congelado (de 1,5–2 kg)
- Sal gruesa
- Pimentón dulce o picante (al gusto)
- Aceite de oliva virgen extra
- Patatas (opcional)
- Agua abundante
Consejos previos
- Si compras el pulpo fresco, conviene congelarlo al menos 24 horas antes para romper las fibras y lograr una textura tierna.
- Si es congelado, descongélalo lentamente en la nevera antes de cocinarlo.
Preparación tradicional
- Limpieza: Lava bien el pulpo bajo un chorro de agua fría para eliminar restos de arena o impurezas.
- Cocción: Pon al fuego una olla grande con abundante agua (sin sal). Cuando hierva intensamente, “asusta” el pulpo: introdúcelo en el agua durante unos segundos y sácalo; repite este paso tres veces para que la piel no se desprenda durante la cocción.
- Cocción final: Tras asustarlo, deja cocer el pulpo unos 30–40 minutos (según tamaño). Para saber si está hecho, pincha con un palillo en la parte más gruesa; debe entrar fácilmente.
- Patatas opcionales: Puedes cocer unas patatas (“cachelos”) en el mismo agua tras retirar el pulpo.
- Corte: Saca el pulpo y córtalo con tijeras en rodajas de aproximadamente 1 cm.
- Montaje: Sirve sobre plato de madera previamente humedecido con jugo del propio pulpo o aceite.
- Aliño: Añade sal gruesa, espolvorea pimentón al gusto (mezcla dulce/picante) y termina con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Trucos imprescindibles
- Usa siempre plato de madera: retiene mejor el calor y realza el sabor tradicional.
- Emplea tijeras para cortar el pulpo: facilita obtener rodajas uniformes.
- No escatimes en calidad del pimentón ni del aceite.
Sugerencias para acompañar
- Sirve acompañado de cachelos (patata cocida) y pan gallego.
- Y recuerda: tradición manda, mejor acompáñalo con un vino tinto joven o albariño si prefieres blanco.
¿Qué opinan los expertos?
Cocineros como Karlos Arguiñano han defendido este tipo de tradiciones como parte esencial del atractivo gastronómico gallego. También medios especializados como Directo al Paladar y blogs como Webos Fritos insisten en cuidar tanto los ingredientes como los detalles del ritual.
“La experiencia completa consiste en saborear cada bocado respetando los tiempos y las costumbres locales.”
¿Agua o vino? La decisión final es tuya
Hoy nadie teme ya al “pulpo hinchado”, pero la tradición pervive porque añade un plus emocional a uno de los platos más emblemáticos del recetario español. Si visitas alguna vez Galicia o preparas esta receta en casa, ya sabes: puedes beber lo que prefieras, pero si quieres sentirte auténticamente gallego, déjate llevar por la costumbre ancestral y brinda con vino.
En resumen:
- Los gallegos evitan beber agua con el pulpo por una antigua creencia sin base científica.
- El ritual forma parte inseparable del disfrute del plato.
- Preparar un buen pulpo á feira es sencillo si sigues los pasos tradicionales.
- La elección entre agua o vino queda ahora en tus manos… ¡pero ya conoces toda la historia!

