Para la actriz y modelo venezolana, Rosana Zanetti, el cuidado del cabello es una extensión de su bienestar, una forma de cuidarse por dentro y por fuera. Y ella lo cuenta así: «Para mí, el cabello es identidad. Puedo ir sin maquillaje o vestirme de forma sencilla, pero con el cabello arreglado me siento yo», confiesa. No lo dice por vanidad, sino porque ha aprendido que la conexión con uno mismo también pasa por esos pequeños rituales que nos reconcilian con el espejo.
Durante años, Rosanna cuidó su pelo desde la superficie, sin pensar en la raíz del problema: el cuero cabelludo. Todo cambió tras sus embarazos, cuando notó pérdida de densidad y comenzó una búsqueda más profunda. “Aprendí a escucharlo, a entender que necesita atención constante, como cualquier otra parte del cuerpo”, recuerda.
Su descubrimiento más revelador fue el peeling enzimático, un tratamiento que limpia y renueva el cuero cabelludo desde la base. «Igual que la piel del rostro, el cuero cabelludo también acumula residuos, grasa y células muertas. Después del tratamiento, sentí el cambio desde la primera vez», confiesa, con la naturalidad de quien ha encontrado algo que realmente le funciona.
Para Rosanna, todo empieza por un diagnóstico:
“Cada cabello tiene su historia, y conocerla cambia tu manera de cuidarlo”. Esta creencia la guía hacia una filosofía de cuidado basada en escuchar al propio cabello y respetar sus necesidades.
Una transformación que, más allá de la moda, refleja su propia filosofía: cuidar de uno mismo no es una obligación, es un acto de amor propio. Es una invitación a mirar en el espejo y escuchar la historia que nuestro cabello tiene para contar.
En 2025, ha sido elegida embajadora de los salones Llongueras, que presentan una propuesta centrada en la salud del cabello, con un enfoque que va más allá de lo superficial.

