Un ataque quirúrgico con recursos mínimos

Ucrania golpea la logística del Kremlin: destruye dos puentes clave en Bélgorod con drones baratos y minas rusas

Trump ha mostrado una postura ambigua respecto a la guerra: alterna declaraciones sobre una posible mediación con sugerencias de que Europa debería asumir mayor responsabilidad.

La voladura del puente ruso en Ucrania
La voladura del puente ruso en Ucrania. PD

La guerra en Ucrania da un inesperado giro tecnológico: esta semana, el ejército ucraniano ha logrado destruir dos puentes clave en la región rusa de Bélgorod utilizando drones de bajo coste y las propias minas rusas almacenadas bajo las estructuras.

Este golpe simbólico y logístico llega en un momento de máxima tensión militar y política, cuando Moscú intensifica su ofensiva en el frente y los intentos de mediación internacional parecen estancados.

A día de hoy, 30 de agosto del 2025, la destrucción de los puentes marca un raro éxito táctico para Kiev.

El operativo fue llevado a cabo por la 58ª Brigada Motorizada Separada ucraniana.

Según declaraciones recogidas por medios internacionales, la brigada detectó actividad sospechosa cerca de los puentes, utilizados por el ejército ruso para el suministro de tropas y material bélico cerca de la frontera con Járkov.

  • Los drones empleados costaron entre 600 y 725 dólares cada uno.
  • Localizaron depósitos de minas antitanque y munición bajo los puentes.
  • Aprovecharon las cargas rusas, originalmente pensadas para volar los propios puentes si Ucrania avanzaba, y las detonaron con los drones.

El resultado: explosiones masivas que inutilizaron ambas infraestructuras y cortaron temporalmente rutas críticas para el abastecimiento ruso. Este tipo de acción habría requerido misiles guiados mucho más costosos en operaciones convencionales.

 

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Contexto militar: adaptación e ingenio ucraniano

Esta operación ilustra la adaptación de Ucrania a las limitaciones materiales impuestas por una guerra prolongada. Frente a la superioridad numérica y tecnológica rusa en muchos frentes, Kiev ha apostado por maximizar el impacto de recursos asequibles.

  • En junio, Ucrania ya había sorprendido con el ataque coordinado “Spiderweb”, usando 117 drones para golpear bases aéreas rusas a miles de kilómetros del frente.
  • La estrategia se centra ahora en debilitar la logística rusa mediante ataques quirúrgicos que infligen daños desproporcionados al coste invertido.
  • La destrucción de infraestructuras profundas en territorio ruso eleva la presión sobre Moscú y demuestra vulnerabilidades logísticas insospechadas hasta hace poco.

Mientras tanto, Rusia mantiene su campaña diaria de ataques aéreos sobre ciudades ucranianas. Las ofensivas terrestres rusas siguen avanzando lentamente en algunos sectores del frente, pero estos reveses logísticos pueden ralentizar su capacidad operativa.

Escenario político internacional: incertidumbre y cálculos en Washington

La dimensión geopolítica del conflicto cobra nuevo protagonismo tras este episodio. En Estados Unidos, Donald Trump sopesa públicamente si aumentar su implicación directa en las negociaciones sobre Ucrania o dejar que sean Putin y Zelenski quienes determinen el rumbo diplomático.

  • Trump ha mostrado una postura ambigua respecto a la guerra: alterna declaraciones sobre una posible mediación con sugerencias de que Europa debería asumir mayor responsabilidad.
  • El debate interno estadounidense gira en torno a si un mayor liderazgo norteamericano podría acelerar una salida diplomática o, por el contrario, fortalecer a Rusia al legitimar su presencia en territorios ocupados.
  • El propio Putin sigue retrasando cualquier negociación formal, mientras utiliza los avances militares como herramienta de presión tanto sobre Ucrania como sobre Occidente.

En este contexto, la destrucción de los puentes no solo tiene consecuencias prácticas inmediatas sino que influye también en las percepciones políticas internacionales. Para Kiev, supone una inyección anímica y una muestra tangible ante sus aliados occidentales del potencial estratégico que aún conservan incluso con recursos limitados.

¿Hacia dónde evoluciona el conflicto?

El uso exitoso de drones económicos para atacar infraestructuras estratégicas apunta hacia una tendencia cada vez más clara en la guerra moderna: la proliferación de tecnologías asimétricas capaces de alterar equilibrios sobre el terreno.

  • Moscú podría reforzar la protección o dispersión de sus depósitos logísticos, aumentando así los costes operativos.
  • Kiev buscará explotar cualquier vulnerabilidad similar detectada en otras regiones fronterizas o incluso más allá del frente inmediato.
  • El riesgo para Rusia es doble: pérdida material y psicológica al ver vulneradas sus líneas internas con medios tan asequibles.

En cuanto a la diplomacia internacional, el estancamiento persiste. La posibilidad de un cambio sustancial dependerá tanto del equilibrio militar como del cálculo político en Washington y Moscú. Por ahora, cada avance táctico —como el visto esta semana— añade complejidad e incertidumbre a una guerra que ya ha redefinido las reglas del conflicto moderno.

La imagen más clara tras este golpe es que ni Rusia ni Ucrania parecen dispuestas a ceder terreno fácilmente. Mientras tanto, la comunidad internacional observa cómo operaciones aparentemente menores pueden tener efectos desproporcionados sobre el curso general del conflicto.

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