Se sigue estrechando el cerco sobre el crecimiento de la organización Hermanos Musulmanes en el continente europeo, mientras las sociedades comienzan a percibir el peligro de su penetración en las comunidades a través de la difusión del extremismo.
En un movimiento sin precedentes, se puso en marcha una serie de concentraciones de protesta en varias ciudades europeas, empezando por Viena y Praga, pasando por Londres, París, Berlín, Suiza y Bruselas, y terminando en los Países Bajos e Irlanda, para pedir que la organización Hermanos Musulmanes sea clasificada como una “organización terrorista”.
Este movimiento, descrito como un despertar, exigió aumentar la presión para imponer duras sanciones internacionales destinadas a congelar los activos de la organización, desmantelar sus redes financieras globales y secar todas las fuentes de financiación que se utilizan para apoyar el terrorismo.
También puso el foco en la agenda ideológica extremista de la organización y reveló los métodos que emplea para infiltrarse en las instituciones civiles y en las sociedades occidentales bajo la cobertura de la acción caritativa o política.
Insistió, además, en la necesidad de la rendición de cuentas legales, mediante la prohibición de viajar y desplazarse a los miembros y dirigentes de la organización, y el llamamiento a llevar ante la justicia internacional a todos los implicados en actos de violencia y apoyo al terrorismo.
No representan al islam ni a los musulmanes
Observadores señalan que estas movilizaciones constituyen un cambio cualitativo en la forma de abordar el pensamiento extremista en Europa; ya que sus objetivos no se limitan a los aspectos de seguridad o legales, sino que abarcan también dimensiones mediáticas, culturales y de sensibilización. Se centran en orientar tanto a las comunidades musulmanas como a la opinión pública europea hacia una comprensión más profunda de los peligros del discurso religioso extremista.
Europa despierta ante la amenaza del islam político radical
El movimiento subraya que los grupos extremistas no representan a los musulmanes moderados y que la expansión de la influencia del pensamiento radical perjudica la imagen de los musulmanes en Europa y amenaza la convivencia entre religiones y culturas.
En este contexto, el Consejo de Ulemas (máxima autoridad religiosa) de Arabia Saudí afirmó hace algunos años que la organización Hermanos Musulmanes es “una organización terrorista que no representa el método del islam, sino que persigue sus propios objetivos partidistas, contrarios a la guía de nuestra religión, se esconde tras la religión mientras practica lo que lo contradice: la división, la incitación a la discordia, la violencia y el terrorismo”.
En su declaración de 2020, dijo que “todo lo que afecta a la unidad de filas en torno a los gobernantes de los musulmanes —ya sea sembrando dudas e ideas, estableciendo grupos con juramentos de lealtad y estructuras organizativas, u otras formas— está prohibido según el Corán y la Sunna”. Y añadió: “A la cabeza de estos grupos de los que advertimos se encuentra la organización Hermanos Musulmanes. Es una organización desviada, basada en disputar la autoridad de los gobernantes y rebelarse contra ellos, encender las discordias en los Estados y socavar la convivencia dentro de un mismo país. Describe a las sociedades islámicas como ‘ignorantes’ y, desde su fundación, no ha mostrado interés por la doctrina islámica ni por las ciencias del Libro y la Sunna. Su objetivo es llegar al poder, por lo que la historia de esta organización está llena de males y sediciones, y de su seno han salido grupos terroristas extremistas que han sembrado la corrupción por el mundo entero, como es bien sabido y visible en los crímenes de violencia y terrorismo en todo el mundo”.
Confirmó también que la organización “se esconde detrás de la religión y practica lo que lo contradice: la división, la incitación a la discordia, la violencia y el terrorismo”, e hizo un llamamiento a todos a “tener cuidado con esta organización y a no pertenecer a ella ni simpatizar con ella”.
Movimiento oficial en Francia
Durante el mes de mayo de 2025, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, dio a conocer un plan gubernamental para combatir la “plaga de los Hermanos Musulmanes” y el “separatismo religioso” y el islam político en territorio francés.
En su comunicado de entonces, el Ministerio del Interior habló de un “proyecto político-religioso ideologizado, caracterizado por desviaciones reiteradas de los principios de la República, con el objetivo de construir una sociedad paralela”. Confirmó que esto se manifiesta “a través de prácticas contrarias a la República, como sacar a menores del sistema escolar o desarrollar actividades culturales y deportivas comunitarias”.
El informe de seguridad indicó que la organización no busca imponer la “sharía islámica” de manera directa ni establecer un Estado islámico en Francia, pero sigue una vía “oculta y gradual” destinada a socavar la cohesión social mediante un “islam comunitario” que influye en la vida pública y en las políticas locales.
Señaló que la organización, que está perdiendo influencia en el mundo árabe, centra ahora sus esfuerzos en Europa, y especialmente en Francia, que alberga —junto con Alemania— la mayor comunidad musulmana de la Unión Europea. Subrayó que la organización, fundada en Egipto hace más de 90 años, adopta un enfoque “contrario a la República” que pretende modificar progresivamente las reglas locales y nacionales, en particular en lo relativo a la laicidad y a la igualdad de género.
Tras ello, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la ampliación de la lista de sanciones impuestas a la organización Hermanos Musulmanes en Francia y aprobó nuevas medidas para congelar fondos y donaciones, durante una reunión del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional.
Macron anunció la creación de nuevas herramientas de sanción financiera y administrativa y “el establecimiento de nuevos mecanismos para congelar las contribuciones en efectivo y financieras, ampliando las medidas vigentes en la lucha contra el terrorismo”.
Anunció también “la ampliación del ámbito de las liquidaciones administrativas, actualmente aplicables solo a las entidades jurídicas, de manera que puedan incluir asimismo a los fondos de waqf (fundaciones religiosas), adoptando un sistema coercitivo para la liquidación de los activos de las organizaciones disueltas”, de modo que el tribunal competente pueda nombrar a un administrador encargado de efectuar la liquidación.
Macron hizo un llamamiento para “reforzar el sistema administrativo que permite prohibir publicaciones ilegales, ampliando los plazos de prescripción, y tomar medidas para combatir la incitación a la discriminación y a la violencia”.
El Elíseo insistió en la importancia de no confundir a la totalidad de los musulmanes con la organización Hermanos Musulmanes. Un responsable del Palacio presidencial declaró: “Combatimos el islamismo y su extremismo, no a los musulmanes”, añadiendo que el objetivo es “aumentar la conciencia” dentro de la Unión Europea sobre esta amenaza.
Suiza da la voz de alarma
En un contexto relacionado, el diario suizo 24 Heures advirtió del creciente influjo de la organización Hermanos Musulmanes en el país, señalando que esta corriente “no actúa únicamente a través de las mezquitas, sino que se extiende discretamente por redes comunitarias, educativas y financieras, lo que la convierte en una amenaza silenciosa para el tejido social y los valores democráticos del país”.
El periódico señaló, el 27 de julio de 2025, que “un informe elaborado en Francia reveló que el islam político representa una amenaza para la unidad de Francia, y este informe tuvo eco en la capital suiza, Berna”. Indicó que el informe desencadenó un amplio debate en el Parlamento federal suizo y llevó a diputados de diferentes corrientes políticas a exigir una investigación oficial sobre el grado de infiltración de esta organización y su influencia en la sociedad suiza.
En este sentido, la parlamentaria suiza Jacqueline de Quattro (del Partido Liberal Radical, cantón de Vaud) solicitó un informe detallado sobre la situación en Suiza.
Presentó una moción parlamentaria en la que pedía al Consejo Federal (el Gobierno) la elaboración de un informe sobre “la presencia, la organización, las redes de influencia y los métodos de actuación de las corrientes de islam político, especialmente de los grupos cercanos a los Hermanos Musulmanes, en Suiza”.
El diario francófono confirmó que la propuesta cuenta con un amplio apoyo de diversos partidos: el Partido Verde Liberal (PVL), el Partido del Centro (Le Centre), el Partido Liberal Radical (PLR) y el Partido Popular Suizo (UDC).
Subrayó que este respaldo amplio indica que la propuesta probablemente será aprobada y, de suceder así, el Ministerio Federal de Justicia y Policía (DFJP) deberá llevar a cabo una evaluación exhaustiva de la presencia de esta corriente en los ámbitos religioso, educativo, social y digital.

