La historia parece repetirse, pero esta vez con nuevos protagonistas y un guion más complicado para Pedro Sánchez.
Jordi Sevilla, exministro de José Luis Rodríguez Zapatero y figura relevante del PSOE, ha decidido alzar la voz, expresando abiertamente lo que muchos socialistas comentan en privado.
En una reciente entrevista en Herrera en COPE, Sevilla ha lanzado una serie de críticas contundentes hacia la estrategia del Gobierno, el estado actual de la socialdemocracia y la propia legitimidad política de esta legislatura, que según él “no debió comenzar”. No se trata de una simple queja aislada: es el inicio de un relato alternativo al sanchismo desde dentro del propio partido socialista.
Un exministro que ya no se muerde la lengua
Jordi Sevilla es una figura notable en la historia reciente del socialismo español. Fue ministro de Administraciones Públicas durante el mandato de Zapatero y se le reconoce como uno de los cerebros económicos más influyentes del partido, además de haber sido el negociador del fallido pacto entre PSOE y Ciudadanos en 2016. Su perfil técnico y su experiencia en grandes empresas y consultorías le otorgan una credibilidad que incomoda a Moncloa.
Recientemente, ha dado un paso más: en COPE cuestionó abiertamente la legitimidad política de esta legislatura, recordando que “los partidos del Gobierno habían perdido las elecciones” del 23J, señalando que todo se sostiene gracias a una “mayoría de bloqueo” para impedir que gobierne la derecha. Más allá de una simple discrepancia táctica, es una crítica profunda al modelo de poder establecido por el sanchismo.
La legislatura “que no debió empezar” y el desgaste institucional
Sevilla articula sus críticas a través de tres ejes principales: el institucional, el ideológico y el interno del partido.
En el ámbito institucional, advierte sobre un “pulso a dos manos” entre el poder ejecutivo y el judicial, especialmente tras la sentencia relacionada con el ex fiscal general del Estado. Considera “gravísimo” que se difunda la idea de que las instituciones pueden estar “controladas o influenciadas” por los partidos políticos, lo cual califica como una “perversión de la democracia”.
Asimismo, critica que se normalice gobernar sin presupuestos, algo que asocia al “deterioro democrático”, llegando incluso a calificar esta legislatura como “no democrática” si esta dinámica continúa. Esta acusación resulta especialmente perjudicial porque proviene de un exministro socialista, no desde las filas opositoras.
Además, censura tanto al Gobierno como al principal partido opositor por su miopía estratégica: mientras ambos se enfrascaban en polémicas sin sentido, ignoran cuestiones cruciales como la nueva estrategia de seguridad nacional implementada por Estados Unidos, que según Sevilla “ataca la soberanía nacional de los países europeos”. Ni Sánchez ni Alberto Núñez Feijóo, señala Sevilla, han presentado una respuesta seria ante este desafío.
El PSOE “abducido por el populismo” y la socialdemocracia menguante
Otro eje clave en el discurso de Sevilla es el desdibujamiento de la socialdemocracia. Según su análisis, el PSOE ha sido “abducido por el populismo” y ha puesto sus votos “al servicio” de fuerzas como Junts, Podemos o Sumar, muchas veces contradiciendo su propia tradición histórica.
Advierte sobre una “mengua sostenida” de la socialdemocracia en Europa y una pérdida significativa para ofrecer respuestas a problemas como la fragmentación social o lo que describen los informes de Cáritas como un “ascensor social averiado”.
Destaca la paradoja entre una economía que crece con fuerza mientras España continúa siendo uno de los países con mayor pobreza infantil y fuerte precariedad laboral, sin corregir así las desigualdades.
Concluye afirmando que “no tenemos un Gobierno socialdemócrata”, sino uno que presenta medidas “progresistas” mientras evita reformas estructurales necesarias como las fiscales o las relacionadas con la financiación autonómica.
