Que la llegada de Mourinho al Real Madrid iba a hacer correr ríos de tinta en la prensa de la capital se daba por hecho. Pero sorprende que los columnistas de Sport, con la seguridad que les da saberse seguidores del mejor equipo de la actualidad,el Barcelona, apenas recojan en sus opiniones el fichaje de Mourinho. Bien es cierto que hoy no era el turno del siempre incombustible José Luis Carazo, tan acostumbrados que nos tiene a ser el «azote» de Florentino y todo lo que huela a la capital de España.
Pero, otros compañeros suyos, como Joan Vehils, Joan María Batlle, Martí Perarnau y Josep María Fonalleras pasan por alto los movimientos de su eterno rival y echan la mirada hacia las inminentes elecciones en el club culé y sus posibles refuerzos, como Cesc o Mata.
Todo lo contrario de lo que ocurre con Mundo Deportivo, que abre con una columna de su director adjunto, J.M. Artells, titulada «Mourinho, camaleónico». Más que un ataque al técnico portugués, parece un ensañamiento con los medios de Madrid. Más de lo mismo.
«Mou no movió un músculo desgranando su ideario o desbaratando maledicencias. Impartió su catecismo de forma didáctica, sabedor de que la entusiasmada prensa florentinista lo esparcirá a los cuatro vientos como los diez mandamientos del nuevo mesías.
El ego del luso desprendió un rastro de sinceridad, el mismo que dejó al aterrizar en la Premier o en el ‘calcio’, donde sus guerras mediáticas con los colegas rivales no tardaron en hacerse célebres. El Real Madrid tendrá por fin, contra lo que ha sido su tradición, a un técnico que estará por encima de sus estrellas; y la prensa recibe encantada a un montón de portadas para intercambiar con Cristiano»
Miguel Rico aprovecha su columna («El entorno encarece a Cesc») para acusar a Mourinho y a Florentino Pérez de intentar torpedear el fichaje del jugador catalán por el Barcelona ante un supuesto interés merengue en la operación.
«Ahora bien, volviendo al interés del Madrid. otra manera de observar este asunto es que el ‘perverso’ Florentino, sabiendo que Cesc sólo quiere jugar en el Barça, intente encarecer la operación con un galáctico interés artificial que le dé al Arsenal la coartada que necesita para volver a desplumar al Barça. Como ya hizo en su día con Petit, con Overmars, con Henry y con Hleb. Estamos hablando de noventa y tantos millones de euros de gusto y ganas.»
Como ven, opiniones para todos los gustos. Pero está claro que esta incorporación del Madrid no ha dejado indiferente a nadie. Si acaso, a no ser que lo remedie Carazo mañana, a los de Sport.