OPINIÓN / Afilando columnas

Del Pozo no cree que Rajoy sea un ‘maricomplejines’ y le dedica un «eres más duro que Aznar»

Francesc-Marc Álvaro (La Vanguardia): "Los poderes españoles alimentan la discordia, la confusión y la desconfianza"

Hay días en los que uno no puede decir eso de «sorpresas te la vida» al asomarse a los espacios de opinión de la prensa de papel española. Tanto en los diarios impresos de Madrid como en los de Barcelona, la mayor parte de los artículos del 12 de septiembre de 2014 están dedicados a la Diada, ya sea a la manifestación con forma de V en la Ciudad Condal, ya sea a otras cuestiones como si se va a celebrar el famoso referéndum independentista o no. No podía faltar en el ‘día después’ una columna en La Vaguardia firmada por el que podemos considerar el portavoz oficioso de Artur Mas, al igual que tampoco podían estar ausentes los textos contrarios al independentismo en medios como ABC o La Razón.

Hacemos sonar una vez más nuestra armónica, con nuestra sintonía del afilador y no la de ‘El segadors’, y pasamos a hacer un repaso de los artículos que más nos han llamado la atención.

Empezamos en el auto proclamado ‘diario de la Catalunya real’, donde nos ha sorprendido un artículo de Ramón de España titulado Oigo, patria, tu aflicción. Se muestra muy duro con la televisión autonómica catalana.

Aunque eran las diez y pico de la mañana, mi barrio ya hervía de patriotas con estelada (en mástil o anudada al cuello en plan capa de superhéroe); en la farmacia, uno de ellos intentó colárseme, pero le paré educadamente los pies: francamente, si empiezan a colarse en las farmacias antes de ser independientes, no quiero ni pensar cómo se portarían en el improbable caso de que alcancen sus objetivos

Ya saben ustedes que últimamente los columnistas de El Periódico, y alguno de La Vanguardia, han descubierto que está al servicio del nacionalismo.

Nada más volver a casa, empecé a darle al Frenadol, aunque no me había olvidado de la nochecita toledana que me dio TV3. Culpa mía, pues me enganché a la tertulia de las 11 en el 3/24, que siempre es un modelo de equilibrio y ecuanimidad. Me alegró ver que habían recuperado la figura del ‘botifler’ al que linchar en público, representada esa noche por Joan López Alegre.

Concluye:

No me duelen prendas a la hora de felicitar a los nacionalistas por la V. Eso sí, dejen de hacerse los oprimidos, aunque solo sea por respeto a los auténticos oprimidos, que los hay en este mundo, pero no somos los catalanes. Oigo, patria, tu aflicción, sí, pero ni la comparto ni me la creo.

Sinceramente. Se trata de uno de los mejores artículos que este humilde lector de columnas ha leído hasta ahora en El Periódico. Lástima que hayan tardado tanto en darse cuenta de ciertas cosas.


Francesc-Marc Álvaro.

Pasamos ahora al periódico del Conde de Godó y Grande de España que aunque ha reculado en su apoyo al independentismo mantiene entre sus articulistas a algunos de los más firmes partidarios de la independencia de Cataluña. Uno de ellos es Francesc-Marc Álvaro. Como ya hemos señalado en otras ocasiones, poco conocido fuera de su comunidad autónoma en ella está considerado el portavoz oficioso de Artur Mas. Su artículo de esta jornada se titula V de verdad.

A partir de hoy entramos en un periodo intenso que viene marcado por el hito del 9 de noviembre. La legalidad del Parlament y la legalidad del Gobierno español chocarán inexorablemente y veremos quién sabe hacer y argumentar mejor para superar el round. Debe dominar el cerebro y no el estómago. Ya he escrito antes que el bloque partidario de la consulta será fuerte si trabaja unido, con inteligencia y confianza. Los poderes españoles alimentan la discordia, la confusión y la desconfianza, es su esperanza. Las personas que ayer formaron la V esperan, sobre todo, la hora de la gran política.

Este párrafo se las trae. No existe la posibilidad de que las legalidades del Parlament y del Gobierno choquen una contra la otra. Si eso ocurre es porque una de las dos instituciones se sitúa precisamente fuera de la legalidad. Las leyes existen y cuando alguien se las salta, aunque sea un parlamento, actúa contra esa citada legalidad. Pero no eso es lo peor.

Es tremenda esa frase de que «los poderes españoles alimentan la discordia, la confusión y la desconfianza, es su esperanza». Al leerla, el afilador de columnas ha tenido la impresión de estar frente a un diálogo de El Señor de los Anillos, con el mago Gandalf explicando a Frodo Bolsón y otros hobbits cómo actúa su enemigo Sauron, el Señor Oscuro de Mordor. De verdad, esperábamos de Álvaro, que es una persona inteligente, algo menos vulgar y simplista.

Cambiamos ahora de ciudad, de periódico y de orientación. Nuestro recorrido por la prensa madrileña arranca en ABC, con un Hermann Tertsch titulado Masa y verdad.

Esta declaración de Libres e Iguales, la iniciativa de españoles para la defensa de España, los españoles y su Constitución, recibió aplausos atronadores. Pero la conmoción de la audiencia iba más allá. Porque la declaración, en la voz de Álvarez de Toledo, será recordada como un hito en la reacción de la dignidad de la ciudadanía de España ante tanto atropello separatista, tanta agresión a la legalidad y tanta indolencia de los gobernantes. Léanla. Ante tanta mentira de quienes quieren destruir España y tanta indiferencia y desidia por parte de quienes han jurado defenderla, la declaración de Libres e Iguales es una proclamación rotunda de la vigencia de la verdad y la buena fe. De un pequeño grupo de españoles que llaman a los españoles a reaccionar. Porque importa la verdad. Y porque España importa.

Reconocemos que la declaración Libres e Iguales nos gusta, pero tiene algo que no nos hace tanta gracia. El papel de liderazgo de Cayetana Álvarez de Toledo le vincula demasiado a FAES, a una organización política concreta, por mucho que bastantes de quienes la apoyan nada tengan que ver con la citada fundación. Es una lástima, pues le hace perder parte del necesario carácter de sociedad civil y del gran peso intelectual y moral que aportan muchos de los que participan en el proyecto.


Artur Mas.

Saltamos ahora a La Razón, donde Pedro Narváez escribe Lo que Mas esconde.

El gigante Mas no sabe qué hacer ahora con los cabezudos que andan sueltos en su último aquelarre previo a la jibarización de sus almas. El miedo empieza a encoger a Mas, como lo haría su sexo en el congelador de las mentiras, de tal manera que el macho alfa de la independencia cantará como un castrati. Sólo hay que esperar a la comisión de investigación de Pujol que le bastaba metro y medio de estatura para conseguir un récord de inteligencia y mala leche. Es lo que tenemos los bajitos.

Dice de Mas:

Ahora la corrupción le cerca y ese olor a podrido le acerca más al dadaísmo que a la Diada. Como el urinario de Duchamp que acabó en un museo, Mas será, más cañí que nunca, un muñeco para colgar en el coche porque ni tiene algo característico como la boina de Pla o el bigote de Dalí.

Tras esto pasamos a El Mundo, donde encontramos dos columnas dedicadas a comentar la actitud ante el reto independentista por parte del Gobierno del registrador de la propiedad que creíamos metido a gobernante. Federico Jiménez Losantos titula Disolver el Gobierno.

Entre las majaderías que ha ido inventando el Gobierno para no hacer nada frente a la rebelión separatista de una parte del Estado, la Generalidad de Cataluña, contra el Estado en su conjunto -no contra «el resto del Estado» sino contra todo, incluida la parte que él representa- la mejor es la última: que el Gobierno está seguro, porque tiene que estarlo, de que todas las personas con cargos oficiales tienen la intención de cumplir la ley. Mortadelo y Gallardón o Margallo y Filemón han repetido varias veces este chiste antes de la Diada de ayer, tercera demostración de cómo la Generalidad de Cataluña se ha convertido en una fuerza golpista que utiliza todos los resortes del Estado para destruir la legalidad vigente.

El turolense concluye:

El Ejecutivo está, en todas las civilizaciones, para eso: perseguir a los que no respetan las normas alumbradas por el Legislativo y llevarlos ante el Poder Judicial, que les impone la pena correspondiente. Pero si el Gobierno del PP cree lo que dice, debería actuar en consecuencia y disolverse.

No caerá esa breva.

Con independencia de los argumentos de Losantos, nos da la impresión de que Rajoy le tiene demasiado cariño a su cargo como para disolver su Ejecutivo.

En la contraportada del periódico ahora dirigido por Casimiro García-Abadillo, Raúl del Pozo titula La bruja de Mariano. Fantasea el periodista con que Rajoy ha conseguido colar a uno de estos personajes en el Palacio de la Generalitat, y que hablan por teléfono. Nos ofrece detalles de la conversación.

– ¿Por qué se han enfurecido los catalanes?

– Porque se sintieron burlados en su necesidad de aprecio y respeto. El propio Jordi Pujol decía hace unos años que los catalanes no se gustaban a sí mismos y tampoco gustaban al resto de España. Anticipaba al tremendo ridículo que ha hecho él mismo y que le ha hecho hacer a los catalanes. Pero los que pensaban que el factor Pujol iba a desmovilizar, se han equivocado: ha surtido el efecto contrario, ha estimulado la protesta. Al sentirse ridiculizados, defienden su orgullo y apoyan la Diada como terapia.

– ¿Que ocurrirá ahora?

– Continuarán con más energía las manifestaciones. Yo sé, Mariano, que tienes preparada una enérgica respuesta. Sé que eres más duro que Aznar. Pero es necesario que tengas en una mano el artículo 155 y en la otra el texto de un pacto.

Nos sorprende esto último, que Del Pozo (poniendo sus opiniones en la boca de la bruja) considere a Rajoy más duro que Aznar. Aunque bien pensado, cuando estuvo en el Gobierno el ahora ex presidente que ha sustituido su abdomen por una tableta de chocolate cedió muchísimo ante el nacionalismo. Aunque el parezca haberlo olvidado, el Pacto del Majestic existió.

 

 

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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