Este 14 de julio de 2015, escribe Raúl del Pozo en El Mundo una columna titulada ‘M y H salvaron el violón’ en la que arranca diciendo:
Merkel y Hollande evitaron la tragedia, que significa lo que lleva hacia la fatalidad, lo que no tiene salida. Hollande, entre los buitres, hizo esta reflexión: «Nada hubiera sido peor que humillar a Grecia esta noche». La van a pelar, pero no la envían al ostracismo, no han escrito su nombre en el caparazón de la tortuga.
Añade:
Muchos temen que el proyecto europeo siga desmoronándose y, también, la credibilidad de una moneda susceptible de ser fundida por las turbulencias del sistema paranoico. La imposibilidad de la expulsión no excluye que se pueda hacer por la vía de hecho de empujar a un Estado miembro a buscar una alternativa al euro.
Y concluye:
Es el riesgo que ha corrido Grecia si no se hubiera llegado a un acuerdo con los acreedores. Éstos no han recordado que Grecia es el violín de la humanidad y exigirán más control para una deuda que no se pagará hasta las calendas griegas, una fecha imposible.
