¿De verdad que la alcaldesa de Barcelona estaba borracha?

¿De verdad que la alcaldesa de Barcelona estaba borracha?

Entre mucho ruido de fondo, se oyen los gritos de ¡boracha! Van dirigidos a la alcaldesa, Ada Colau, que ha querido “irse de juega”, quizá para olvidar la dinámica de asesinatos, violaciones, robos y asaltos a mano armada que han convertido Barcelona en la ciudad más insegura de Europa. Por las imágenes que han trascendido, yo no me atrevo a decir que esté borracha. Los vídeos hay que verlos enteros. Si así fuera, qué vergüenza, qué falta de respeto a los ciudadanos y a las instituciones! Tampoco me extrañaría, la borrachera y mucho más. Sería el colmo, pero, aun sin eso, ya tiene un abultado pedigrí.

Me viene bien la noticia para recordar sus gracias. Colau es una de las arrabaleras diplomadas de la nueva casta política, por concurso de méritos. Esta podemita manipuladora y sensiblera, perseguidora de policías y marginadora de Fuerzas Armadas, fomentadora de odios, protectora de terroristas y corruptos –siempre que sean de su cuerda—, manteros y cuanta chusma hay sobre el orbe, se rige por el arquetipo de la maldad y sus múltiples flecos. El “sorista” y bienmandado Valls debe estar orgulloso de haberle regalado a este dechado de virtudes el bastón de mando por cuatro años más.

Si la melopea fuera real, estaríamos hablando de un desliz imperdonable para un personaje público cuyo sueldo sale de nuestros bolsillos. En ese caso, debería dimitir e irse por donde vino, con sus colegas okupas. Esto no ocurriría, no obstante, porque, ante todo es mujer y eso es ya un valor en sí mismo, casi el único mérito que portan muchas de las que okupan las primeras y segundas líneas de la política actual, salvo excepciones, claro. Siendo mujer, parece que todo tiene disculpa por el hecho de serlo. ¡Quién nos iba a decir que la matrícula de la entrepierna iba a ser en estos tiempos tan decisiva para ejercer el renovado derecho de pernada!

A la luz de todo lo que se ha ido destapando en las páginas de la historia de Cataluña de todo el periodo democrático, quizá Barcelona sí se merezca una alcaldesa de esta guisa. Esta gente, sin oficio y sí mucho beneficio, no estaría en sus poltronas sin la catapulta de cuantos presidentes han pasado por el palacio de La Moncloa, que, por un lado, han hecho la vista gorda ante la corrupción y robo a manos llenas de Pujol y el pujolismo, por miedo a que tirara de la manta y salieran sabe Dios qué cosas; y, por otra, a las excesivas concesiones de ZP y no menores de Rajoy, amén de otros temas que han encendido a los ciudadanos. Cada acción tiene su reacción, que dicen los orientales, o lo que es lo mismo y en castizo, “de aquellos polvos vienen estos lodos”, y la situación está cada vez más enyerbada.

De Ada Colau nada nos puede sorprender. Ya nos dijo que era bisexual y que había mantenido un affaire con una italiana, también que una universidad le había ofrecido regalarle un título –de esto tuvo que desdecirse—, lo de sus pinitos en el cine también se publicó y lo de su visita privada al papa, resultó ser un embuste. También sabemos que queda con Carmena para llorar juntas, que les encanta.

Lo próximo podría ser imitar a su amiga y colega, a la que nombró directora de comunicación del Ayuntamiento, Águeda Bañón, activista pornógrafa, muy feminista ella y con serios problemas de genitalidad, como demuestra la foto en la que aparece orinando de pie en la Puerta de Brandenburgo sujetando un pene de plástico y, en otra ocasión, en una calle de Murcia, esta vez sin pene, dejando un gran charco debajo de sus bien formadas piernas. Su firma en Internet es “Miss Bragas”. Freud tendría mucho que decir de esto. Por último, aunque el contenido de la jarra de Colau fuera agua, andar exhibiéndose de juerga por los bares mientras se asesina o se roba en la calle de al lado no es muy edificante para una alcaldesa encargada de manejar la vara de mando como es debido.

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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