LA SEGURIDAD ESPAÑOLA, AMENAZADA

Marruecos continúa indultando delincuentes, terroristas incluidos, y algunos cruzan ilegalmente a España

El reino alauí ha liberado a más de 37.000 presos en seis años, incluyendo 66 terroristas, mientras la inmigración ilegal hacia España se intensifica

El Gobierno Sánchez, en la inopia sobre lo que hace Marruecos.

La política penitenciaria del Reino de Marruecos ha vuelto a situarse en el centro del debate sobre seguridad en España tras conocerse que el país vecino ha indultado a más de 37.000 delincuentes en los últimos seis años. La cifra, ya de por sí alarmante, cobra especial relevancia al confirmarse que entre los beneficiarios de estas medidas de gracia se encuentran 66 terroristas condenados.

Esta revelación llega en un momento especialmente delicado para las relaciones hispano-marroquíes, marcadas por la creciente presión migratoria en las fronteras españolas y el aumento de la actividad de redes de tráfico de personas que operan desde territorio marroquí.

La controvertida política de indultos

Los datos sobre los indultos masivos concedidos por Mohamed VI han encendido las alarmas en los servicios de inteligencia españoles. La liberación de decenas de miles de delincuentes, muchos de ellos con delitos graves, plantea serias dudas sobre el compromiso real de Rabat en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.

El perfil de los indultados resulta especialmente preocupante. Entre los beneficiarios no solo se encuentran delincuentes comunes, sino también 66 individuos condenados por terrorismo. Estos indultos se han producido de forma sistemática durante los últimos seis años, coincidiendo con un período de aparente acercamiento diplomático entre España y Marruecos.

Fuentes de los servicios de seguridad españoles advierten que esta política podría tener consecuencias directas para la seguridad nacional, especialmente considerando la proximidad geográfica y los flujos migratorios constantes entre ambos países.

Los servicios de inteligencia españoles y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, han expresado preocupación ante la casi certeza de que camuflados en el flujo migratorio irregulare se infiltran personas con antecedentes delictivos o vinculadas al terrorismo. Por ejemplo, durante la crisis migratoria en Ceuta en mayo de 2021, se intensificó la vigilancia para identificar perfiles de riesgo, especialmente debido a la proximidad de Castillejos, una localidad marroquí asociada con campamentos de entrenamiento de grupos terroristas. También se ha señalado que, desde 2018, al menos 11 personas detenidas por terrorismo en España ingresaron como inmigrantes irregulares

Presión migratoria y redes de tráfico de personas

Paralelamente a esta política de indultos, Marruecos mantiene una actitud cuando menos ambigua respecto al control migratorio en sus costas. Las autoridades españolas han detectado un patrón preocupante: mientras Rabat proclama su colaboración en materia migratoria, sobre el terreno se constata que sigue permitiendo la salida de embarcaciones hacia territorio español.

En Ceuta, la situación es particularmente tensa. Las autoridades locales denuncian que Marruecos continúa permitiendo la salida al mar de sus nacionales para alcanzar la ciudad autónoma, en lo que parece una estrategia calculada de presión diplomática.

A esto se suma el desmantelamiento reciente de una importante red de inmigración ilegal que operaba desde Marruecos hacia España utilizando Rumania como punto de tránsito. Esta operación policial puso de manifiesto la sofisticación creciente de las mafias que trafican con personas, así como la necesidad de una mayor cooperación real entre ambos países.

Las implicaciones para la seguridad española

El Ministerio del Interior español observa con preocupación esta combinación de factores: indultos masivos que incluyen a terroristas, permisividad con las salidas irregulares de migrantes y proliferación de redes organizadas de tráfico de personas.

«Estamos ante una situación que requiere más que palabras por parte de Marruecos», señalan fuentes de la seguridad española. «Los compromisos diplomáticos deben traducirse en acciones concretas, especialmente en lo relativo a la lucha antiterrorista y el control migratorio».

La liberación de terroristas indultados plantea interrogantes sobre su posible reincorporación a células activas o su participación en la radicalización de jóvenes vulnerables, tanto en Marruecos como potencialmente en comunidades de la diáspora en Europa.

Un patrón de comportamiento estratégico

Los analistas de política internacional coinciden en señalar que la política de indultos de Marruecos no puede entenderse como un hecho aislado, sino como parte de una estrategia más amplia en sus relaciones con España y la Unión Europea.

El Reino de Marruecos ha demostrado en repetidas ocasiones su capacidad para utilizar distintas palancas de presión en sus negociaciones con Madrid: desde el control migratorio hasta la cooperación antiterrorista, pasando por cuestiones comerciales o territoriales.

La reciente crisis diplomática por el cambio de posición española respecto al Sáhara Occidental evidenció esta dinámica. Tras el apoyo del Gobierno español al plan de autonomía marroquí para el Sáhara, se produjo un aparente deshielo en las relaciones bilaterales, pero las cuestiones de fondo permanecen sin resolver.

El dilema de la política española

El Gobierno español se encuentra ante un complejo dilema. Por un lado, mantener una relación estable con Marruecos resulta esencial para la gestión migratoria y la seguridad; por otro, la política de indultos y la permisividad con las salidas irregulares sugieren que Rabat continúa utilizando estas cuestiones como moneda de cambio diplomática.

Los partidos de la oposición han criticado duramente lo que consideran una «política de apaciguamiento» hacia Marruecos. «No podemos seguir mirando hacia otro lado mientras Marruecos indulta terroristas y utiliza la inmigración como arma de presión», señalan voces críticas en el Congreso.

La situación resulta especialmente delicada para las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que soportan directamente las consecuencias de estas políticas. Sus autoridades reclaman una posición más firme del Gobierno central y medidas concretas para garantizar su seguridad.

Datos que alarman

La magnitud de los indultos concedidos por Marruecos resulta particularmente llamativa cuando se analiza en perspectiva:

  • 37.000 delincuentes indultados en seis años suponen una media de más de 6.000 indultos anuales.
  • 66 terroristas liberados representan un riesgo potencial para la seguridad nacional.
  • Las redes de tráfico de personas desmanteladas en los últimos meses revelan rutas cada vez más complejas.
  • El número de llegadas irregulares a las costas españolas sigue en niveles históricamente elevados.

Estos datos contrastan con las declaraciones oficiales de cooperación y buena vecindad que suelen caracterizar los encuentros diplomáticos entre ambos países.

El factor geopolítico

La política de indultos de Marruecos debe entenderse también en un contexto geopolítico más amplio. El reino alauí ha reforzado en los últimos años su posición como actor regional clave en el norte de África, con crecientes ambiciones en el Sahel y un acercamiento estratégico a Estados Unidos e Israel.

Esta nueva posición de fuerza le permite mantener una política de hechos consumados en diversos frentes, incluyendo su relación con España. Los indultos masivos, que incluyen a terroristas, podrían interpretarse como una demostración de soberanía y autonomía en su política interior, con independencia de las preocupaciones de sus vecinos europeos.

Mientras tanto, en las calles de Ceuta y Melilla, así como en los centros de acogida de migrantes de Canarias y la Península, se viven las consecuencias directas de estas políticas. La llegada constante de personas en situación ilegal, pone a prueba los recursos y la capacidad de acogida del sistema español.

La cuestión de los indultos a terroristas y delincuentes en Marruecos seguirá siendo un tema de preocupación para las autoridades españolas en los próximos meses, especialmente si se confirma que algunos de los beneficiarios de estas medidas de gracia acaban cruzando el Estrecho hacia territorio español.

Un dato curioso: Marruecos concede tradicionalmente indultos masivos coincidiendo con festividades religiosas y celebraciones de la monarquía, una práctica que se remonta a siglos atrás pero que en el contexto actual adquiere implicaciones de seguridad internacional que trascienden la mera tradición cultural.

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