Un trilero que está obsesionado por forrarse y hace negocios hasta con los torturadores.
En el tablero de la política española, pocas piezas se mueven con la destreza y discreción de José Luis Rodríguez Zapatero.
Sin embargo, en octubre de 2021, el expresidente socialista se encontró inquieto.
No era para menos: su nombre había surgido, bajo secreto de sumario, en una investigación judicial sobre los negocios irregulares entre altos dirigentes españoles y el régimen chavista.
La situación escaló tanto que recurrió a su amigo José Ramón Navarro, entonces presidente de la Audiencia Nacional, para despejar dudas sobre si estaba siendo investigado por sus relaciones financieras con Venezuela.
El episodio, desvelado recientemente, revela cómo Navarro llamó directamente a un juez para obtener información sobre una causa secreta relacionada con las explosivas declaraciones del exjefe de inteligencia venezolano Hugo Carvajal, alias El Pollo.
La respuesta judicial fue tajante: “La causa es secreta. Si tiene interés, que se persone, y cuando se levante el secreto podrá verlo”. El magistrado rechazó así cualquier intento de filtración o trato de favor.
La inquietud de Zapatero: ¿por qué tanta preocupación?
Lo que motivaba la ansiedad de Zapatero no era baladí. Según los testimonios recabados por la prensa y filtraciones judiciales, las pesquisas apuntaban a presuntas comisiones pagadas por el chavismo al expresidente español a cambio de favores políticos y lobby internacional en favor del régimen de Caracas. Hugo Carvajal había señalado a Zapatero como beneficiario de acciones en empresas venezolanas y participante en diversas tramas opacas.
Esta no era la primera vez que la sombra del chavismo planeaba sobre el expresidente. Las investigaciones de la Guardia Civil y diversos medios han puesto el foco en una compleja red de negocios petroleros y contratos públicos amañados a la que habría tenido acceso gracias a su privilegiada interlocución con Nicolás Maduro y Delsy Rodríguez.
Negocios opacos: oro, petróleo y contratos millonarios
Entre los hitos más llamativos figura el caso Termocentro: un contrato sin licitación valorado en 1.500 millones de euros para construir una central eléctrica venezolana adjudicado a la empresa española Duro Felguera. Todo ello habría sido orquestado bajo la mediación de Zapatero—junto al entonces ministro español Moratinos—y Maduro, por entonces canciller chavista. La crisis eléctrica venezolana fue, así, la coartada perfecta para adjudicar obras públicas millonarias a dedo.
Pero hay más. La llamada “trama Aldama” describe un sofisticado entramado logístico para trasladar petróleo venezolano hasta Tenerife (España) mediante escalas intermedias en República Dominicana o Curazao, sorteando controles migratorios y sanciones internacionales. Para ello, se falsificaban sellos de origen del crudo y se empleaban vuelos privados gestionados por Víctor de Aldama, empresario clave en este universo paralelo del business bolivariano.
El vuelo privado: Caracas-Santo Domingo… ¿sólo turismo?
Uno de los episodios más pintorescos es el viaje privado de Zapatero junto a Víctor de Aldama desde Caracas hasta Santo Domingo. El propio Aldama lo ha relatado públicamente—con ese tono entre amenaza velada y ajuste de cuentas tan característico del mundo empresarial latino—preguntando al expresidente “qué hacía conmigo en mi avión privado”. Según fuentes periodísticas, estos desplazamientos eran parte esencial del esquema montado para facilitar los negocios petroleros del entorno socialista, evitando dejar rastro directo entre Madrid y Caracas.
La operación incluía múltiples escalas caribeñas; así se explican los 59 vuelos oficiales detectados entre España y República Dominicana desde marzo de 2021, muchos sin justificación aparente ni agenda institucional conocida. Los sobres sellados que Aldama guarda bajo llave contendrían pruebas documentales—pagos incluidos—que podrían comprometer aún más al exmandatario.
Un aliado incómodo para la dictadura venezolana
El papel político desempeñado por Zapatero como defensor internacional del régimen chavista tampoco ha pasado desapercibido. Su respaldo público a las elecciones organizadas por Maduro o su tibieza ante denuncias documentadas de torturas han sido criticados tanto dentro como fuera de España. Mientras organismos internacionales denunciaban violaciones sistemáticas de derechos humanos en Venezuela, Zapatero insistía en hablar de “diálogo” y “proceso democrático”, desmarcándose así incluso del sentir mayoritario dentro del PSOE.
Este alineamiento ideológico no ha sido gratuito: según diversas fuentes judiciales y periodísticas, habría servido como moneda política para acceder a contratos públicos millonarios o participar en tramas opacas relacionadas con hidrocarburos y oro venezolano.
Curiosidades e incógnitas abiertas
- El famoso “sobre” al que se refiere Víctor de Aldama sigue siendo uno de los grandes misterios del caso: ¿contendrá pruebas irrefutables sobre pagos ilícitos?
- La amistad entre José Ramón Navarro y Zapatero era tan estrecha que ambos compartieron viajes oficiales e incluso confidencias sobre sentencias judiciales sensibles.
- La cifra total estimada movida en estas operaciones supera los mil millones de euros sólo en contratos eléctricos.
- Las rutas aéreas entre Madrid-Dominicana-Caracas han dejado más escalas sospechosas que algunos equipos españoles jugando competiciones europeas.
- Mientras tanto, Hugo Carvajal sigue intentando negociar su futuro judicial ofreciendo detalles sobre este tipo de redes internacionales.
En definitiva, lo que comenzó como una simple llamada telefónica ha destapado toda una red donde política, negocios opacos y favores personales se entrelazan sin pudor. Y aunque algunos protagonistas insistan en hacerse los despistados… hay aviones privados cuyas listas de pasajeros resultan imposibles de borrar.
