En La Retaguardia de este martes 16 de diciembre, Eurico Campano analiza con Mario Garcés y John de Zulueta cómo la imagen del búnker de Sánchez ha dejado de ser solo una referencia al refugio subterráneo de La Moncloa. Ahora también representa el estrecho círculo político que intenta contener, a toda prisa, una serie de escándalos que han devuelto la palabra corrupción al centro del debate nacional.
La mezcla de rescates multimillonarios por parte de la SEPI, el escándalo que rodea a Plus Ultra y un empresario señalado como testaferro del zapaterismo en Venezuela crean un cóctel explosivo para un Gobierno que había basado su defensa en una supuesta superioridad moral frente a la oposición.
A esto se suman las revelaciones sobre encuentros discretos entre José Luis Rodríguez Zapatero y dicho empresario, justo antes de su arresto. Este giro añade un toque casi de thriller político: escoltas, encuentros secretos en hoteles y negocios con ramificaciones en Caracas. El resultado es un ambiente tenso donde el PSOE lucha por mantener un mensaje coherente mientras la oposición percibe la oportunidad de atacar.
El primer desafío que enfrenta el “búnker” político del presidente es el uso de fondos públicos gestionados por la SEPI para rescatar empresas durante la pandemia. Las investigaciones periodísticas recientes sugieren que este organismo público aprobó ayudas que rondan los 1.000 millones de euros, dirigidas a compañías ahora bajo sospecha por su situación financiera real, su viabilidad o sus conexiones políticas. En este contexto, la aerolínea Plus Ultra se ha convertido en un símbolo de lo que denuncia la oposición. Y es que estamos hablando de una empresa pequeña con vínculos empresariales y societarios con Venezuela. A pesar de su actividad minúscula en el sector de transporte aéreo español, el Gobierno aprueba un rescate para esta compañía por más de 50 millones de euros. Y por si esto no fuera suficiente, hay informes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional que apuntan a movimientos sospechosos de fondos, estructuras opacas y posibles desvíos en el uso del dinero público.
El problema para el Gobierno trasciende lo técnico; es también político. El discurso sobre rigor y “escudo social” se enfrenta a la imagen de una SEPI convertida en una especie de caja negra para rescates arbitrarios, con impacto presupuestario pero escaso control político visible. Cada nueva diligencia judicial relacionada con Plus Ultra reabre el debate sobre quién autorizó estas decisiones, quién las respaldó internamente y quién decidió mirar hacia otro lado.
En este escenario aparece la figura de Julio Martínez, empresario detenido en una operación por blanqueo relacionado con Plus Ultra y los negocios vinculados al chavismo. Las investigaciones realizadas por la Policía Nacional han centrado su atención en sus empresas, movimientos financieros y su papel como supuesto “intermediario” financiero con Venezuela.
Dos aspectos convierten este caso en un verdadero quebradero de cabeza para el PSOE:
- Su relación con el zapaterismo
Varios medios han identificado a Martínez como un empresario cercano a los negocios promovidos bajo la influencia del expresidente en Caracas, aprovechando su papel como mediador político ante el régimen de Nicolás Maduro. - La reunión reservada con Zapatero
Pocas horas o días antes de ser arrestado, Martínez habría mantenido un encuentro secreto con José Luis Rodríguez Zapatero en un hotel madrileño, una cita custodiada por un notable despliegue de escoltas. Esta situación resulta difícilmente manejable desde una perspectiva política: un expresidente socialista, un empresario luego detenido por blanqueo y una aerolínea rescatada con dinero público conforman una imagen incómoda.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno por desvincular al expresidente del actual equipo en Moncloa, lo cierto es que el apellido Zapatero sigue teniendo peso ideológico dentro del PSOE y emocionalmente entre buena parte del electorado progresista. Esta conexión simbólica hace que cualquier sospecha acerca de su entorno empresarial se proyecte directa o indirectamente sobre el actual liderazgo.