Turrón del duro.
De villancico, como mandan los cánones, ‘los peces en el río‘ y de fondo, sus compinches del PSOE en la prisión de Soto del Real o en capilla.
Y alguno cantando.
La imagen es impactante: Pedro Sánchez, Nochebuena en La Moncloa, y una mesa política invisible ocupada por imputados, exministros caídos, asesores encarcelados y aliados que esta vez no levantan sus copas para brindar, sino que exigen cuentas.
Fuera de esas paredes, un país cansado de casos de corrupción y escándalos sexuales, mientras las urnas de Extremadura envían un mensaje demoledor al socialismo en el poder.
No se trata solo de una mala racha. La dirección del PP ha sintetizado el año político del presidente en tres palabras: “corrupción, parálisis y retrocesos”.
Esto ocurre en un momento en que la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo y varios juzgados territoriales han comenzado a poner nombres y cifras a lo que muchos en la oposición ya describen como una corrupción sistémica asociada al PSOE de Sánchez.
La mesa larga de La Moncloa: el entorno del presidente bajo sospecha
Si hoy se trazara el mapa judicial que rodea al jefe del Gobierno, la cena de Nochebuena podría parecerse a una secuela de “Doce hombres sin piedad”, pero con sumarios y autos judiciales sustituyendo al guion cinematográfico.
Entre los casos clave que amenazan al círculo personal y político de Sánchez se encuentran:
- Caso Koldo: Trama relacionada con mascarillas durante la pandemia. En prisión provisional se encuentran el exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, acusados de contratos inflados y comisiones millonarias. La investigación también apunta a una posible financiación irregular del PSOE mediante pagos en efectivo y estructuras paralelas.
- Pagos en metálico del PSOE: La Audiencia Nacional ha abierto una pieza secreta para indagar sobre todos los pagos en efectivo realizados por el partido entre 2017 y 2024. La Fiscalía Anticorrupción ha encontrado indicios que podrían apuntar desde un posible blanqueo de capitales hasta un posible desfalco interno. El juez desea esclarecer quién autorizaba esos sobres, qué controles existían y cuál era realmente el origen del dinero.
- Las 405 cuentas “opacas”: En medio del auge de las tramas, el PSOE llegó a manejar hasta 405 cuentas bancarias no fiscalizadas en 2020, acumulando más de 600.000 euros fuera del control habitual del Tribunal de Cuentas. Los auditores han señalado que desconocían tanto el origen como el destino de esos fondos, lo que abre la puerta a la hipótesis de una caja B socialista.
- Santos Cerdán y la “explosión definitiva”: El ya exsecretario de Organización del PSOE es objeto de investigación por una supuesta red de comisiones ilegales vinculadas a contratos públicos. La UCO le atribuye la gestión de cientos de miles de euros en sobornos relacionados con obras y contratos en diversas ciudades.
- La “fontanera” y la SEPI: Se han producido detenciones de la exmilitante socialista Leire Díez, del expresidente de la SEPI Vicente Fernández y varios empresarios cercanos al partido, debido a adjudicaciones sospechosas que superan los 130 millones.
A este entramado se suma un aspecto aún más delicado: la familia del propio presidente.
- Begoña Gómez: Está siendo investigada por presunto tráfico de influencias y trato preferencial en contratos públicos relacionados con Globalia, Plus Ultra, así como con el empresario Juan Carlos Barrabés, donde surgen cartas de recomendación y decisiones académicas controvertidas en la Complutense.
- David Sánchez, hermano del presidente: Procesado por su contratación en la Diputación de Badajoz, donde ocupa un puesto supuestamente creado a medida, enfrentándose a acusaciones por tráfico de influencias y prevaricación contra cargos socialistas extremeños.
Lo curioso es que este momento político no se caracteriza únicamente por los casos aislados; lo singular radica en la acumulación simultánea de causas abiertas cercanas al núcleo político y familiar del presidente.
