La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, junto a su equipo de concejales, han perdido definitivamente el oremus.
Resulta que cuando llegaron al Ayuntamiento de Madrid, por ‘cortesía’ de Pedro Sánchez, obligando a Antonio Miguel Carmona a hacer de tripas corazón para suscribir un acuerdo con Ahora Madrid y encima verse luego decapitado como portavoz del PSOE en la capital para meter a Puri ‘Puntapié’, que diría Federico Jiménez Losantos, la ciudad, según los podemitas, tenía un drama bestial: decenas de miles de niños estaban más famélicos que la legión.
La cifra, tirada como barro a la pared, a ver si colaba, resulta que era más falsa que un euro de madera –Las ONG ponen verde a Manuela Carmena: «En Madrid no hay 25.000 niños en riesgo de pobreza extrema»-. Pero la cosa era vender la imagen de un ‘nuevo Ayuntamiento’, de un consistorio social, muy social y muy solidario.
Como el famoso ‘Welcome refugees’. ¿A cuántos refugiados ha metido Carmena o alguno de los suyos en su casa? La respuesta es tan evidente como el agujero de un donut. Cero patatero (o Zapatero, que para el caso es lo mismo) –El ‘unwelcome refugees’ de la abuelita Carmena: mucho cartel, pero al mantero no le dio ni un triste papel-.
Y claro, una ciudad con tantas apreturas sociales como Madrid, con 3.000 personas viviendo en la interperie o, con un poco de suerte, durmiendo en las noches en un albergue, quizá se haría perentorio buscar una solución a esos ciudadanos, procurarles una vivienda, ropas, comida, pago de luz, agua y gas e incluso poderle insertar en el mercado laboral. Pues va a ser que no –Cáritas saca los colores a Carmena con los ‘sin techo’ y el Consistorio responde que son la mitad-.
Ahora la prioridad de la señora Carmena son los perros. Sí, igual tiene miedo a que le ladren los simpáticos bichos de cuatro patas y, viendo que viene el verano y que hay que ponerse en forma ha decicido que en la plaza de la Villa de París, muy cerquita de Colón y de Recoletos, en pleno cogollo judicial (Audiencia Nacional y Tribunal Supremo), se va a gastar la cifra de 60.000 euros para ponerle un gimnasio callejero a los perritos.
Así que esperamos que laSexta dedique un monográfico o un especial a esta aberración canina de la señora Carmena y sus adláteres de Podemos. Aunque mucho nos temenos que Ferreras en ‘Al Rojo Vivo’ o Iñaki López, en ‘laSexta Noche’ no están por dejar caer de la parrilla el máster de Cifuentes.
Y es normal, claro. Cuando en Andalucía se juzga el mayor escándalo de corrupción de España con los ERE fraudulentos y hay dos expresidentes en el banquillo de los acusados y la segunda cadena de Atresmedia, el grupo mediático del que es consejero delegado Silvio González y con la permisividad de Javier Bardaji, director general de Atresmedia Televisión y militante destacado de Ciudadanos, cuyas abultadas chequeras se llenan a la misma velocidad con la que entonan las proclamas del progresismo más radical e incendiario, no le dedica ni diez segundos en sus programas de análisis político, ¿creen que van a hacer algo con la última ida de olla de Carmena? Nos tememos que no lo harán.