Lo ideal es incorporar a tus platos de primavera los alimentos típicos de la estación, desde frutas (aguacate, albaricoque, melón, fresa, níspero...) a verduras y hortalizas (alcachofas, berenjenas, espárragos, remolacha, puerro) o pescados (sepia, mejillones, mero, salmón, boquerón...). ¿Un alimento estrella? Las algas, como la wakame, cargadas