VOX sube 5,8 puntos y queda en el 13,9 % de intención de voto, con lo que Óscar Fernández Calle obtendría 9 diputados, frente a los 5 que tiene ahora Vox

Extremadura: Abascal exigirá a Feijóo que se cargue a Guardiola si la popular pone otra vez ‘palos en la rueda’ en la negociación entre PP y VOX para formar gobierno

Según la media de los sondeos de Sigma Dos, SyM Consulting y el CIS, Guardiola está en una intención de voto del 41 %, que supone pasar de los 28 escaños actuales a 29

Santiago Abascal (VOX)
Santiago Abascal (VOX). PD

La campaña electoral en Extremadura acaba de comenzar y ya se palpa la tensión en el aire.

En su primer día de campaña oficial, Santiago Abascal ha emitido una advertencia directa a María Guardiola: si no logra un pacto con VOX, el PP debería considerar cambiar de candidata.

Este mensaje va más allá de una simple estrategia electoral; es una clara señal de que Vox busca influir en quién gobierna la región.

Durante un mitin en Cáceres, acompañado de su candidato regional, Óscar Fernández, el siempre directo Abascal ha arremetido nuevamente contra la ‘tibia‘ presidenta del PP.

La ha calificado como la Irene Montero de Extremadura, una etiqueta devastadora en del ámbito conservador.

Además, ha insistido en que si Guardiola gana sin mayoría absoluta -lo más probable- y no establece rápidamente un acuerdo con VOX, el popular Feijóo debería “considerar poner a otra persona, otro candidato o candidata”.

Esto no es una mera sugerencia, sino una amenaza contundente: si no cedes, te quedarás fuera del poder.

O tendrás que repetir elecciones, con los riesgos que eso conlleva.

Y Abascal no habla por hablar.

Según el promedio de los sondeos de Sigma Dos, SyM Consulting y el CIS, la popular Guardiola recibe una intención de voto del 41 %, lo que representa un aumento de 2,2 puntos respecto a las elecciones de mayo de 2023. Pasaría de los 28 escaños a 29.

Para disfrute del PP, eso va en paralelo al derrumbe del PSOE: el imputado Gallardo pierde 7,7 puntos, quedándose en el 32 %, y caería de 28 a 22 diputados.

Sumados a los 4-5 de Unidas por Extremadura –que obtendría el 7,5 % de los votos–, la izquierda alcanzaría como mucho 28 escaños.

Es decir, seguiría en la oposición.

El gran salto lo da el partido de Abascal: VOX sube casi 6 puntos y alcanza el 14 % de intención de voto según la media de encuestas.

Eso le daría a Óscar Fernández 9 escaños, frente a los 5 que tiene actualmente.

El choque entre Abascal y Guardiola

Guardiola no se ha quedado callada ante estas declaraciones.

En Hervás, respondió con ironía y desdén: “Ese tufo machista que desprende el señor Abascal podría dejarlo en su casa”.

También afirmó: “No me someteré a lo que quiera el señor Abascal, quien ni conoce ni le interesa Extremadura. Cuando esta campaña termine, el 22 de diciembre, no volveremos a verlo”.

El mensaje es diáfano: no se rendirá ante Abascal. Sin embargo, ambos son conscientes de que el 21 de diciembre no solo se decidirá con votos, sino también con acuerdos.

Y ahí radica el dilema: VOX ha roto todas sus alianzas con el PP, incluido el gobierno extremeño anterior, y ahora busca regresar pero imponiendo condiciones.

Abascal ha recordado que su partido abandonó el gobierno regional porque considera que el PP traicionó a sus votantes.

Ha hablado sobre “la herencia del bipartidismo corrupto”, la burocracia asfixiante para los agricultores extremeños, la inmigración ilegal y la degradación de los servicios públicos.

Todo esto para argumentar que Vox no es simplemente otro partido más; es la única alternativa “de valores” que no comercia con los votos de sus militantes.

El papel de Feijóo y la amenaza de nuevas elecciones

Alberto Núñez Feijóo ha tenido que reaccionar ante esta situación. En un acto en Casar de Cáceres, defendió a Guardiola como una candidata “legítima”, elegida en Extremadura y con más posibilidades de ganar y formar un gobierno estable.

Además, lanzó un dardo hacia Abascal: “Nuestros candidatos no son marionetas movidas desde Madrid. Aquí no se manipula con candidatos prefabricados”.

Sin embargo, Feijóo también está bajo presión.

Si el PP gana en Extremadura pero necesita a Vox para gobernar y este se niega a colaborar con Guardiola, la situación se volvería complicada rápidamente.

La posibilidad de unas nuevas elecciones ya comienza a cernirse sobre la región antes incluso de abrirse las urnas.

Por su parte, Vox ha dejado claro que no facilitará las cosas a Guardiola. Abascal afirmó que el PP “tendrá que negociar con Óscar Fernández” y advirtió que Feijóo “sabrá muy bien quién es” cuando vea los resultados obtenidos por su partido. Es una forma clara de decir: nosotros no negociamos con ella; lo hacemos directamente con ustedes.

Los sondeos y la paradoja del abstencionismo

De acuerdo al promedio actual de encuestas, María Guardiola podría obtener más escaños que toda la izquierda junta. Esto implica que teóricamente podría gobernar sin necesidad del apoyo directo de Vox; bastaría su abstención durante la investidura para lograrlo.

Sin embargo, parece poco probable que Vox permita que esto ocurra sin exigir algo a cambio.

El partido ha crecido en todas las encuestas recientes y tiene aspiraciones de duplicar su representación actual en la Asamblea extremeña. Esto les brinda margen para exigir más: además de consejerías, buscan cambios significativos en el liderazgo del PP regional.

Y aquí surge una paradoja interesante: si Guardiola resulta ganadora pero VOX se niega a abstenerse durante su investidura, el PP podría verse abocado a convocar nuevas elecciones.

Si eso sucediera, toda la responsabilidad recaería sobre ella misma. Abascal ya insinuó que fue la “incompetencia” de Guardiola lo que llevó al adelanto electoral anterior.

Las críticas de Guardiola hacia Vox y el legado del 2023

Guardiola tampoco ha escatimado críticas hacia Vox. Lo calificó como un partido “incapaz de gobernar”, cuya única función parece ser “poner obstáculos” y cuya salida del gobierno fue una “decisión desastrosa para la derecha”.

En las elecciones pasadas de 2023, tanto PP como PSOE empataron a 28 escaños cada uno; fue gracias al pacto con VOX que Guardiola logró convertirse en presidenta regional.

Pero esa convivencia fue tensa desde sus inicios; aunque incluía una consejería para Vox, también establecía límites claros desde un principio. Con el tiempo, esas fricciones se volvieron insostenibles y en julio del año siguiente Vox rompió todos los acuerdos establecidos con el PP y abandonó el ejecutivo regional.

Desde entonces, Guardiola ha tenido que gobernar en minoría sin presupuestos aprobados y enfrentándose a una oposición capaz de bloquear cualquier iniciativa presentada por su gobierno.

Esa situación fue precisamente lo que condujo al adelanto electoral actual; ahora Vox desea regresar pero exigiendo mayor poder e incluso pidiendo la cabeza de Guardiola como condición sine qua non para cualquier acuerdo futuro.

El PSOE entre la hecatombe y las expectativas políticas

Mientras tanto, ante este espectáculo desgarrador entre los partidos de derechas, el PSOE intenta frenar lo que podría ser una auténtica hecatombe electoral para ellos mismos.

Miguel Ángel Gallardo, su candidato socialista para estas elecciones, comenzó su campaña visitando una empresa química en Guareña para hablar sobre desarrollo industrial y estrategias para retener a los jóvenes talentos en Extremadura.

Sin embargo las encuestas apuntan hacia un futuro poco halagüeño: tanto el CIS como otros sondeos prevén una significativa caída en sus escaños actuales.

Gallardo ha dejado claro que consideraría dimitir si se produjera esa “hecatombe electoral”, aunque también aseguró que mantendría su acta parlamentaria para seguir aforado; esta decisión va más allá del ámbito personal e implica consideraciones políticas importantes: si pierde quiere continuar presente en el Congreso y evitar desaparecer por completo del panorama político.

Además existe presión por parte del sector crítico dentro del PSOE hacia Gallardo; muchos consideran que fue impuesto por Pedro Sánchez sin contar realmente con apoyo interno suficiente para liderar eficazmente al partido durante esta crucial etapa electoral.

Ibarra acude al rescate de los corruptos

En este contexto tan convulso destaca la reaparición inesperada de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, antiguo presidente socialista extremeño conocido por su carácter crítico hacia algunas decisiones recientes tomadas por Sánchez relacionadas principalmente con temas como amnistías o financiación singular para Cataluña.

Su presencia representa más que un mero símbolo; busca recuperar ese voto tradicional socialista proveniente sobre todo de los pequeños pueblos donde resuena aún eco nostálgico por tiempos pasados caracterizados por desarrollo industrial e inversiones significativas en infraestructuras locales.

Ibarra evoca recuerdos vívidos de cuando el PSOE gobernaba con mayoría absoluta; ahora anhela ver cómo su partido vuelve a ser considerado como alternativa viable frente al gobierno actual o simplemente otro obstáculo más contra fuerzas conservadoras.

Datos curiosos sobre la situación actual

  • En 2023 tanto PP como PSOE empataron logrando 28 escaños cada uno mientras Vox obtuvo 5.
  • Para alcanzar mayoría absoluta dentro Asamblea extremeña se requieren 33 escaños; actualmente ninguna encuesta augura tal cifra directa para PP.
  • A nivel autonómico Vox ha roto todos sus pactos gubernamentales previos establecidos junto al PP incluyendo aquellos firmados anteriormente Valencia Murcia Baleares Aragón.
  • Óscar Fernández candidato presentado por Vox resulta ser rostro relativamente desconocido fuera región sin embargo Abascal decidió otorgarle protagonismo central durante presente campaña electoral.
  • Debate electoral programado por RTVE promete ser crucial: aunque Guardiola asegura no temerle aún permanece incierto si finalmente decidirá enfrentarse directamente contra Fernández.

La contienda política desarrollándose actualmente en Extremadura trasciende meramente cuestiones relacionadas únicamente al control gubernamental local; constituye también prueba determinante acerca futura dirección ideológica conservadora española misma.

Si Abascal logra imponer su candidato sobre otro diferente habrá implicaciones directas respecto autonomía interna propia dentro seno popular mientras tanto si consigue resistir propuesta actual planteada desde vox podría dejarles fuera poder alguna vez más.

Y además si finalmente PSOE termina hundiéndose bajo peso responsabilidades asumidas hasta ahora tendrán necesidad urgente reconstruir desde cero todo espacio progresista perdido previamente acumulado tras salida Guillermo Fernández Vara quien había sido figura clave últimos años ante desafíos presentados frente adversarios políticos diversos presentes hoy día.

En resumen respecto próximo 21 diciembre donde decisiones tomadas afectaran mucho más allá simple cuestión gubernamental local sino también quién realmente ejerce mando dentro esfera derecha española contemporánea.

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