No cabe duda que de todos los charcos en los que se ha metido solito el ministro de Consumo, el comunista Alberto Garzón, el de faltar el respeto a la industria cárnica española desde un medio extranjero, ha sido el peor. Y eso que viene del conflicto del chuletón, de la huelga de juguetes y del roscón sin nata. Un auténtico fiera.
El troleo le persigue y le perseguirá, y cosas más graves que las risotadas, el análisis de la situación por parte de su jefe, el Presidente del Gobierno, que acudió a la radio para decir que ve la polémica como «lamentable». Aunque, eso sí, no le echará y tienes sus razones, y además con esto Garzón se ha ganado el favor de los más radicales, como el de su exjefe de filas, Pablo Iglesias.
Pero lo divertido aquí es la estopa que le están dando desde un lado y otro. Mientras que el podemita y sus secuaces dicen que todo esto se fundamente en un bulo, lo cierto es que en PP y PSOE no desaprovechan la oportunidad para asestar golpes con la carne al ministro…
En las últimas horas, el propio ministro de Agricultura, Luis Planas, se quejaba al respecto:
«Si alguien habla de alimentación lo normal es que me llame. Es una polémica bastante desafortunada».
Pero hay más: un insulto muy bueno y muy canario le ha llegado a Garzón del senador del PP por La Palma, Asier Antona, que ha llamado «pollaboba y metepatas» al ministro.
Por su parte, el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page (PSOE), golpeaba al ministro desde Madrid y justo al lado de Nadia Calviño en una rueda de prensa. Formidable troleo:
«Quiero invitarle personalmente a visitar conmigo una empresa cárnica en Castilla-La Mancha, porque sino veo que se va a pasar la vida sin poder pedir un embutido en un restaurante o un filete. Yo para que pueda hacerlo y se que el sambenito de encima, porque tiene que conocer la industria cárnica de la comunidad autónoma que, como la de toda España, tiene unos niveles de calidad y garantía extraordinario».