Consuelo Sánchez-Vicente – ETA, ese queso gruyere


MADRID, 10 (OTR/PRESS)

Mira tú que es bonito el camino por el que los dos etarras, él y ella, jovencísimos ambos, detectados en un control de la localidad zamorana de Bermiyo de Sayago se dirigían a Portugal: donde finalmente fueron detenidos. Y mira tú que es además de bonita conmovedora toda esa raya de los Arribes de nuestro padre Duero, el Douro portugués, agreste, salvaje, sorprendente, de disfrutar a tope y más gente joven como los dos detenidos. Bonita, conmovedora… y una trampa para incautos, con abismos sobrecogedores de piedra y bosque que ni te esperas en el camino, caminos con salida al aire en los que hasta al coche le entra vértigo de mirar hacia abajo, donde corre el agua. O hacia arriba, donde dormitan pueblos portugueses y españoles a un lado y otro de la raya de cuanto de hadas.

Yo estuve allí en septiembre, con un tiempo de lujo, tuve esa suerte: de no creer, de ensueño, el paisaje y la gente. Mira tu que hay que tener la cabeza vacía y escala de valores trastocada, me digo, para jugarte el poder gozar y disfrutar con toda libertad de la vida y de la naturaleza, a cambio de nada. De la cultura de la muerte ajena más cobarde y abyecta: la de sicario del terrorismo, en nuestra España sirvientes de esos señoritos que dirigen la mafia etarra desde sus despachos, bien dormidos y mejor comidos, y que nunca jamás – nunca: repasen las penas y las estadísticas – se juegan volar por los aires con la bomba que transportan – o que les vuelen – Esos que cuando caen presos casi no hay forma de poder condenar más que a poquísimos años, cuando no dejar libres. Porque, aunque son los peores, los que corrompen con mentiras de secta la inocencia de los jóvenes abducidos por ETA, eso, los que mandan en ETA, tienen bien forrado el riñón y mejor cubiertas las espaldas

Mira tú que hay formas de perder el tiempo: pocas tan insultantes, se me ocurre, como cruzar la raya de la belleza, los Arribes hipanoportugueses del Duero, en vez de dando gracias a Dios por estar vivo, cargando explosivos para segar la vida de ni sabes quien, por cuatro mentiras mal trabadas con la que una banda de mafiosos, ETA: con la complicidad de los «recogenueces» políticos del PNV y del llamado «abertzalismo» vasco, te ha vaciado desde la infancia. Y sobre todo, mira que hay que ser imbécil para seguir en ETA y jugarte treinta años de tu vida por una banda sin más futuro que el «plan de pensiones» que se hacen con la carne fresca que reclutan los cuatro vividores que mandan en ETA, ahora que ya han caído las caretas y en Euskadi hay un gobierno que ya no miente, ni calla.

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