El agujero negro de la crisis. Esperando el viernes 13.


Estos días, a propósito del bosón de Higgs, esa misteriosa partícula, “de Dios” según algunos, sin masa, que pone en marcha la interacción entre las partículas elementales que conforman el tejido cósmico, he releído la obra Wilber Cuestiones cuánticas, sobre el pensamiento de Heisenberg, Schrödinger, Einstein, Jeans, Planck, Pauli, Eddington—, los físicos de la mecánica cuántica, místicos de la ciencia más avanzada. Cada descubrimiento científico reafirma más la grandeza de la creación, este universo gigante en el que lo invisible e intangible supera a lo tangible, que decía el padre Teilhard de Chardin; este cosmos que Dios “domina y reúne con la figura de la cruz” que san Gregorio de Niza evoca en sus Himnos del Paraíso.

Pero no vivimos en un paraíso precisamente. Por si no tuviéramos poco con los recortes y ajustes que viernes a viernes el Gobierno viene anunciando desde su llegada a La Moncloa, el próximo viernes 13 doble dosis, o triple, ya veremos. Ya lo anunció Rajoy para hacernos el susto más llevadero. “Europa debe cumplir con los acuerdos adoptados la semana pasada entre sus jefes de Estado… y las comunidades autónomas deberán ajustar más el gasto”. Lo dijo en la clausura del Campus de Faes. Lo cierto es que en Europa no paran de presionar y España vuelve a ser zona de rescate. El optimismo cantado hace dos semanas se difumina a medida que pasan los días y se va conociendo la letra pequeña del documento del préstamo o ayuda financiera –qué más da el nombre—para recapitalizar la banca. Primero se habló que el crédito sería al Estado a través del FROB; luego se llegó a un acuerdo para que se inyectara directamente a la banca –recuérdese pulso Monti-Rajoy—, y así no computaría como deuda, aunque sería a partir de 2013 pues aún no está creada la nueva autoridad de supervisión europea independiente. El nuevo eje Madrid-Roma-París está variando la hoja de ruta de Berlín, pero patalean y son renuentes a cumplir los acuerdos. Por eso Rajoy les reprende. Los requisitos y contraprestaciones por el crédito hasta 100.000 millones de euros son muy, muy, muy duros, durísimos. Y estaremos sometidos a supervisión cada tres meses. A Merkel le llueven las críticas entre los suyos. Tiene a 160 economistas en contra de los acuerdos de la Unión Europea, y se oponen a dar fondos para la recapitalización. Holanda ha puesto el grito en el cielo y Finlandia amenaza con abandonar el euro porque no está dispuesta a costear el despilfarro de los países endeudados, sin garantías bilaterales. Esto, y la espera por los acuerdos del memorando, crea mayor incertidumbre en los mercados y, como consecuencia, la prima de riesgo sube a 580 puntos básicos y el bono a diez años rebasa hoy el 7%.

El viernes 13, ¡oh casualidad!, mal día para los anglosajones y desde ahora malo para los españoles. Ese día, Rajoy anunciará más medidas, pero seguro que repercutirán, como siempre, en la clase media y en el pequeño contribuyente que solo tiene lo puesto, y la cúpula la dejarán intacta. Por qué no recortan donde deben y verán cómo la prima de riesgo se coloca en la pendiente resbaladiza. Anuncian que reformarán la Administración para evitar duplicidades y burocracia. Maquillaje seguro, como siempre.

La realidad es que el Congreso sigue tan opulento como siempre; el Senado, el órgano más parasitario y del que todo el mundo opina que debe desaparecer, tampoco se ha enterado de que hay crisis; y tampoco los exministros; los órganos consultivos y varios miles de empresas públicas, también se mantienen resistentes a la ruina, con sus más de 80.000 cargos públicos. ¡Y qué decir de las autonomías! Estas suponen más de 26.000 millones de euros de gasto corriente y de personal. Un auténtico dolor de cabeza para el Gobierno que se debate en la ambivalencia amor-odio porque en Europa no entienden eso de los taifas. Hace unos años, la banca extranjera nos inyectaba dinero en vena –tan nocivo como la heroína— para cubrir todo tipo de caprichos de nuevos ricos, y nos hizo adictos. Así, como si se tratase de maquetas de trabajos manuales, se hacían jardines botánicos por doquier –que ahora son pura maleza—, piscinas climatizadas, palacios de congresos, aeropuertos innecesarios, museos de todo, oficinas de turismo –sin turistas—, centros de interpretación, parques temáticos, ciudades de la cultura… Hemos configurado un Estado insostenible, con dieciocho parlamentos y otros tantos presidentes y vicepresidentes, más diputados y senadores –pasan de 1800—, y además, consejeros, delegados, subdelegados, secretarios, directores, asesores, gabinetes de prensa… ¡uf!, y un inflado número de puestos de libre designación. ¡Y las televisiones públicas! Esa es otra. Un total descontrol, de gasto, de personal, de parrilla. Son caras y malas y no contribuyen en nada al bien común, pero son el Cinexin de los políticos. Todo este derroche millonario es con cargo al erario público, es decir, a los impuestos. Nuestros recortes, sacrificios y privaciones son para pagar a esta caterva de personajes públicos, sus lugares de trabajo, sus coches, chóferes, viajes, dietas, ADSL en sus domicilios particulares, sus iphone y sus ipad. Otra cosa son los sindicatos y los partidos políticos. ¡Los partidos nos costarán este año 65 millones de euros!

Creímos que Rajoy abordaría la reforma del Estado antes de que los hombres de negro se nos metieran de okupas, con k. Pero no. Aquí los tenemos negociando el rescate a la banca. Y ya sabemos cómo se las gastan. Como aviso para ir tomando nota, de país no rescatado pero sí intervenido como España, Monti aprieta las tuercas a los italianos y no admite insumisiones. Primero propuso la reforma fiscal y las pensiones, y ahora le toca hincar el diente al gasto público. El ahorro de 26.000 millones de euros hasta el 2014 pasa por recortar el 20% a los cargos directivos y el 10% al resto de los niveles, incluso a las Fuerzas Armadas. Fusión de provincias, de tribunales, de fiscalías y eliminación de oficinas de jueces de paz, forman parte del plan Monti, quien también abordará la financiación de partidos políticos y sindicatos. A cambio, no subirá el IVA del 21 al 23%. Ignoramos el resultado en el tiempo previsto, pero si tomamos a Portugal como referencia, un año después de haber tomado las medidas, la tasa de paro se incrementó del 12% al 15, con una contracción del PIB del 3,9%. ¡Nada halagüeño!

No puedo acabar el artículo sin hacer alusión a la aparición del Códice Calixtino y su entrega hoy de manos del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al arzobispo monseñor Julián Barrio, con la presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, y otros políticos. Todos estamos contentos, sobre todo los gallegos, especialmente porque se han despejado todas las dudas que algunos medios habían sembrado sobre la vinculación de algún canónigo de la Catedral, para perjudicar al Deán. La verdad ha resplandecido y todos celebramos el final feliz, aunque seguro que a alguno de estos escritores a lo Dan Brown, la verdad les ha estropeado, ya no el titular, sino el final del libro. Ni conspiración ni misterio. Mis felicitaciones a la Policía –también presente en el acto— y al juez instructor Vázquez Taín –ídem—, que si ya tenía un historial casi de leyenda por su bien hacer en los casos de narcotráfico, este éxito no deja de ser un hito especial, afortunadamente difícil de conseguir. Su nombre está ya vinculad a la historia del códice para los historiadores de años y siglos venideros.

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
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(08/07/2012)
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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