ESTA PANDEMIA, CREADA ARTIFICIALMENTE, TIENE MUCHO DE SURREALISTA Y NO SE PUEDE ANALIZAR CON LÓGICA

Grafeno en las vacunas. ¿Quién es Pablo Campra Madrid, el científico que dirige la investigación?

Grafeno en las vacunas. ¿Quién es Pablo Campra Madrid, el científico que dirige la investigación?

Dos días después de hacerse público el informe preliminar que confirma indicios razonables sobre la existencia de óxido de grafeno en las vacunas COVID, y a falta del estudio concluyente, un sospechoso comunicado anónimo, sin firma ni sello, que pretende representar a la Universidad de Almería, desmiente la investigación. ¿Estamos ante un documento auténtico o se trata de una falsificación?

El informe preliminar sobre el grafeno corrió como la pólvora en las redes sociales y, al poco tiempo, ya estaba traducido a varios idiomas. Un golpe de efecto que el sistema no esperaba, lo cual le hizo activar la artillería más inmediata, con la chapuza de un apagón de internet en todo el municipio desde donde emite la Quinta Columna TV. ¿Casualidad? Todo apunta más bien a la causalidad. En esta ocasión, sirvió de poco la desinformación de maldita.es, tan pendiente siempre de alimentar a sus seguidores con carroña de la buena.

El científico al frente de la investigación es Pablo Campra Madrid, licenciado en biología, doctor en ciencias químicas y profesor titular de la Universidad de Almería. No está mal el curriculum, a pesar del comentario de alguna mala lengua insinuando que el autor sería “un pelao amiguete”. Hay que reconocer que se llevan diciendo demasiadas inconveniencias en las últimas dos semanas. Sigo sin entenderlo. Pero, antes de continuar, me veo en la necesidad de aclarar algunos pormenores a propósito de este entuerto.

En primer lugar, yo no estoy en guerra con nadie. Amicus plato sed magis amica veritas, o lo que es lo mismo, “Platón es amigo, pero más amiga es la verdad”. Un periodista debe tener esto presente. Lo cierto es que a raíz de los últimos artículos que publiqué, dando cuenta de la muy posible existencia de óxido de grafeno en las vacunas COVID, según se desprende del citado análisis preliminar de un equipo científico de la Universidad de Almería, encargado por Ricardo Delgado, se ha creado una brecha entre varios profesionales, que no admiten esta línea de investigación. Ítem más, algunos niegan que este extremo sea importante e insisten en que perjudica porque “distrae de lo principal”. Esto último es la frase de un amigo, experto en Derecho, con el que tengo una relación sincera y cercana. Otras personas han cuestionado que me posicionase a favor de la hipótesis del grafeno, insinuándome incluso que me estaba dejando manipular por Ricardo Delgado y el doctor José Luis Sevillano. No es así; no soy fácil de manipular. Estoy bastante curtida en el buceo por los mares procelosos de la información “delicada”, a veces con niveles peligrosos de contaminación, incluso con la incursión de algún que otro tiburón. No es este el caso.

Hay que decir que la opinión no es generalizada entre los disidentes. El doctor Ángel Ruiz Valdepeñas así lo dejó constar en sus redes sociales con este comentario:

“Aunque estos informes no sean concluyentes al 100%, apuntan con casi certeza a la presencia de grafeno en la vacuna Comirmaty. ¡Enhorabuena a Ricardo Delgado y al doctor José Luis Sevillano por sus investigaciones! Ahora tenemos aún más argumentos para rechazar estas inoculaciones venenosas que están matando y lesionando a tantos seres humanos”.

Delgado y Sevillano están cumpliendo con sus códigos deontológicos siguiendo el hilo de Aridana, en este laberinto covidiano, que sigue el rastro del temido minotauro, que no es otro que la posible verdad sobre esta “cosa monstruosa”, con apariencia de vacuna, con un contenido inconfesable y secreto, con efectos adversos terribles y muchos muertos, que no se denuncian porque los sitúan bajo el epígrafe de “coincidencia”. Los familiares silencian la causa de la muerte de sus seres queridos; no por vergüenza como ocurría con la sífilis o la tuberculosis de antaño, sino por la manipulación de los médicos, debidamente adiestrados por los “expertos” de los laboratorios, con la complicidad de todos nuestros políticos.

No estoy manipulada. Como periodista de investigación, investigo, proceso, deduzco y publico, dejando siempre una puerta abierta en aquellos temas sobre los que no tenemos la respuesta total, porque se está pendiente de nuevas investigaciones o trabajos complementarios. Y esto ocurre en este caso. Ricardo Delgado y el doctor José Luis Sevillano han iniciado un estudio que nos ha “resonado” desde el principio. Quizá porque ya en el mes de marzo de 2020 ya intuimos que las vacunas incluirían nanopartículas de “algo” o los anunciados chips. No porque lo hubiéramos soñado, sino porque conocemos las investigaciones de alto nivel que se vienen realizando desde finales de la Segunda Guerra Mundial, encaminadas al control de la sociedad, y porque el propio Gates nos lo hizo saber a través de su charla sobre la ID2020 de puntos cuánticos, un invento revolucionario para hacernos el gran favor de tenernos a todos censados. Según él, muchos desfavorecidos del planeta ni siquiera existen legalmente. ¡Qué gran benefactor!

Por eso, cuando empezaron a aparecer los “magnetizados” o seudomagnetizados y el grafeno entró en escena, debo confesar que, en mi mente, algo hizo “clic que me llevó de lleno a leer bibliografía sobre las diferentes aplicaciones del grafeno que, para mi comodidad, estaba debidamente seleccionada y a disposición en la web de la Quinta Columna, cosa que agradezco.
Toda investigación tiene caminos invisibles y sutiles, aparte de requerir una buena dosis de intuición. La intuición no es algo misterioso, sino un proceso inconsciente de respuesta, en función de la información que el cerebro tiene archivada en las diferentes estructuras y dimensiones cerebrales. Lo vemos con frecuencia en investigaciones policiales, de ciencia forense, de catas arqueológicas y otros ámbitos. Primero se intuye y luego se busca.

Esto no quiere decir que no valore la investigación realizada de virólogos y el resto de profesionales que llevan luchando por la verdad desde el principio de esta mal llamada crisis sanitaria, en cuyas fuentes he bebido, como la doctora María José Martínez Albarracín, a quien valoro y estimo, no solo por su valía profesional, sino por su calidad humana. Creo que, como ya expresé en otros artículos, todo es compatible, dado que, en mi opinión, las vacunas son múltiples y variadas, dado que son un “experimento dentro del experimento”, y el show no ha hecho más que empezar. Otra cosa es que consigan sus propósitos. Haremos todo lo posible para impedírselo.

Volviendo al supuesto desmentido fake, no me extrañaría que la Universidad de Almería se pronunciase en contra de la investigación, si no ahora, en un futuro muy próximo, por presiones o por propia ideología. No olvidemos que las universidades, así como los colegios de médicos, de psicólogos o equipos científicos también sirven al sistema, y reaccionan cuando se tocan temas candentes que pueden desestabilizar las mentiras institucionales. En estos colectivos tan burocratizados, plagados de normas y protocolos, está prohibido pensar por cuenta propia. No olvidemos las persecuciones y condenas al doctor Ryke Hamer, ya emblemáticas, por sus aportes a la curación del cáncer y, en general, a la Nueva Medicina Germánica; o al doctor Andrew Wakefield por descubrir la relación entre el autismo y la vacuna MMR, conocida en España como triple vírica, que se inocula a los niños. El sistema es implacable cuando alguien se atreve a contradecir los dogmas científicos o sociales. Dicho esto, nos parece tan fiable la firma de un científico independiente como la de una universidad. Entiéndase lo que quiero decir. Otra cosa es el aspecto jurídico, de cara a presentar alegaciones para parar el proceso de vacunación, y que estas sean admitidas al no estar basadas en los papers.

Hemos hecho algunas averiguaciones sobre el doctor Pablo Campra Madrid, el autor de la investigación y firmante del documente preliminar y nos hemos encontrado con algo muy positivo. De entrada, no tiene inconveniente en investigar y prescinde de apriorismos. La Ciencia es eso. Lo otro es fanatismo y miedo a la verdad. Hemos descubierto que lleva tiempo apoyando con sus investigaciones a médicos que trabajan con remedios alternativos. Esto lo demostró con su análisis sobre el denostado dióxido de cloro, tema tabú, prohibido, que, paradójicamente, tantas vidas salvó y continúa salvando. Un análisis no concluyente, con muchos indicios de la eficacia del dióxido de cloro, que el doctor Campra expresa con estas palabras [1]:

“Lo que se ha visto en ensayos publicados es que oxida gran cantidad de virus. Las placas se quedan al 99%, los mata a todos. Entonces, eso es probable que también actúe en plasma. Es probable todo, porque no hay nada publicado. Lo único que tenemos es gran cantidad de indicios razonables de eficacia, que nos vienen de nuestros colegas hispanoamericanos; que aquí lo bueno es que se está haciendo Ciencia de vanguardia en español. Esto no lo llevan los anglosajones, lo llevamos en español. La investigación está muy bloqueada, así que esto es una cosa buena. La vanguardia en las terapias del COVID-19 creo que está haciéndose en castellano”.

Se refiere el doctor Cambra a sus colegas de COMUSAV, colectivo del que forman parte médicos de Hispanoamérica en un número por encima de los veinte mil. Es vergonzoso que se dispendien fondos para temas sobre cambios climáticos de diseño y otras cuestiones ideologizantes y, en cambio, no se financien proyectos para el beneficio de la humanidad.

Para finalizar, quiero decir una vez más que esta pandemia creada artificialmente tiene mucho de surrealista y no se puede analizar con lógica. Aquí funcionan otros parámetros. No se puede entender si no se conoce el grafico de las estrategias diseñadas por el Nuevo Orden Mundial en las últimas décadas. Por eso el periodismo de investigación es tan importante en este tiempo a la hora de ordenar las diferentes piezas sueltas de virólogos, biólogos, policías y resto de instituciones. A los que conocemos el fresco, no por ciencia infusa, sino por haber investigado a tiempo completo durante muchos años, nos es más fácil comprender. Por eso advertimos e insistimos tanto. Y esta es una de mis labores, que elevo a rango de sagrada, pues solo me mueve el compromiso, acercar al gran público los descubrimientos que voy haciendo y considero importantes para nuestra vida y evolución. Compartir es una manera de agradecerle al Creador los talentos con los que vine a esta vida, que intento multiplicar y compartir. Así de sencillo. Mil bendiciones.

NOTAS:

  1. https://madridmarket.es/dr-pablo-campra-lo-que-se-ha-visto-en-ensayos-publicados-es-que-el-dioxido-de-cloro-oxida-gran-cantidad-de-virus-las-placas-se-quedan-al-99-los-mata-a-todos-entonces-eso-es-probable-que/

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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